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114 REPERTORIO AMERICANO que España, con el promedio de po agricultura, las condiciones de tra queño de la población. los latifundistas, los monárquicos y blación más pequeño, con relación bajo, el ejército y la Iglesia. Deslos anti republicanos. Por medio a su extensión territorial, era el país pués de grandes dificultades se con Los terrenos cultivables que de reformas y maniobras políticas de Europa que tenía las mayores siguió bosquejar una ley de refor por abandono o inercia de sus due se pospuso y finalmente anuló la extensiones de tierra en poder del ma agraria y fundóse el Instituto nos permanecieran inactivos, serían reforma agraria, dando por resulnúmero más reducido de personas. de Reformas Agrarias. Por investi incautados por el Estado, previo tado el triunfo del Frente Popular Este desequilibrio se acentuó por la gaciones que hizo el Instituto entre pago de su valor a precios razona en las urnas electorales en febrero indiferencia de los grandes propieta. 800. 000 familias, encontró que só bles.
de 1936. Las masas españolas llarios para mejorar sus terrenos. Los lo 100. 000 de ellas tenían tierras maron a este triunfo el retorno a la métodos de irrigación, tan eficaz suficientes para su sustento; que Se dejaba en libertad a las República y a sus reformas originamente implantados por los moros, 250. 000 no poseían sino minúscu comunidades rurales para decidir les. Así fué. Principió el Gobierno fueron abandonados por los dueños las parcelas, insuficientes para pro si estos terrenos redimidos habrían la nivelación de las grandes desausentes con el consiguiente empo ducir ni lo indispensable, y que el de dividirse entre los campesinos o igualdades existentes entre latifunbrecimiento de muchísimos distri resto, 450. 000 no tenían ni si ser trabajados colectivamente, y, distas millonarios y millones de tos. Se persistía en usar implemen quiera un palmo en donde caer campesinos paupérrimos. Allá por tos de agricultura primitivos ne muertas. Encontró, por otro lado, Se hizo un programa esta mayo de 1936, a pesar de la tregándose los dueños a la introducque un grupo pequeñísimo era due bleciendo sistemas de irrigación, menda, oposición de los propietación de maquinaria moderna. La ño de millones y millones de acres construcción de caminos, escuelas rios ausentes, 100. 000 campesinos mayoría se concretaba a explotar la de tierra que ni siquiera recibía agriculturales y fincas de experi quedaron in talados en sus tierras.
tierra embolsándose los beneficios, el arañazo del arado.
mentación.
Dos meses después, en julio, se sin preocuparse jamás del mañana lanzó el General Franco a la reni de las consecuencias sociales. No Vino entonces la reforma. La Una vez pasada esta ley refor vuelta para derrocar a la Repúbliera, pues, por accidente que las tie. Ley Agraria de la República se re matoria, transcurrió todavía un ca y libertar a España. Es lógico rras de España produjeran sola ducía, en pocas palabras, a cuatro año, que se llamó de estudio antes pensar que si esta revuelta hubiese mente un tercio del trigo que pro puntos capitales: de que entrara en vigor en el tardado un año más en estallar, no ducían tierras iguales en el resto de toño de 1933. Los campesinos es habría tenido ni el más leve asomo Europa. Era el resultado natural Los grandes latifundios feu peraron, pues, más de dos años de éxito: 000. 000 de campesidel anticuado sistema de agrarismo dales, pertenecientes a la nobleza, los beneficios prometidos por la nos, cuando menos, habrían tenido feudal imperante. Las pérdidas. serían expropiados sin compensa Nueva Distribución.
entonces, en virtud de sus cosechas, que sufrían los propietarios ausención. Esto no afectaba sino a un Así las cosas, llegó al poder el los medios para hacer una vida tes a causa de las exiguas cosechas, grupo comparativamente muy pe gobierno de Lerroux. Lo apoyaban más independiente, vida que jamás las sufrían las masas de población habían vivido antes y que habrían en alimentos y salud.
defendido tesoneramente.
La revuelta del General Franco llegó, pues, a tiempo de entorpecer la reorganización, redistribución y modernización de las tierras españolas. El Gobierno tenía un programa agrario definido, lo estaba poniendo en práctica, y bien sabido es que la República estaba comprometida a perseguir, en la práctica de sus reformas, un moderado curso de acción.
De acuerdo con datos publicados por la Oficina Internacional de Trabajo de Ginebra, el salario que recibían los campesinos españoles en 1930 era apenas un 40 del que recibían los campesinos ingleses, y éstos nunca han sobresalido por bien pagados. Nos cuentan estos señores de Ginebra que habían entonces en España 250. 000 camsinos que poseía: un acre o menos; 000. 000 que no tenían ni la milésima parte de un acre y trabajaban sólo cuatro meses de cada año a razón de 25 a 40 centavos diarios por día de 12 horas o más, y que, finalmente, un 60 de los compesinos estaban completamente sin trabajo. Si estimamos, de manera conservativa, que cada familia de campesinos españoles tiene, como promedio, dos hijos, la cifra de 250. 000 encierra todo un portento político. Significa simplemente que aproximadamente.
13. 000. 000 de personas en una población de 24. 000. 000 arrastraban la vida bajo condiciones intolerables, sin la más remota esperanza de cambio o mejoría. Esta era la situación en España cuando Alfonso XIII tuvo a bien apearse del trono español.
La reforma aquella no era socialista, mucho menos comunista.
Fué instituída para dotar al pobre campesino español con un pedazo de tierra que le diera el sustento, un pedazo de tierra que pudiera llamar suyo, convirtiéndolo automáticamente en pequeño propietario, capitalista, teoria contraria al comunismo. Desgraciadamente la posibilidad de una reforma agraria moderada fué destruída por los responsables de la guerra civil y los acontecimientos que le han seguido.
TIERRA Es obvio que el problema del pueblo español no puede solucionarse a cañonazos. Persistirá mientras millones de gentes en la Península Española se mueran de hambre de pan y hambre de justicia: mientras que las grandes masas tengan que afanarse todas las horas del día, todos los días de su vida, para ganar apenas un mendrugo.
ramos La República de 1931 ofreció a España una Nueva distribución o Nuevo Trato, como se ha dado en traducir New Deal, y aquella promesa afectaba especialmente al fisco agrario, en un país que era a la vez millonario en tierras y paupérrimo. Se proponía el Gobierno Republicano modernizar la Esta es la España que os prometen.
El problema quedará vivo, latente, para perturbar el sueño de los que ganen, leales o rebeldes.
Nueva York, 193 (De Ayuda. Madrid, 17 36. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica