José Carlos MariáteguiURSS

40 REPERTORIO AMERICANO Ha muerto el poeta César Vallejo Por ANTENOR ORREGO Colaboración. Lima, junio de 1938 determinante actividad trófica de nuestra vida, no deja aún libre a nuestro espíritu para asimilar y expresar la sustancia más íntima de su propio drama. Para cumplir esta tarea se precisa una potente individualidad, capaz de incorporar ea su entraña el mundo que le rodea en toda su vasta, compleja e intensa irradiación. Sólo así surgen las estéticas y las filosofías que asumen una valía original y, por lo mismo, universal y humana. Asimilación y oxidación son dos procesos antagónicos. La sustancia desprovista de actividad orgánica es devorada por las fuerzas externas, corroída por el viento que llega de fuera: es el proceso de oxidación cadavérica. Por contraste, la substancia viva absorbe su ambiente; va comiendo, como el gusano, la tierra de su camino, incorpora en su ser las energías impersonales de su contorno. Es el proceso de asimilación, que es proceso de vida. Los intelectuales de América suelen ser hombres oxidables, mineralizados, que se dejan ganar por la última brisa que arriba en las jarcias de un barco o en las alas de un avión. Sólo muy pocos pueden ser contados con (Pasa a la página 46)
dietro 38.
César Vallejo Por Picasso Notas biográficas ra activa No es fácil que los pueblos se reconozcan en sus más auténticos hombres, en aquellos que llegan a ser como los arquetipos de sus valores congénitos. Es esta una paradoja que tiene, sin embargo, su explicación. El afloramiento de la intimidad espiritual, fuente inagotable de valores, es obra de un acendramiento oneroso y progresivo, y requiere órganos y capacidades especiales. Los pueblos, como entidades colectivas, no pueden por sí mismos realizar esta faena, que reclama siempre expresiones unívocas, unidades más concretas y vivas que las entidades grupales. Los pueblos carecen de los órganos adecuados para captar su propia realidad concreta y, para realizar o encarnar sus valores, tienen que servirse de las individualidades singulares, a la manera como el hombre se sirve de sus manos para coger los objetos. En principio, cada hombre es un órgano de la humanidad, pero en verdad, el pensador, el artista, el estadista son los que asumen la tarea de encarnar en su ser las fuerzas históricas vivientes.
Es necesario un mediador plástico El hombre representativo necesita entre él y la masa una suerte de mediador plástico expresión cara a Leibnitz, la crítica: literaria, artís.
tica, filosófica o política. En los pueblos que poseen un indice cultural elevado este mediador opeу dinámicamente y es el mejor parteador de la historia con sus hechos y sus hombres significativos, con sus expresiones peculiares y sus formas nuevas, El caso de Francia nos da a comprender, mejor que cualquier otro, el ingente papel que cumple la crítica en el mundo contemporáneo. Día a día vierte en el comentario público, en el libro, en la glosa de salón, en la prensa, en la tribuna, la fecunda proyección del hombre representativo en la nación entera.
En los pueblos de un indice cultural inferior o rudimentario el caso de América Latina el artista, el pensador, el estadista suelen morir sir que se haya operado la accesibilidad de su obra al gran público, porque el mediador plástico de la crítica no es lo suficientemente poderoso, fino y activo para proyectarla en la conciencia colectiva. esto muchas veces a despecho mismo de la fama del escritor, del político o del artista, cuya tarea no ha sido discernida o discriminada en su más valedera, rica y profunda significación.
La obra de César Vallejo sirve de modo particular para diagnosticar esta opacidad o torpidez de los pueblos, pero sirve sobre todo, para revelarnos la flojedad o laxitud de la crítica latinoamericana, atenta en mayor grado a la última novedad europea. La baratija sensacional, que trae aroma ultramarino, suele ocupar casi siempre las primeras planas de los diarios y las secciones especiales de las revistas, en tanto que las obras más significativas de América permanecen nada menos que desconocidas. El poeta Vallejo muere es verdad que muy prematuramente casi ignorado, malgrado la fuerza y el perfil únicos de su obra literaria. Descartados los círculos intelectuales que vivieron más próximos al poeta en el Perú y en París, su tarea no alcanza a difundirse en ámbitos más extensos. Pero, Vallejo tomará su buen desquite en el porvenir. Cercano o lejano, tendrá que tomarlo porque arrastra un fermento que apenas comienza a burbujear en la vigilia de la conciencia continental.
Creatividad viviente La imitación o inducción forastera ejerce todavía fuerte coerción en la mente americana. La Sacadas de Nuestra España, Paris, en el número homenaje a César Vallejo César Vallejo nació el de Junio de 1893 en secretario de la sección peruana de la AsociaSantiago de Chuco, Departamento de la Li ción Internacional de Escritores para la Defenbertad, Perú.
sa de la Cultura.
En los últimos meses de 1937 compuso una Cursó algunos años de Derecho y escribió serie de poemas dedicados al drama español sus primeros poemas en la ciudad de Trujillo.
Durante unas vacaciones pasadas en su puetitulada España, a farta de mí este cáliz. Así blo natal viose envuelto en un conflicto promomismo escribió en esos meses un libro de poevido por el encono de la enemistad persistente mas que deja inédito y que no tardará en ver la luz.
entre dos bandos locales. Incluyósele, por razón de odio, entre los responsables de los disFallecióel 15 de Abril a las y 20 de la mañana turbios ocasionados con este motivo, en los Su cuerpo fue velado el 19 del mismo mes que no había tenido participación alguna, Inoen la Casa de la Cultura de donde salió para cente, fue acusado, perseguido, encarcelado alser inhumado en el cementerio de Montrouge.
gún tiempo y puesto más tarde en libertad, Asistieron a la fúnebre ceremonia numerosas hasta que al fin sobresellóse la causa.
personalidades y pronunciaron discursos Louis Su nombre fue dado a conocer al público a Aragón en nombre de la Asociación Internapoco de trasladarse a Lima, por un artículo cional de Escritores, Gonzalo More en nomValdemar sumamente elogioso de Abraham bre del Perú y Antonio Ruiz Vilaplana en nomque saludó en él el nacimiento de un garn poebre de España.
ta. Poco después publicó su primer libro, Además de las numerosas crónicas y arti Los Heraldos Negros. el cual, según Joculos diseminados en diversas publicaciones sé Carlos Mariátegui, es el orto de una nueva suramericanas (César Vallejo tha dejado los poesía en el Perú. Cuatro años más tarde siguientes dió a la imprenta Trilce. segundo libro de poemas que le colocó entre los más destacaLibros publicados dos liricos de habla castellana. Explícito es, Los Heraldos Negros, Poemas. Lima, 1918.
a este propósito, el estudio que le dedicó JoFabla Salvaje, Narración. Lima.
sé Borgamin en el prólogo de la segunda ediTrilce, Poemas, con un prólogo de Antenor ción de Trilce publicada en Madrid en 1930. Onnego. Lima, 1922, mediados de 1923 dejó América y se fijó Segunda edición con prólogo de José Beren París. En 1928 hizo un primer viaje a la gamín, Madrid, 1930.
Unión Soviética, que repitió al año siguiente Escalas Melografiadas, Poemas en prosa. Liacoinpañado por su mujer. Expulsado de Fran ma, 1923.
cia en los últimos días de 1930 fijó su resi Rusia 1931. Estudio económico social. Madrid.
dencia en España, donde publicó un libro in 1931.
formativo sobre la titulado Rusia El Tungsteno. Novela. Madrid. 1931.
1931. y poco después una novela social de costumbres peruanas, El Tungsteno.
Inéditos Regresó a París en 1932 levando una vida España, aparta de mi este cáliz. Poemas.
difícil y cada vez más retraída, dedicada en Un libro de poemas sin título gran parte a sus trabajos literarios.
Contra el secreto profesional.
Iniciada la guerra de España hizo un viaje El Arte y la Revolución.
a Barcelona y Valencia a primeros de 1937 y Entre las dos orillas corre el río. Drama.
otro más tarde con motivo del Congreso In Lockout. Drama.
ternacional de Escritores celebrado en Valen Colacho Hermanos. Comedia.
cia y Madrid en Julio de 1937, siendo nombrado La Piedra Cansada. Escenario incaico. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica