REPERTORIO AMERICANO SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXXV San José, Costa Rica 1938 Sábado de Febrero Núm. Año XIX No. 837 Arturo Mejia Nielo Azorín Lázaro Cárdenas: como él es Madrid 1937 La voz del Dr. Arango Ferrer.
Grondeza de los Mitos.
José Ortega y Gassel, España y México Las madres venezolanas se dirigen al Presidente López Contreras.
SUMARIO Frank Tannenbaum Alfonso Reyes, Embajador de las Letras MexicaEmilio Ballagas nas, regresa a su patria El ramo de Guido Spano Walt Whitman Manifestaciones de la cultura española durante la guerra.
Eduardo Avilés Ramirez Viendo hacia México Palmares de Cuba.
Fl bombardeo de ciudades abiertos.
Maria Teresa Babin Cortés Juan del Camino Gabriela Mistral Lázaro Cárdenas inspeccionar una represa que se construyó para irrigar miles de acres de tierras áridas y polvorientas habitadas por indios Otomis, el Jefe de las Operaciones militares le dijo con marcada timidez: Mi General, si Ud. encuentra algunos soldados por esta zona, cúlpeme por haberlos enviado. Después de todo, cuando Ud. está en mi Distrito, me considero responsable de su seguridad.
Pero objetó el Gral. Cárdenas si el Presidente de la República no está seguro en México. quién puede estarlo. Le agrada mezclarse con la multitud. me dijo un amigo del Pdte. Cada 17 de septiembre, por ejemplo, se complace en salir de Palacio y reunirse con el pueblo en las calles. Tuve oportunidad de comprobarlo. En Octopan, durante las noches se sentaba en un banco del Parque, con centenares de personas, indios la mayoría, a su alrededor.
En un pueblecito de las colinas, en San Luis de Potosí, donde no hay alumbrado público, lo ví sentado en una plazoleta, entre el pueblo que lo rodeó, hablando, aceptando algunas bromas y atendiendo a los cuentos que le hacían, sin tener más acompañante que su secretario, que iba anotando cuidadosamente sus respuestas sobre los problemas y los asuntos que le presentaban. No podemos evitar que proceda en Lázaro Cárdenas esa forma. me respondió uno de los altos funcionarios del Gobierno, con el cual comenté la actitud del Presidente. El es así. me dijo por último.
Por FRANK TANNENBAUM Los indios se le acercan y le endilgan largos parlamentos. No Tomado de Ultra. Habana, febrero de 1938. Traducido tienen el sentido de la brevedad.
de Survey Graphic. Nueva York, ogosto de 1937 Se detienen delante de él, con el sombrero en las manos algunas Alguien puede atentar contra tenaz en la defensa de sus con ciudad, diciéndole a sus oficiales: veces los hace sentar a su ladosu vida dije al Gral. Lázaro vicciones y entre éstas, que no Mantengan a los soldados lejos y ellos le explican sus necesidaCárdenas, Presidente de México, necesita protección es una de las de las calles y no permitan a des, sus problemas, sus aspiracuando tuve noticias de que se más firmes. Su tren es el único ninguno pasar por delante de ciones, todas las dificultades, en había opuesto a que lo acompa en México que no lleva guardia sus ventanas. Cárdenas ha sido fin, de su vida cotidiana. Acunase una escolta militar. El Pre militar. Cierto día fué engancha siempre igual, dicen los que me den al Presidente en busca de sidente se apresuró a contestar do a su tren un carro conducien jor le conocen. Pertenece al pue auxilio y él los escucha por esme: Es mejor morir tratando de do soldados, pero cuando llega blo y no permitirá que alguien se pacio de horas sin mostrar canhacer algo bueno, que conservar mos a Torreón, el Presidente or coloque entre él y los ciudadanos. sancio o impaciencia. Cuando le la vida empleando métodos re denó que se quedasen alli. Otra En el estado de Hidalgo, en el hablé de lo mucho que debe faprobables. El Gral. Cárdenas es vez escuché al jefe militar de una curso de un viaje que hizo para tigarse en estas audiencia, me Lázaro Cárdenas; como él es Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica