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REPERTORIO AMERICANO 377 Serafina Núñez (1937)
gesto de rebeldía y aliento cívico de significativa trascendencia. No ha de exaltarse el valor. iy ei valer. de quien sueña en poesia y vive en poesia en época nendaz en que se sueña en dinero y se vive en traición. No ha de señalársele jerarquía y rango, por último, a quien eludiendo el terreno resbaladizo de la demagogia planta su libro de poemas, como una flecha de espiritualidad, en el centro mismo de un panorama de claudicaciones. Enfrentándose juvenilmente apasionada con la mediocridad ambiente, asestando con su Isla en el Sueño golpe de muerte a la profunda crisis de todos los valores del espíritu que de un tiempo a esta parte venimos padeciendo, segura de sí misma, ágil y eufórica, Serafina Nú.
ñez, un sueño en la isla, desata al viento de las albas una voz de poesía.
No compren el libro al fin y al cabo estas palabras tienen una finalidad abiertamente distinta a las de una réclame de tipo comercial. las niñas románticas ni los muchachos sensibleros a quienes gana todavía la musiquita del consonante obligado o el ritornello pegajoso de las uniformes acentuaciones silábicas. No lo compren, tampoco, los eruditos de biblioteca que engolan la voz para declamar las octavas reales de Espronceda. Ni aun porque quedarían defraudados, los que buscan el contenido anecdótico del verso, su argumento, su filosofía y hasta su moraleja. Quédense con su dólar en el bolsillo, si es que lo tienen, los camaradas que exigen el poema de las barricadas, oloroso a sangre y a pólvora, o el fomance a lo García Lorca que exalte las peripecias de la guerra clasista, o el verso libre que clave banderillas de fuego en la testuz agresiva del fascismo internacional. Léanlo, sin embarz, refrésçuense en él, los temperamentos delicados capaces de saborear la Canción de la imposible evasión, los revolucionarios de corazón templado capaces de derramar lágrimas de ira en la Elegía por los niños de España, los espíritus finos capaces de la sutil euforia de la Canciú? exaltada en sangre y luz, los ciudadanos del mundo nuevo capaces de entonar a la muerte del poeta el penetrante responso lírico que es la Oda a Federico en el cielo de Granada. Hay poesía pura, pero no ha de decirse que sólo poesía pura como tal desconectada del dolor innombrable de las grandes tragedias colectivas en la expresión de poesía de quien hu madurade estos mensajes de emoción: Hoy, lentos ríos oscuros conducen el lamento de España por sus niños.
Eran la miel, la risa, la mañana, la próxima ciudad para el destino.
Siglos y siglos despertando abrían su flor en aguas de sus pechos puros.
Hoy árboles tiernos desgaiados un bracito sangrando, acusando, una boca soñando el último columpio para el juego confundida con el vidrio y la cal en el polvo sirs latido.
Es el dia del crimen. Por mis venas madres martirizadas confunden sus gemidos. Elegia por los niños de España. Serafina Núñez Un sueño en la isla Por MARIBLANCA SABAS ALOMA Envío de la aufora. La Habana, setiembre de 1938 Serafina Núñez, acaba de publicar un libro de poemas tutulado titulo sugestivo Isla en el Sueño. Veamos hasta qué punto vale la pena destacar el hecho de que, en medio de la vorágine de pasiones que nos agita, por encima de este caos de mediocridades que nos aplas.
ta, y, sobre todo, superando el ritmo de vulgaridad que condiciona nuestro ambiente, Serafina Núñez, purísima expresión de poesía, isla de concreciones espirituales en el panorama de su propio sueño, se produzcı, valientemente, como un sueño de espiritualidad en el pano.
rama de nuestra isla. Serafina sueña, en poesía de cálidas honduras, un sueño liberador, superada en sí misma y por sí misma: vía de reden.
ción por donde las inmediatas realidades colectivas ascienden hacia la concreción de una extraordinaria individualidad. Serafina no canta, en verso de sngre, el dolor de un mundo enloquecido; ni traduce en himno de combate y en puño levantado el rugido de fiera maltratada de las masas oprimidas en proceso de liberación. Recogida en la intensa vida de su espíritu, vibrante como una antena, Serafina Núñez sensibliiza, eso sí, en palabra sin retórica ay, y sin literatura decadentista. la emoción profunda del hombre en conflicto con sus verdades íntimas y con las realidades exteriores. En isla atravesada de positivismos, una mujer que sueña. He aquí, pues, una voz pura de poesía en función de responsabilidad social.
Porque no hay que excluír del mundo de nuestra poesía, como hace Loló de la Torriente en su intersante juicio acerca del libro de Manuel Navarro Luna, las voces que no sirven de instrumento inmediato, preciso y objetivo, a las urgencias e inminencias de la justicia social. Ni hay que seleccionar, tampoco, figuras únicas en cuanto la poesía cubana destaque su vitalidad por su contenido humanista. Bien hace, el que lleva a las expresiones de su lirismo las inquietudes políticas y las tragedias económicas de todos los oprimidos del mundo. Bien hace, de la misma manera, quien como Serafina Núñez, ofrece el don de su poesía bálsamo, apoyo, índice e iluminación, a los hombres a quienes las inquie.
tudes políticas y las tragedias económicas convierten en militantes activos de la revolución universal. Si nuestra isla salva a través de su producción poética societaria su combatividad y su rebeldía, a través de voces tan ipuras y tan claras como la de Serafina salva su espiritualidad atormentada. Acorralamiento de las virtudes ciudadanas. Corrupción peligrosa de las fuentes vitales de la Revolución. Alarmantes signos reaccionarios de la vieja política tradicional. Crisis intensiva de la alta cultura. Positivismo, oportunismo, chauvinismo, laisser faire. Bien! Hay dos vías de superación en la función social de la poesía: una, la incitativa, la excitativa, la que flamea sobre el verso banderas de calientes insurgencias; otra, la depurada, la sensibilizada, la desnuda, la que concentra en el poema valores y calidades de limpia filiación emocional. Ne hay, por otra parte, en este libro Isla en el Sueño que Serafina Núñez lanza al rostro de un medio empobrecido y claudicante, nincsen bloc Mariblanca Sabas Alomá (1938. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica