222 REPERTORIO AMERICANO tor. Carlos Flores (periodista, y ex presidiario de las ergastulas gomecistas de Venezuela. Mejía (negociante. Héctor Medina Planas (Inge.
niero Civil, proscrito liberal hondureño. Santiago Guillén perito agrí.
cola. Luis Silva (negociante. Matagalpa. 16 de septiembre de 1936.
La unión centroamericana Un mensaje a la juventud de la América Central Por JOSE MARIO SARAVIA Envio del autor, salvadoreño joven: lo trasmitió por la Voz de la Victor, en esta ciudad, el 12 de octubre de 1937 que han el pensamiento, es encadenarnos con la humillante herrumbre del grío, en la cueva mortal de una cárcel, como son las que nos demarcan las fronteras, ison prisiones. que caigan las fronteras y caerán esas bastillas en las que vivimos; porque en naciones pequeñas nacen hombres producto del medio: pequeños, que anulan la inteligencia y el talento, con la charpa y el yatagán, pero no son culpables, son hijos del ambiente; en cambio, de una Nación grande, saldrían hombres también grandes porque desde que nazcan, a su alrededor todo será grande. Si podemos hacer de estas Repúblicas, que ni ese nombre merecen, pues es duro decirlo pero es cierto, son parásitos de otros tantos pulpos que nos extraen el oro como un vampiro la sangre un jardin de Hespérides, como el que soño de la Atlántida el fantasista. por qué no hacerlo. está en nuestras manos, pues a la obra se ha dicho.
Impresionad las pupilas como los marselle ses de la Revolución, rasgad vuestros tímpanos como rasgaban las vestiduras en señal de indignación, los escribas de Judea, cabalgad en los indestructibles caracteres, que están esculpidos al relieve en el bronce de nuestra raza, y en todos esos pueblos encontraréis corazones Por medio del ter os mando un mensaje de amistad intensa y eterna. Desde esta amable radiodifusora, palpitante de emoción me dirijo a vosotros, jóvenes y compañeros, arduos intelectos, futuras columnas de sostener el gigantesco edificio de la Unión; mentes despejadas, hombres pensantes, la Patria mayor con que soñaron nuestros antepasados, aquella vasta campiña laboriosa, culta, próspera que divisó la pupila visionaria de Morazán, os llama; para que sirváis de escudo contra los indivisos y ocultos enemigos de su causa nobie y grande, necesita de vuestras fuerzas para apoyarse; estáis llamados a desenvolver un ideal bellisimo, a desplegar un pabellón inmortal, a ser mártires de su belicosa Gloria, a impulsarla contra todo lo que atente al crimen de lesa na.
ción, como es empequeñecerla; sóis los llamados del Destino; los elegidos de la Suerte; los ungidos de los dioses, como decían los habi.
tantes de la Grecia; los que formaréis su Guardia Corporal; sóis en fin el alma de este trascendental paso que nos libertará a todos los centroamericanos, al sacudir con orgullo y energía las opresiones y los cresos, que con sus fau ces nos engullen dividiéndonos. Aún no somos libres, pero ha llegado la hora, se aproxima otro 15 de Septiembre para nuestra Historia; nos dispersamos antaño por los intereses de unos pocos que imprimieron al sistema planetario de nuestras enanas y raquíticas naciones, esa fuerza centrífuga de la división, que nos refractó en parches de tierra sin importancia; pero hoy, empezamos a abrir los ojos antes vendados con las estúpidas aberraciones, y otras fuerzas más importantes de la gravitación, como la caída de los cuerpos, la de la gravedad, se imponen por la sencilla razón de que aquella ley separatista ya no hay quién la alimente, y llegará un momento en que sucumba; entonces imperando la fuerza centrípeta, nos precipitaremos de la periferia al centro, al encender la antorcha inextinguible y luminosa de la Unión, y allí, en aquel centro, nos fundiremos, al de.
jar de ser simples satélites que por la atracción de una idea, formarán el gran astro, el planeta de una República unitaria, que con su luz será el lucero más vívido de todos los que forman la soberbia diadema cósmica de AMÉRICA.
He depositad pues en vuestros corazo nes centroamericanos el alto ideal que nos unificará un día no lejano. Si antes un distinguido prelado lanzó desde las torres de la Merced, en San Salvador, la justa causa por la que perecieron invictos nuestros proceres en la lucha contra España: la Independencia; hoy, no uno, sino mil intrépidos jóvenes, estudiantes, idealistas, lanzan de nuevo desde esa cuna de héroes, en mi nombre, la proclama de la libertad; estar unidos, es estar libres; poder libres transitar por estos suelos, libre pensamiento en las Academias y Universidades, libres ejercer nuestra desinteresada amistad. Qué hermosa es la libertad. pero estar separados, es ser aún esclavos, es yetar el derecho de cariño mutuo que nos debemos, es prohibir la palabra, el tránsito, irréditos, que liban la sangre que en torrente se acumula por la realización de ese ideal que nos consume, y que ha de formar un Estado (tan perseguido) de oteótricas grandezas, de capitando de un golpe las oligarquías del pasa do.
Cinco jirones de tierra son estas Repúblicas, cada una originaria de un color, daría por resultado una hermosísima bandera, ondulante en el asta de la paz. El huracán ártico pues, debe de ser sustituido por el tempestuoso despertar tórrido que incontraste nuestras playas, al agitarse por el retumbo del volcán que incendia la llanura amodorrada por el sol calcinador, con sus habitantes enquistados por la opresión de la mano ordenatriz que se levanta. Por lo mismo que es un pueblo dividido no tienen otro horizonte que perseguir que el del trabajo rudo. de ahí nace el odio al rico; pero dadles a esos campesinos extensos terrenos incultos y fértiles que cual tierra prometida se esconden tras las murallas fronterizas, y los veréis cambiar; pues su lucha es humart2, ya no combate a los elementos salvajes que le roban su única guarida con desleal ironía. al botarle el rancho la conmoción telúrica, y arrasarle la siembra la tempestad rabiosa; estos miserables de nuestras latitudes necesitan lontananzas que escrutar, tierras lejanas que poblar, ciudades que levantar, sólo necesitan que se les abran las puertas de la libertad y la cultura para que entre a su hogar el aire de la vida menos estoica, y la luz de la instrucción, que la creen sólo para los que moran en los recintos de las capitales.
Este es el objeto de esta transmisión: La Unión Centroamericana; por eso vosotros estudiantes, periodistas, intelectos que sóis la guía y sostén del pueblo, sóis también los llamados a predicar a las multitudes el credo sagrado de la fusión fraternal de nuestras ambiciones, culturas, costumbres, esfuerzos y trabajos; sóis vosotros los que enardecéis y exaltáis los ánimos de las borrascosas aglomeraciones que se guían por el instinto, como se amansan y enternecen; desplegad toda la locuacidad florida de vuestra oratoria, emplead el arte de discernir a los hombres, en este gran ideal morazánico; dad conferencias, explicadles las ventajas, animadles, y fruto de ello será la formación de una República única cuya floreciente Capital a orillas del Golfo de Fonseca, en la desembocadura del proyectado Canal de Nicaragua, se convertirá en el crisol de todas las razas, de todas las sangres, de todas las religiones, de todas las ideas, de todos los idiomas; será una urbe de avenidas anchas y rectas, de hermosos edificios, de amplios parques y jardines que la embellezcan; sus 300. 000 habitantes más o menos honrarán el trabajo ya dedicándose a los intercambios comerciales, a las faenas industriales, a las labores del cultivo, a las metas intelectuales, a las múltiples rutas que puede seguir el ser humano. Eso será superiorizarnos. Lo demás son cuentos, máscaras para disfrazar nuestra incompetencia e ignorancia. En el 21 fueron las campanas las que se dieron al viento, hoy es el claxon, el que trepida clamando su idealización; abajo esos individuos rezagados que se creen profundos sabios; elementos degenéricos que apoyan teorías de hace un siglo; polémicos, fraseológicos, parlanchines, enemigos de la sociedad, que con sus matusalénicas afirmaciones no dejan progresar el Istmo, ni cristalizar sus altas aspiraciones; neurasténicos que a fuerza de leer lo que dijeron otros desequilibrados de sus tiempas nos hacen marchar por sendas erróneas al indigestarse con tan absurdos temas; con sus incorregibles dogmas tratan de endiosarse a costa de nuestra inexperiencia, y por el mismo lógico motivo condenan la unión; la unión traería por consecuencia la Un error lamentable Es un error suponer que el hombre, después de la mayor edad, no sea susceptible de mejorar su mentalidad, no obstante los continuos ejemplos que nos ofrece la vida, en la que pueden observarse individuos a quienes lo voluntad o la necesidad, al contacto con las actividades de su oficio, se les ve en un constante perfeccionamiento; aquella creencia desconoce la función cada día más activa y real que el adulto, por el ejercicio del derecho de stufragio y por la acción sindical, está ejerciendo a diario en la vida nacional. Abandonar al adulto, que por razones económicas ha debido ocuparse prematuramente, es dejarlo entregado exclusivamente a la propaganda política, que puede desnaturalizar en él, qun con más grave daño de lo que ocurre en la infancia, los conceptos fundamentales de su crientación en la vida nacional; y, en todo caso, despertar en los más ambiciosos y luchadores, la justa rebeldía del que se ve pospuesto o limitado en sus aspiraciones. La labor misma del maestro primario se constantemente entorpecida por la falta de cooperación del padre de familia. No preocuparse de la educación del adulto con el mismo interés que que la del niño es desconocer la rapidísima evolución mundial, con sus estrechas vinculaciones internacionales, en la que el más débil o incapaz física o intelectualmente es absorbido por el más poderoso. aceptamos un rápido progreso, o pereceinos. De Pedro Aguirre Cerda, en los Anales de la Facultad de Comercio y Economía Industrial. Universidad de Chile. Santiago, Enero Diciembre, de 1937. ve Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica