CapitalismImperialism

92 REPERTORIO AMERICANO Nunca olvida a sus camaradas. decía Roumain cuando escuchábamos el discurso de Langston en el Congreso. es verdad que el discurso del delegado de Norteamérica guía al mundo en su alusión a los luchadores y a los oprimidos de todos los países.
De Guillén me gustaría decir que tiene el aire de su poesía. Guillén es robusto y fuerte, y parece llevar equitativamente repartidas sus dos sangres, africana y española. Tal vez algo de caribe, también, porque hay en él cierta manera de mirar, cierta lejanía, a veces, que no parece ni latina ni africana. Físicamente, posee una personalidad romántica. Un buen productor cinematográfico le escogería en el acto como caudillo de hombres. Su poesía es igualmente dominadora y masculina, y surge de los cálidos panoramas del trabajo diario del hombre; surge con actualidad, con trage.
día, con sarcasmo. En toda poesía resuena el tamboreo afrocubano. Nunca es ella pintoresca ni vaga. De contenido materialista, extremadamente rítmica, llena de ricas y duras imágenes, y de sonoro énfasis negro, y siem.
pre vernacular. Hay en ella martilleos y mueу estibadores y el viejo grito ¿hasta cuándo. alzándose contra la esclavitud cuyo nombre es hoy capitalismo. Todo ese la.
boreo blanco y negro del interminable día antillano, junto a la prolongación de Africa: la secular unión de Africa y España en una isla oprimida y exótica. Sóngoro Cosongo. Motivos de Son. Cantos para Soldados y Sones para Turistas. West Indies Ltd volúmenes todos estos de poemas y un ensayo sobre la vida de Brindis de Salas (famoso violinista negro. son sus más conocidas producciones West Indies! Nueces de coco, tabaco y aguar diente Este es un oscuro pueblo sonriente, conservador y liberal, ganadero y azucarero, donde a veces corre mucho dinero, pero donde siempre se vive muy mal.
La guerra española influirá sin duda en poesia de Guillén, quien después de cerrarse el Congreso, en París, regresó enseguida a Espa.
ña, en compañía de Langston Hughes. Ya tie.
ne un poema terminado España: poema en cuatro angustias y una esperanza. Su discurso del Congreso, además de revelar las reaccio.
nes de su propio temperamento, puede considerarse como un modelo de los discursos de los otros delegados latinos americanos, todos imbuídos de apasionada fraternidad hacia la causa del pueblo español.
Podría pintar la personalidad de Jacques Roumain con estas palabras: intelectualidad, introspección, fino sentido crítico, expresión clara, reserva e integridad. Un poeta que ha sufrido mucho, un portavoz de la desesperación, del decaimiento social de esa hermosa isla en la que solamente es vital el campesinado negro, en la que el intelectual mulato, con ra.
ras excepciones, está agotado y se complace en menospreciar la cultura afrohaitiana, permaneciendo adherido a la tradición francesa de antaño. y aún a la del siglo XV. Roumain es exactamente el polo opuesto de ese improductivo academicismo. Tiene un profundo conocimiento del patois antillano (lenguaje compuesto de múltiples palabras africanas y de una interpretación más o menos fo.
nética del francés, que es el idioma de las masas negras en toda la Isla. y del folk lore an.
tillano, cuyas raíces están en Africa y cuyo carácter actual permanece casi tan puramento negro como en las selvas todavía invioladas del continente oscuro. El Haití negro. porque así permanece, no obstante el poder de la penetración imperialista. Acerca de él escribe, sobre todo, Roumain en La Sombra y la Presa y en La Montaña Encantada. Actualmente prepara para la pantalla un largo argumento, composición histórica acerca de los días de esclavitud en Haití. También su poesía se pa.
rece a él: delicada, fuerte y ágil. Un hombre modestísimo; fué un poco difícil escuchar su discurso, y como no lo llevaba escrito porque fué improvisado, cuando le hablé de él preguntó si realmente valdría la pena repro.
ducirlo.
funden en el juego vivaz de sus pasiones. Nos parece que todo es por sí mismo. El hombre no ha introducido el método en el júbilo vi.
goroso y desordenado del bosque, de innumerables voces alocadas, que es el espíritu puro de la música despojado de ordenaciones constructivas. Así, libre y puro, sería el camino herido por la fina sandalia de Walter de la Volgelweide, melancólico minessinger del Miltrescientos que recorría los bosques amando a los pájaros y combatiendo a los hombres.
Si la persistencia de un gran clamor parece los sonidos menores, resuena otra vez el caramillo como una línea finísima resaltan.
do sobre la densa malla del conjunto; y su noble son vibra serenamente junto al acento apasionado del clamoreo que se escurre, se aleja y retorna para oponer su salto dionisiaco al llamado apolíneo de la flauta. Se diría que invadimos una zona enigmática: que un nue.
vo espíritu asoma al filo del instante para decir su mensaje. Más allá de la melodía familiar, detrás del sonido frecuentado, irrumpe una tensión sonora, voraz y desatada, enigmatica y brusca, poliforme y sutil a un tiempo mismo. Las voces surgen repentinas con el esplendor de relámpagos vivaces. Nos obsede una sensación de ligaduras rotas, como si las cosas dijeran de otro modo su lenguaje. los conidos se revisten de un claro encantamiento, más bello cuanto más extraño; cuanto menos esperado. Escuchais la voz melancólica de las arlles más puro pas?
me Preludio del Fauno a la Tarde Por FERNANDO DIEZ DE MEDINA Envio del autor. La Paz, Bolivia, enero de 1938 la caída de la tarde, lejos del sur de las pasiones, vagamos por la senda. Todo es cla.
ro, tranquilo, gozoso. El paisa je hiere los sentidos con nobles estímulos que brotan de profundidades misteriosas. en el vaso intacto de la tarde tiembla un agua tan pura como si las cosas fueran a entregar su secreto.
De pronto un caramillo rompe la sereni.
dad agreste con el juego armonioso de su risa. Una encantada suavidad trae su voz lige.
ra que se acerca, se aleja, nos desvía del camino y concluye por llevarnos a la linde som.
bría del bosque. Qué instante penetramos a interior?
Es difícil decirlo. Absortos en el son del caramillo dejamos de rodar por el sendero, inadvertidamente, para invadir el mundo cerrado de la selva donde impera la voluntad libre y desatada de la música. La voluntad pura, presentida por el hosco Schopenhauer.
Por la cabellera espesa de los árboles filtra el sol sus rayos de oro trémulo. Las líneas ágiles de las ramas ondulan en lo alto, ebrias de cielo y libertad. veces hablan las sombras. veces callan las sombras. Por los senderos dispersos se pierden los vagos pasos lerdos de alguien que está en todas partes y en ninguna.
El bosque está henchido de incitaciones, cargado de sorpresas. En este universo vegetal que esconde rápidamente sus colores al contacto obstinado del crepúsculo, surge el cuerpo apto y membrudo del Fauno, erguido en las caprinas patas, ceñido el rostro por fina barba rubia, cruzada la sonrisa de un júbilo sensual y primitivo.
Al son incitante de la flauta despierta el bosque con gracia contenida: se desatan sus calladas fuerzas: y ahora es como si rasgáramos el velo de la tarde para sorprender el lauto secreto de la vida vegetal. Afluyen ruidos, se agolpan voces tumultuosas, el grito libre y fuerte se trenza con el murmullo de las hojas. La disonancia irrumpe bruscamente trozando el ritmo del conjunto. Saltan las voces, juegan, se atropellan, se afirman en continuada oposición. Cada vivencia es una aspiración de sonido: cada sonido una energía en pleni.
tud de gozo. Ascienden los rumores, se con Son las cuerdas flexibles de las lianas. Qué hermoso el crescendo de las trompas junto al vibrar de los timbales. Son los árboles que claman bajo el viento y responden a los grillos agudos del crepúsculo. ese llanto de violines. Las hojas que imploran por la ausencia del sol.
Qué puro es el sonido que se retuerce en el flanco de los cobres. Es el chasquido del aire en las grietas de los troncos. De dónde esas voces graves que recuerdan al órgano. Rumores que ascienden de la tierra, de bonduras subterráneas. ese piano que fuga como el agua. Las ninfas, que cruzan por la fronda y rozan con sus desnudos cuerpos los lirios re.
sonantes.
Estamos en la bondonada umbría del ramaje, escuchando el acento innumerable del sonido que gira en la danza triunfal de alegría, ebrio de evasión; porque la música del bosque es eso: evasión persistente y clamorosa, que despliega el delirio de sus claras imágenes sobre el fondo nocturno de la sombra en reposo. Clarificada el alma, sólo aspiramos a prolongar el noble encantamiento. Qué climas de ternura en el ágil juego de las disonancias. Qué frescura en la irrupción de los contrastes!
De súbito nos oprime un temor angustioso. Cómo retener este centro sonoro que se desplaza sin medida. Dónde hallar el secre.
to que fije las fuerzas dispersas que lo animan? La naturaleza es implacable; nos ane.
ga con sus presencias increíbles, pero esconde obstinadamente el mundo enigmático de sus ocultas relaciones. veces, por el amor, se entrega, entre millones, a pocos: detrás del color y de la línea. Monet sorprende el valor su Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica