66 REPERTORIO AMERICANO contestó. Por Dios, estos hom Como le sugiriese que al paso de pintura de las barracas, otras la capital de la República, las bres tienen muchas necesidades en que desenvolvía sus activida las restauraciones de los techos o que menos atención han mereciy lo menos que puedo darles es des podría sobrevenirle un tras la pavimentación de las calles; or do de los gobiernos. Durante el mi atención y mi paciencia! torno nervioso, un agotamiento, ganizaba escuelas para los solda período en que fué candidato a En compañía del Gral. Cárde se apresuró a decirme. No lo dos y para los niños y siempre te la presidencia, el Gral. Cárdenas nas viajé por las provincias del creo: Me siento muy bien y mi nía algunos campesiros a los que viajó a caballo por espacio de un Norte, durante dos largos me salud es excelente. Luego agre debía socorrer. Siempre encontra año, a través de todo México, ses en automóvil, tren, a caba gó: El hombre es como un ba asuntos que atender y que lo sin que le quedase un solo rincón llo y hasta a pie. Dormíamos en caballo de carrera. Por espacio mantenían ocupado todo el día. por visitar. Lo hizo con el procualquier parte; en hoteles, en de varios años los caballos de Durante el viaje que hice con pósito según me explicó de residencias particulares y algu carrera reciben una atención es el Presidente Cárdenas, la comi conocer por sí mismo las necenas veces sin más techo que el pecialísima, para hacer luego una tiva variaba diariamente. Algu sidades de cada villorrio y de cacielo azul del desierto que se ex corta carrera. Yo también he si nas veces la formaban cincuenta da ciudad. Redactó en aquella tiende entre Coahuila y Chihua do cuidado durante muchos años personas, otras no más de una ocasión una memoria de sus obhua. En el curso de este viaje y ahora ha llegado mi turno para docena. El Presidente los conocía servaciones y de las promesas el Gral. Cárdenas, nunca durmió ser utilizado y si es preciso sobre a todos por su nombre, sabía de que hiciera. Las visitas que ahora más de cuatro horas cada noche, utilizado. En otra ocasión le ha donde eran y el motivo de su realiza como primer magistrado y, sin embargo, no parecía can blé de su enorme desgaste de presencia. En los pueblecitos don de las Nación, tienen por finalisado ni aburrido, aunque el pue energías. El Presidente contestó: de no había hoteles, no se sencía dad hacer honor a lo que problo en todas partes lo rodeaba Siempre he sido igual. Recuer tranquilo mientras no estaba bien metiera cuando aspiraba a tan exponiéndole sus conflictos. Los do que cuando era un mucha seguro de que todos habíamos elevado cargo. En cierto sentido individuos más insignificantes, chito, trabajaba hasta muy tar comido y encontrado donde dor los problemas son sencillos: esta más humildes encontraban siem de en la noche y mi madre tenía mir.
localidad necesita una escuela; pre facilidades para acercársele que quitarme el martillo de las Al invitarme para que le acom aquella quiere una represa para y hablarle. El día comenzaba manos. Nunca me cansaba. Sus pañase en alguno de sus viajes, desarrollar su agricultura; otra para nosotros durante esta jorna amigos dicen: Así es el Presi me dijo: Podemos ir a donde precisa de una carretera; la de da, a las seis de la mañana y dente. Los que hemos estado a más le agrade. Yo sugerí que más allá está necesitada de tieterminaba a las doce de la noche, su lado muchos años, ya nos he le acompañaría al lugar donde rras. Estos problemas que evipara comer, dando tiempo a que mos acostumbrado a su manera fuere más necesaria su visita. dencian la pobreza del pueblo el Presidente concluyera de ha de ser. Cuando era Coronel en La respuesta que obtuve fué una mexicano, fueron desatendidos blar con un amigo que le ocupó el ejército y hasta cuando era un revelación elocuente de la situa hasta que se inició el gobierno varias horas. la mañana si simple capitán, se comportaba ción del país. Realmente lo de Cárdenas. La ciudad de Méxiguiente lucía tan descansado y lo mismo que ahora. Para mismo me da que vayamos a una co tiene amplios medios de vida presto para su trabajo como siem siempre había algo que hacer parte que a otra. No puedo so y recursos propios, posee además pre.
unas veces dirigía los trabajo lucionar todos los problemas en una tradición de riqueza y exuna sola visita, así es que tendré pansión. En cambio, las poblacioque volver cuando estemos en nes pequeñas han permanecido Madrid 1937 condiciones de hacerlo. desatendidas y explotadas por El Presidente emplea en via tanto tiempo, que la visita del Por EMILIO BALLAGAS jes por el interior del país, la Presidente, llevándoles la prome De Nuestra España. Paris mayor parte de su tiempo. Es sa formal de atender sin demora en esas regiones donde existen los problemas más urgentes, les Pablo Neruda.
los problemas más graves y son parece un regalo del cielo. En Rafael Alberti.
precisamente las más alejadas de realidad el pueblo pide muy poco, 1936.
Soñaban trincheras de papel, barricadas de tela y cartonpiedra. el viejo mundo de la cruz gamada soñaba. si es que puede haber un sueño 1936.
en la frente de cera del cobarde!
Soñaban con niños indefensos y soldados sin armas.
Embriaguez, pesadilla, ojo siniestro, Soñaban una alfombra de pavesas el viejo mundo viejo fantaseaba: entraban con sus tropas, paso a paso de tigres, en que nula, caída la justicia rastrero el rabo, las orejas gachas, fuese esa flor anónima, apagada narices aventadas, que el pie brutal estruja sobre el polvo.
legua y media de lengua relamiendo el belfo blando en ademán de sangre. Dentro de pocas horas entraremos.
Iban a celebrar la Nochebuena Soñaban un Madrid sobre un mantel de lágrimas y pólvora.
como un arco de triunfo de cadáveres!
Sobre la mesa fría de la muerte iban a colocar fuentes y copas, Era en el 36. Hace ya un año.
ellos, los muertos, los desenterrados, Se escuchaban campanas de otro mundo las figuras de cera, de un mundo ya de espaldas tañendo en una catedral anciana (a la historia.
podrida en un pasado de marqueses.
Por la radio se oían Era en el 36. Hace ya un año. orín, polvo, cenizasSe escucha ahora un eco, un eco vivo viejas voces de espaldas a la historia; que hincha de fuego y luz el universo: grajos, cuervos y buitres que anunciaban. No pasarán. no pasarán. Dentro de pocas horas entraremos. No entraron!. Era en el 36. Hace ya un año. unas voces profundas respondían alzadas sobre el hoy con toda la frescura del mañana. No pasarán. No pasarán! abrían profusas rosas rojas de esperanza.
Madrid, deja que llore y me arrodille, Madrid, deja que llore y que en ti abrace la criatura de sangre de la historia, esa palabra nueva, Madrid mío. Alborada! Alborada!
Arco de gloria por donde el hombre entra a su destino verdadero de hombre.
Madrid se alzaba entero, sostenido por cimientos de acero y de granito, con su puño de luz, retando, en alto.
Poris, 1937 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica