Yolanda Oreamuno

30 REPERTORIO AMERICANO América Hispana Por ALICIO GARCITORAL De El Nacional. México, 19 de setiembre de 1938 menta y aumentará de día en día.
Diremos también que Iberia, nombre anterior al de Hispania, pertenece a las niebjas de la historia, y es absurdo anteponer el nombre de Iberia al de Hispania, cuando la península existe como fuerza creadora, cuando Hispania es y no cuando Iberia. Se ha usado el nombre de América Ibérica para unificar lo español y In portugués, pero ello es falso porque Iberia queda borrada por lo hispánico, y es de esta fuente Hispania de donde nacen los inodernos Portugal y España.
Algunos escritores norteamericanos y otros que no pertenecen tampoco a nuestra estirpe, se han ap:esurado a afirmar, desde hace varias décadas, que se trata indiscutiblemente de América Hispana y que esta es un producto y a la par su aumentadora y enriquecedora de una estirpe original y creadora, democrática, espiritual, cuyos yerros fueron los de su época, y casi siempre menores que los de otros países de entonces que más tarde habrían de lanzar to.
da suerte de calumnias y exageraciones contra la península hispánica.
América Hispana es una realidad de nombre y de pueblos. Es un conglomerado, un cuerpo magnífico, rebosando posibilidades. Hoy, muy desconcertado. Podrá ser fuerte algún día, fortaleza de unión, de paz, de trabajo y de justicia?
Con el nombre de Hispania se conocía legendariamente, aun antes de Cartago, la peninsula denominada hoy ibérica. De aquel conglomerado de tribus sobre cuyas raíces la ciencia y la historia no han dado aún, ni mucho menos, su palabra definitiva, fueron forjándose las características de los españoles, contribuyendo a ello el oleaje histórico y racial oriente y occidente que se dio en dicha península por modo notable. Hispania se fue convirtiendo en España y España quiso decir la península.
Cuando los Reyes Católicos se titulaban, siguiendo la tradición de algunos reinados entre ellos los góticos reyes de España, los reyes de Portugal volvieron a protestar ante e!
Papa, entonces el árbitro máximo, diciendo: estos reyes se titulan de España y no es cierto, por cuanto Portugal en España está y en él los dichos reyes no gobiernan. Es decir, que muy fundadamente, los portugueses seguían la reaildad geográfica engendradora de la política. para ellos España era Hispania, la península, el conjunto de naciones peninsulares.
Separado de nuevo Portugal de España ba.
jo Felipe IV, Hispania quedó convertida en dos naciones: España y Portugal, pero siempre, sobre todo entre los portugueses, subsistió la noción hispánica, en la cual abundaron sus más grandes hombres: Camoens considera hazañas hispánicas las de su poema Os Luisíadas; Alejandro Herculano, Oliveira Martins, Eca de Queiroz y otros abundan en el sentido peninsular, considerándose parte de Hispania.
Como ninguna teoría racial puede perinanecer en pie, y la raza es un producto del acaso, podemos afirmar, y con todo orgullo, que existe una estirpe hispánica, engendradora de una civilización hispánica, estirpe definida, fuerte, con extraordinario porvenir. Decir estirpe permite incluir en ella, no solamente los frutos de la península hispánica. España y Portugal. sino aquellas razas, aquellas multitudes aborígenes de América, las trasplantadas de Africa, las de las Filipinas y otras, que deben a la estirpe hispánica su razón de ser, su pasado, su presente y las grandes trayectorias con las quales día a día se va hilando el porvenir. la palabra estirpe abre también sil seno amoroso a aquellos elementos de otras estirpes que se han vinculado a la hispánica, dejándose absorber y enriquecer.
Lo hispánico implica una fuerza creadora nacida en la península hispánica, estirpe que, teniendo raices en la latinidad, las tiene asimismo en las fuerzas aborígenes peninsulares, en el choque con los bárbaros y con el oriente. Hispanismo es una de las más altas y originales expresiones de civilidad. Decir, pues, América Hispana, es aunar la personalidad de este continente, hasta su sangre y características ancestrales, con el genio peninsular que la fecundó y la hizo madre. Llamar a la Améri.
ca de lenguas españolas y portuguesa América Latina, es arrebatarle a la península hispánica, con buena o mala fe, un legítimo orgullo.
Esta América podrá tener relaciones básicas con la latinidad, pero a través del genio hispano, es decir, de lo vivo que pasó a suplantar a lo muerto, absorbiéndolo. Decir América Latina es desvirtuar la verdad, incluso en perjuicio de esta propia América, porque es retrotraerla a caminos ya suplantados, petrificados en la historia. América, como lo hispánico, es un algo vivo y potente, cuyo poder de creación auMedios que usted sugiere. Viene de la página 23)
borre diferencias de posiciones económicas, vi Ignoro si habré logrado claridad en mis patalizando la enseñanza, universalizándola, para labras. Solamente estoy segura de la honradez asi lograr que tenga verdadero contenido so de mi decir. Senti la necesidad de hablar y lo cial. No otra cosa es la obtención de la ense hice, con el cabal conocimiento de que realizar, ñanza secundaria gratuita y obligatoria. Por lo llevar a la prácica mis opiniones es muy difícil.
reducido del tema me limito a apuntar lisa y Pero también es poco fácil externarlas con franIlanar. ente el hecho. Además, ya se ha deba quieza. como esta es la primera parte de la latido suficiente en Costa Rica, y existe como nor bor depuradora, dejo a otros el campo libre para ma invariable en todos los países cultos del actuar, sin que esto se intreprete que eludo resmundo. para lograrlo, lo ya dicho: una ense ponsabilidades; muy por el contrario, mi colaboñanza más dinámica, menos desconectada, que ración será siempre amplia, amurallada única brinde un mayor interés para el alumno por su mente por mi capacidad incompleta.
sentido realista y para la sociedad por sus efectos prácticos.
Firma: Ego.
San José, agosto 31 de 1938.
En este planteamiento vasto están incluidos el deber de la opinión individual, la necesidad Nota. Considerando el asunto tratado en este de externar criterio, para conseguirlo con aciertema de interés público, terminado el concurso del to, la forjación de la personalidad, la cual no Colegio, me creo en la obligación de suplicar a Repertorio Americano le dé cabida en sus columse obtiene sin la conciencia y sin la seriedad panas, siempre abiertas a todo interés desinteresado.
Ta asimilarla. En resumen, hemos vuelto al Yolanda Oreamuno.
punto de partida: para desterrar la frivolidad Nota del Editor. Como miembro del Jurado, ambiente en la mujer, urge crearle personaliexaminé los trabajos mejores, y califiqué de dad, por medio de la debida orientación edumuy bien este tan interesante de Yolanda, digno cativa, tanto del Colegio como de la familia.
del 29 lugar, a mi juicio, en el concurso. La votación mayoritaria lo dejó en el 4º 59. Conste.
El mérito de Pardo.
Como generalmente sucede en política, más con tres o cuatro millones de habitantes. El se desacreditó por las faltas ajenas que por los mérito de Pardo resalta en el de mérito de su errores propios. Sus amigos le causaron más círculo: parecía gigante por la talla microscópica daño que sus enemigos, principalmente cuan de sus colaboradores. Nadie conocía tanto a do se trataba de sofocar revoluciones y escar los pardistas como el mismo Pardo al decir en mentar en los adversarios del Civilismo; así, la reserva de la intimidad: Busco auxiliares, el Prefecto Osma establece en Arquipa una y sólo encuentro asesinos o lacayos.
verdadera caza de hombres; así, el Ministro Rosas afirma en plena Cámara que nada im(De Manuel Prada en 1902. En su porta la muerte de dos individuos en un país libro Figuras y Figurones. Paris. 1938. Homenaje al. Viene de la página 20)
dad. la ceremonia de hoy, que tiene un profundo significado, asistirán personajes de todas las clases sociales y numerosas delegaciones de los sindicatos populares, como si se quisiera reconocer públicamente que en la población de Bogotá, y aún en la de toda Colombia, no admitimos los mitos del racista, sino que todas las escalas de la sociedjad están formadas por la mezcla de sangre americana y europea, con una innegable preponderancia de la primera en la gran mayoría de los colombianos.
Férreos prejuicios habían impedido antes que el movimiento americanista contemporáneo en la literatura, en el arte, en la filosofía y en la política, entrara de lleno en el campo de la etnología. Creemos que con el monumento que hoy se inicia se deja un sólido punto de partida para la rectificación de ese error que hasta hoy nos había impedido enorgullecernos justamente de lo que en realidad somos. El Tiempo. Bogotá, 27 de agosto de 1938. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica