228 REPERTORIO AMERICANO wat machucón, que han ido desde el verde agrio de la primera juventud al agridulce de la segunda, para madurar espléndidamente al sol de la vida, transformando en jugos vitales la savia que a través del tronco iba dándoles la tierra en exactísima medida. En tal estado de madurez, espléndida, cuando la pulpa ha logrado su punto máximo de crecimiento y su jugo el estado perfecto de azucaramiento es cuando la mano del hombre debió separarla de su rama y gustarla. El paladar delicado reconoce en seguida la fruta madura en el árbol, al sol y aquella otra que fue arrancada antes de tiempo y dejada sazonar en el cesto del mercader o en la frutera de la despensa, a la sombra. El ideal está en lo primero, en lograrla con las propias manos de su mismo árbol. La fruta o la mujer, así granadas, es en verdad regalo de dioses.
Dice usted que al llegar ese estado de madurez es cuando la mano del hombre debió separarla de su rama. si no llega el hom.
bre a tiempo, si no la separa. La fruta cumple su misión. La fruta no ha sido hecha para que nosotros la gustemos.
Madura, se derrite en miel, deja caer su semilla sobre la tierra. Eso, la fruta de un árbol; pero. y la mujer. La mujer lo mismo. La mujer que no es clegida a tiempo por el hombre debe continuar madurando dulcemente no permitir que la estropee el agrio de ninguna decepción continuar madurando hasta convertir sit piel en pulpa y dejar que la naturaleza, el sol, el aire, los pájaros, cumplan su misión. Endulzarse hasta morir. Las mujeres bondado.
sas cuando sonríen, aunque no sea más que al pasar, alegran la vida. No digo una tontería si afirmo que una sonrisa de mujer es tal como el trino de un ave, el perfume de una flor, el guiño de una estrella. Nada. Todo!
La Danse Congo Dibujo de Alexander King La mujer y la fruta Por GONZALEZ ARRILI Envio del autor. Buenos Aires, marzo de 1938 La mujer ha de ser como la fruta, que al madurar va endulzándose y muere hecha mieles.
Siempre que no la golpeen y se machuque. Eso es verdad también; pero de muchos machucones que la pierden puede librarse ella misma, egpecialmente si permanece en el árbol originario. Algunas, por separarse de su rama materna y prosigamos con el símil del árbol en cuanto comienzan a pintar. tienen el agridulce, no siempre agradable, de la fruta verdona, sin madurar. Así me place. Ya sé que hay muchos paladares que reclaman la acidez de lo inmaduro, y no me parece del todo mal. Momentos existen en que lo agrio es delicioso y lo dulce empalaga. Els una situación determinada por la sed. No ponga usted malicia alguna en la interpretación de lo que digo. Determinada por la sed o, lo que es peor, por un mal funcionamiento orgánico, por ejemplo: malestar del estómago, que reclama a gritos el jugo de un limón. Pero el estado normal debe preferir lo dulce a lo ácido. Paradojalmente, y siguiendo broma, según lo que usted dice, los viejos que se desviven por la fruta que recién comienza a pin tar.
Eso. las que recién comienzan a pinPues, si: al viejo que le da por lo ácido, por la fruta en agra, no hay más sino suponerlo presa de una sed determinada por una afección estomacal o hepática. Rieron, acordándose de algún amigo enfermo. Lo normal, en la elección de esa fruta. no es la fruta prohibida. se halla en la juventud masculina cuando comienza a ba La Suscrición a este semanario, cerse hombre. Fíjese que entonces aspira al o números sueltos, los obtiene Ud.
logro de la fruta en sazón, ni con agriedades en la de premura ni con dulzores de cosa pasada.
Es lo racional, señalado inconsciente, pero LIBRERIA CHILENA exactamente. Cuando el hombre comienza a estragarse va abandonando esa loable actitud Bajos del Raventós para inclinarse bacia la acidez de lo verdón, como con miedo de agravar una diabetis sentimental.
Grafitos No puede ser.
Quien rechaza una obra artística Si puede ser; pero en la generalidad de los casos no es. La imaginación domina. La por ofender la moral, imaginación y el estómago. Al salir de una deja ya de ser un crítico y se vuelve un sacristán.
indigestión se apetece soda y limonada. Al convalecer, después de mucha dieta, se pide que el caldo esté saladito y picante. El apetito norPara ser un sociólogo mal sin la glotonería del vicioso, ni el hamde irresistible fuerza, bre irracional escoge y se queda con lo que hay un medio seguro y facilisimo: está en sazón.
dar nombres nuevos a las cosas viejas. Voy comprendiendo, pero con alguna dificultad. De Manuel Prada en su libro Basta; me conformo con eso. y prosiGrafitos. París. 1937. gamos Las frutas verdes, pintonas o maduras, comparadas con estos diablos incomprensibles de mujeres, nos darían tema para un Con FAXON Co.
muy extenso discurso. Pero yo quiero volver Suscription Agency, Faxon Building, 83 al principio, cuando le decía que la mujer ha Francis Street Back Bay Boston, Mass.
de ser como la fruta que muere hecha mieles.
consigue Ud. este semanario.
Para hablar de eso debemos olvidar lo dicho anteriormente, borrar la mucha o poca picar Agentes de este semanario en San Juan de día que pusiéramos en nuestras palabras, dejar Puerto Rico de lado la apetencia de los paladares en busca de la fruta. He conocido mujeres que fueron VICENTE Co.
o son como fruta madura en su rama, sin un Box 241.
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