Joaquín García Monge

REPERTORIO AMERICANO 335 Heysen, el líder aprista peruano, saluda a Gabriela Mistral, burlando la tiranía por medio de esta carta Envio del autor En el 4º año de la persecución, Chiclayo, Perú, 16 de agosto de 1938.
en Gabriela Mistral bordo del Copiapó Grande esclarecida amiga: Acaba de anunciarme la mala prensa la única que se permite en mi amado Perú. que Vd. abandonó el Callao con rumbo a Guayaquil prosiguiendo su fecundo peregrinaje en busca del bien, la unión y la belleza que reviven en nuestra América a cada golpe de hacha de los tiranos bárbaros. La seguridad de que este viaje le ofrendará un nuevo tránsito por el litoral indo lambayecano, hace, aún, más indeseable la proscripción que aqui sufro en compañía del bronce alegre y sufrido del pueblo de mi nacimiento, pues yo habría preferido saludarla cordial en nombre de los cholos de mi tierra y en el mio propio, sin la interferencia de esta carta que es la primera que le escribo desde la época de mi primer exilio, cuando Vd. aliviaba el dolor de los niños italianos y yo residía en París beligerando contra Leguía y conmemoramos un aniversario de Repertorio Americano, la ponderada, enjundiosa y batalladora tribuna de Joaquín García Monge. Empero, Vd. se explicará las circunstancias y aquilatará el saludo que estas líneas portan a tiempo, malgrado los cercos de polizontes diseminados en este reducido espacio geográfico con la misión expresa de silenciar mis actividades en defensa de los inmanentes principios de libertad y justicia, malqueridos por el vende patrismo imperante. Mi recuerdo en esta hora tremante no puede ser más significativo.
Yo sé que una infinita tristeza visita su alma de mujer y de poeta en estos dias. Nunca ha sido más hondo su dolor; ni jamás las esperanzas que la cuna de su humanismo mece, se vieron menos solas por los sacudimientos de un pueblo y de una juventud amordazados, de un lado, y las mieles del oficialismo que a su paso, esconde maquiavélico la garra siniestra, tinta de sangre peruana y de sangre norteña, de otro. Vino Vd. a la patria peruana en una ansiosa búsqueda de amaneceres porveniristas y se ha encontrado Vd. con un pueblo entero en las catacumbas, afanándose, sin capitular, por los santos ideales de redención humana que hacen digno el pensamiento y acerado el espíritu para sobrellevar todos los renunciamientos de la jornada.
y, aunque sin duda alguna, en su corta estancia, ha podido vd.
pulsar la creación que se agita vital en la clandestinidad que el joven Perú sufre, sus anhelos de mujer y de poeta habrían vibrado henchidos de plenitud y de alegría si la libertad le hubiera dispensado la libre realización de su búsqueda. Comprendo, pues, su dolor que es mi dolor, como lo es de mi pueblo, mientras el bravio oleaje y las cachacientas mareas de la costa peruana mecen el Copiapó y las embarcaciones que lo rodean.
Se sorprenderá Vd. al pasar por el litoral indo lambayecano al descubrir la fortaleza de los cholos que escalan y peregrinan en su casa flotante. Pero, es que así somos los hombres de este desierto desde los días en que Naymlap y los suyos fundaron la civilización mochica. Para nosotros, siempre el dolor es una fuerza creativa; y no lamento, súplica, genuflexión o lágrima. Nuestra dignidad fue, es y será nuestro mejor escudo. Dignos fuimos cuando asombramos los Chimús conquistadores y a los incas y a Pizarro; dignos fuimos cuando en la benemérita Lambayeque se proclamó por primear vez la independencia en 1820 para saludar a San Martín, el prócer, que poco después, julio de 1821 la hiciera nacional; dignos fuimos en Junín, con los húsares lambayecanos que le dieron a Bolivar y al continente esa victoria, y dignos somos hoy como lo seremos mañana, porque nuestra dignidad es por y para la libertad de nuestro pueblo trinchera, alegría y orgullo legitimo a través de las edades. La fortaleza del cholo lambayecano de estos tiempos de lucha es un signo más, entre los signos que el joven Perú testifica en sus revelaciones tanto en el Cuzco de piedra, como en Arequipa insumisa, en Lima universitaria y trabajadora, en Trujillo promesa y baluarte o en Cajamarca paisaje y rebeldia indiana. Es, Kumbién, en esa digna fortaleza que la peruanidad va hacia la Indoamericanidad Mis votos son los de mi pueblo. Que en su tránsito sea feliz en sus tristezas y en sus esperanzas marinas. Que en cuanto a nosotros, no olvide que aquí resistimos a esa barbarie que en Ginebra representa Francisco García Calderón, el panegirista de la Italia Fascista, que no ha mucho reconoció la conquista de Etiopía, mientras en la Casa de Pizarro aquel tirano maldito, por González Prada, que en 1915 entregó Puerto Chimaca a Alemania, rompe sus relaciones diplomáticas con la España leal y se ampara en los testaferros de Mussolini para sepultar las libertades peruanas asesinando a los peruanos libres y apristas.
Muy cordialmente le estrecha las manos, LUIS HEYSEN Dr. García Carrillo ofrece a usled sus servicios profesionales Medicina General Los poetas y.
Corazón y Aparato Circulatorio Electrocardiografía (Viene de la página final San José de Costa Rica.
Teléfono 3754 De a p. previa cita medio de expresión para inculcar en las masas ciertas doctrinas? El absurdo puede aplicarse también a las creaciones liticas. Tal propaganda cuenta con otros órganos y otros sistemas. si en algunas épocas la poesía sirvió ideales ajenos a la pura belleza, hoy constituye un peligro el constante bastardeo a que es expuesta y la facilidad con que echan mano de ella los que creen que basta decir un lugar común en ver0, para que ya no sea tan común.
Adquiera y examine la provechosa revista: El Trimestre Económico Ha fracasado siempre la poesía como vehículo tendencioso. Los revolucionarios exaltados o prudentes han desconfiado siempre de los poetas, quizás por no haber podido penetrar nunca en su mundo imaginero y caótico. el mejor servicio que pueden hacerles es precisamente esa desconfianza, si ella los puede llamar a la realidad de lo que son como artistas y de lo que le deben a la cultura social en ese carácter.
Acaba de llegar el No. del Vol. Julio a Setiembre de 1938. En las acreditadas ediciones Fondo de Cultura Económica. México, Precio 50 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica