Imperialism

REPERTORIO AMERICANO 99 fué un literato de concurso que anduviera buscando consagraciones oficiales y entonces al verse en el retrato del pintor amigo, tomado cuando andaba en plena lucha, siente asco y miedo del panteón académico y se decide a luchar nuevamente y con nuevos ardores. Pero ya aquí y con el caso Dreyfus vuel.
ve en la película el drama con todo su anecdo.
tismo. Sin embargo hay un momento en que destella ligerantente lo que anda en el fondo y en la realidad de todo y es aquel en que Zolá verse perdido ante los Tribunales, apela al pueblo y a su sentido de justicia cuando lo condenan jueces venales y oficiales corrompi.
dos. 810) Luego el paseíto aquel de Dreyfus, de la celda a la playa y de la playa a la celda en que se eterniza la película es abominable. Se insiste mucho y sin ningún justo propósito en una horrible miseria, dándole un carácter bufo y espectacular que no alcanza siquiera efecto dramático. Porque hay que advertir que también Zolá lo hace en sus obras en las que la miseria humana alcanza su más crudo realismo, pero lo hace como Goya en sus Caprichos, con un enérgico tono de protesta con el vehemente propósito reivindicador de un gran revolucionario.
Fósiles vivienles (Sugiere Darwin)
Madera de Emilia Prieto La vida de Emilio Zolá en la pantalla Por EMILIA PRIETO Colaboración. Costa Rica y marzo 10 del 38 ficamente con lo de penetración imperialista a las invasiones armadas. Es pues cuestión de interpretación plástica, de nomenclatura, de truco ingenioso. Menos narración por favor. menos el había una vez, o el once upon a time de la historieta soporífera con que se duerme el nene, y más expresión certera que no es en manera alguna esclavizar al público con esas interminables escenas, en que son ne.
cesarias mucha cháchara y muchos movimientos cajoneros para que resulten. Tal vez si quepa a propósito de todo esto señalar un acierto. Aquel de la reacción saludable que le produce a Zolá la carta en que la Academia lo incorpora llamándolo inmortal. Qué fiesta hubiera sido eso para un cretino. Cuanto banquete y champagne a propósito del magno suceso. Pero no fué un narcisista Zola. No En cuanto al caso Zolá Cézanne hay cierta falsa parcialidad que favorece al primero. Zo.
lá no comprendió a Cézanne, ni supo nada de la revolución que simbolizaba aquel genio.
Sabido es que en Oeuvre el escricor trata a su amigo con impiedad en la persona de Claudio Lantier. Pero este error de Zolá cobra hoy por hoy excepcional importancia.
Muchas y muy oportunas cosas podrían plantearse en torno de esto (ya que la incompren.
sión no es mala fe) para llegar a la conclu.
sión de que lo que a fines del siglo XIX alejá a ambos es lo que hoy los hace complementarse.
Pero la película aquí también se queda cor.
ta. Sigue presentando al mortal con menosca.
bo del inmortal, al hombre que oculta al superhombre, haciendo énfasis en lo biográfico y enredando en los hilos de la vacuidad cotidiana a dos genios, que sobre el borrascoso cie lo del siglo XIX, volaron serenamente y a gran altura.
Volvía a vivir El señorío de la tierra ¿La vida de Emilio Zolá es realmente una buena película? Si uno les toma el parecer a varias personas, dirán sí o no, según la calidad de personas que sean, desde el punto de vista de su cultura. Es muy interesante que el pú.
blico grueso, por ejemplo, oiga de labios del héroe presentado por Hollywood, aquellas frases sentenciosas de que nada podrá detener la verdad en marcha, y de que los hombres pasan mientras las ideas sobreviven. Hoy especialmente que los pies parecen ser superio.
res a la cabeza, son de un indiscutible valor esas presentaciones. Pero para los que saben eso de memoria desde hace mucho tiempo y han querido vivir con su propia vida la verdad en marcha, para los que condenan la regresión en todas sus formas y han puesto las ideas por encima de sus necesidades de hom.
bres, sería más interesante que el mero sermón, ver con toda propiedad, dado el caso particular de Zola, dónde y cómo halló esa hermosa verdad que inspiraba su vida y sus obras, y cuáles fueron esas ideas que revolucionaron todo un sistema ideológico, hasta fundar una escuela o corriente de carácter inconfundible que se llama naturalismo.
Para nosotros, la vida de un gran hombre no es el detalic doméstico ni la cnfermedad que padece, ni su miedo a los chiflones, pues to que todo eso por baladi pasa y sólo la idea que lo hizo grande queda. Es más bien, la historia de cómo y porqué se fué planteando esos problemas humanos que lo inquietaron hasta la angustia, y le dolieron tanto en el alma, que terminó por dársela a sus semejantes toda entera en cada una de sus obras. Pero este planteamiento es realizable en lla? Absolutamente realizable y en el caso de Zo! muy particularmente. Si alguna ideología hubo fuerte por sincera fué la suya. Formuló en literatura problemas que simultánea.
mente formulaban las Ciencias Sociales. Las guerras las hacen los poderosos para su pro.
vecho. decía mientras se denominaba cientiDesde Lisboa a Boulogne fue felicísimo el ciaje. Cuatro dias inolvidables. Barco inglés.
Las amistades a bordo se improvisan con fa cilidad. Pero lo que no era previsible. sucedió: la coincidencia con tantos amigos y correligionerios. De qué religión? De la religión universal de la paz y del orden juridi.
co; de la libertad y de la justicia; de los que man a la humanidad y son tolerantes, de los ciudadanos del mundo civilizado.
Volvía a vivir La tierra es siempre en historia la fuerza que da nueva vida a los titanes. Los Gracos hubieran salvado a Roma, si hubiesen podido hacer pasar sus leyes agrarias. esto es cierto hasta en lo moral. La tierra sostiene largo tiempo en cada localidad las tradiciones, las coste mbres, las ideas recibidas, los hábitos que tantas resistencias oponen a la nivelación de la humanidad y a la distribución general de los humanos progresos. Una vez que quise darme cuenta de la lucha entre la civilización y la barbarie entre nosotros, parecióme hallarla en el aspecto físico del suelo, de hábitos e ideas que engendra, y alguna verdad debian encerrar aquellas cortas páginas, puesto que han sido aceptadas como esclarecimiento de los hechos.
la panta (De Francisco Gonzálbez Ruiz, en su libro Yo he creído en Franco. Proceso de una gran desilusión. Dos me.
ses en la cárcel de Sevilla. París 1938. Con PISBA Apartado Mérida Venezuela Independencia, 126, consigue Ud. este semanario. De Sarmiento en el tomo XXI de sus Obras. Buenos Aires.
1914. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica