Feminism

22 REPERTORIO AMERICANO sultante, la ambición se embota y se encauza hacia la vida de club como único objetivo, lo cual supone el lujo en el vestir como sola obse.
sión. Esta tercera etapa se prolonga, como ur.
juego también, hasta el recodo donde se plantea la bifurcación: o se camina hasta el matrimonio, sobre las bases y con la herencia apuntadas, o hasta la soltería infértil y negativa de nuestras mujeres.
No tiene realmente importancia para ella si lo toma en serio o no.
Carente de orientación verdadera, la mujer sólo tiene un incentivo para el estudio: la competencia por la buena nota a como haya lugar y la consecuente memorización, el aprendizaje muerto en sí. Así es como la intrascendencia, la frivolidad germinan en terreno abonado. Son cinco años decisivos, perdidos por falta de continuidad, por ver la vida no como una cosa en etapas: escuela, colegio, marido, sino como una obra en construcción interna y externa con movimiento y finalidad. De ahí que para casi todas el Colegio sea: el recreo, los desfiles, la salida a las once y la nota.
La misma situación pre colegial a que antes aludí está preñada de contradicciones que luego repercuten en la personalidad, en la orientación de la mujer. Una de las más serias que crea la intolerancia doméstica es el gravamen intelectual que significa ser hija de familia.
El origen de este término debe ser tan ambiguo como su significado. Ser hija de familia equivale a estar sujeta a la tu ela intelectual y nioral de nuestros mayores a perpetuidad, viene a ser como un descargo de responsabilidades en una persona que se considera más capaz para asumirlas. La hija de familia es el producto de un núcleo pequeño y cerrado cerrado, esto es lo grave al exterior y del que generalmente el padre es la puerta y la llave a la vez. Las influencias exteriores son cotizadas, pesadas y medidas por dicho mentor, las opiniones controladas directamente y, lo que ya es del todo malo, las actividades volitivas borradas en su casi totalidad. Porque poco importa velar celosamente por la hija, si luego se discuten con ella las decisiones tomadas, tratando de educar su personalidad, su capaci.
dad para decidir por el buen camino con criterio propio. Lo grave es lo otro, la obediencia irrestricta, sin discusión amigable ninguna y el respeto también irrestricto a lo decretado con anterioridad. Esta clase de dependencias es consecuencia inmediata, por la incomprensión de los deberes y derechos paternales, de la dependencia económica forzosa de la mujer durante el período que no puede producir, sino solamente recibir. Período que por desgracia muchas veces ocupa toda una vida. Ahora bien: quede bien alaro, que no voy contra el respeto y la obediencia bien entendidos, sino contra las consecuencias de la interpretación ambiente sobre lo que es docilidad. estos efectos de obe.
diencia y respeto, según el significado corriente, de la hija para el padre que como ya dije anteriormente: tienen una causa económicano son lo suficientemente elásticos para adaptarse a las nuevas modalidades a que está suje.
ta la familia media en Costa Rica, en la cual es más frecuente el caso. Esta familia, de pocas posibilidades monetarias, tiene generalmente que lanzar sus hijos a la vida, al trabajo y a un ambiente en contra del cual los ha acondicionado. al exigir a los hijos tal actitud, se encuentran éstos cohibidos, sus responsabi.
Hidades limitadas a cero, puesto que han de recaer lógicamente en el que planteó la posición.
La muchacha así, se ha acostumbrado a que dicha persona piense por ella, a que la vida no sea más que una realidad para el padne, único quien tiene que asumir actitudes agresivas y defensivas en la lucha de todos los días. Lógico es esperar que la bruma de la frivolidad la enrede y le impida ostentar verdadera dignidad.
Porque no hay dignidad sin conciencia y la suprema conciencia está en asumir con pleno conocimiento de causa las responsabilidades que da la vida al enrolar a un ser en su corriente, sea hompre o sea mujer.
De este ambiente de Colegio lesionado, de esa tutela familiar negativa, sale la muchacha a realizar el tercer lapso de su vida: la búsqueda, y ojalá consecución, del marido.
Este tercer estado, que algún ironista illa mó cinegético. es la desconexión definitiva de toda inquietud intelectual y también es un tránsito dedicado a gastarlo, simplemente, en la forma más alegre y conveniente. Se me dirá: esa es la mujer sin necesidad apremiante de trabajar, la que puede vivir sin pensar en la realidad diaria. Argumento obtuso éste. Porque, y esto es para mí básico en la constitución mental de las mujeres, la muchacha de Costa Rica no tiene urgentes necesidades económicas que la obliguen a tomar una consciente actitud ante la vida y que desarrollen, simultáneamente con el sentido de responsabilidad, la ambición y las nobles inquietudes. Hay, claro, un sector de mujeres que se ganan la vida y sin otra posibiildad de subsistir que su propio esfuerzo, pero no es, por cierto, entre estas mujeres, la frivolidad frecuente; en ellas sólo abunda la tragedia. La muchacha media, la más numerosa en los lugares de más acentuada intrascendencia entre el sexo femenino como las ciudades que ha asimilado hasta el máximo la inconsciencia ambiente, es la que trabaja sin depender exclusivamente de ella misma y así continúa siendo la hija de familia sin responsabilidades económicas esenciales, como no sean las del rouge de buena calidad o la anhelosa búsqueda de la media chiffon. No se plantea aquí el problema de la mujer necesitada de desconectarse de su familia para ir a una oficina distante weinte kilómetros de la casa, no es ésta la que tiene apremio de trabajar para ganarse la vida en el término civilizado de palabra.
En consecuencia, la misma oficina continúa siendo una sucursal bien escogida de la casa, escogida para que no haya contactos peligrosos. donde no se mate y hasta la cual llegue la benevolente protección familiar. La muchacha se sienta ante otro pupitre, esta vez con sueldo, a esperar el fin de mes como antes esperaba la nota. En tal condición económica, se amortiguan los golpes de la realidad, pues la empleada resulta una simple ayuda en la casa, es decir, una ridícula suma que abona a los anteriores desvelos familiares, si es que, por el contrario, no da un cinco. Como reAqui abro un paréntesis. Siento una necesi.
dad imperiosa, aunque sea desviarme del hilo de mis pensamientos, de decir algo más, de ampliar algunos conceptos anteriores, para luego arribar concretamente a la pregunta que el Colegio formula, la determinación del medio para que este largo camino de tropiezos y errores señalados conduzca a alguna parte.
Dije que la mujer no desarrolla ambición propia y como consecuencia, tampoco su personalidad. La ambición, que en esencia abraza dos caminos el económico y el intelectual. queda muerta al nacer. La trama social descrita ha cometido el aborto. La personalidad, se desvía fundamentalmente hacia la máscara que es hoy por hoy la negación de toda feminidad verdadera. Esto es, la interesante. Hace muchos años, cuando nuestras abuelas usaban crinolina, apareció en escena una mujer remilgada, ruborosa y pulcra, que se desmayaba en función de debilidad y no quería saber nada de nada: en un sólo término la modosita. Hoy, con los automóviles, los aviones y los nuevos derechos, salle ésa, la interesante. Tan falsa la una como la otra. Tan mentirosa la de antes como la de ahora. Dos caras de una misma moneda de ignorancia e incapacidad. Un dúo de excrecencias del ambiente: la una afectaba no saber nada, la otra pretende saberlo todo.
Ainbas ignoran su ignorancia.
Hablo de ese falso interés que se viste de desenvoltura, de colorines, de desfachatez y, sin darse cuenta, de cursilería, lo cual parece ser la suprema ambición de nuestras niñas de sociedad. No condeno el verdadero interés, el cual no radica en ese aparato escenográfico y de telón por el que ha desviado la muje su sentido de la personalidad. No se crea que le niego a la muchacha el derecho de ser en verdad interesante, combato la manía de parecerlo.
Todo esto. qué es? Son partes de un mal social, falsas salidas del represo que llevamos adentro, la contradicción a que tanto he aludido, entre nosotros y la realidad. Es el intelecto que rompe el cerco y se desvía por cauces oscuros. Es el falso sentido de independencia y de libertad, el desequilibrio entre la esclavitud mental y los nuevos derechos. Que no haga la mujer poses de feminista, mientras no haya conseguido la liberación de su intelecto, de lo mejor de ella misma preso dentro de su propio cuerpo! Nunca hay que olvidar que la tarea se acomete por el principio. El feminismo que busca reivindicaciones políticas. sin haber conseguido otro éxito que el de ponernos tacones bajos y el de cordarnos ell pelo, será por fuerza un movimiento equivocado mientras no le quite a la mujer el prejuicio de que el hombre debe mantenerla y mientras no borre de la masa cerebral femenina el miedo a decir. el decir mal, y la deliberada tendencia a ignorar todo lo que no sean nuestros mediocres y pequeños problemas individuales. tampoco pasar por alto que para ejercer nuestros dere.
chos debemos pasar antes por el pleno cumplimiento de responsabilidades y deberes.
Las victorias del feminismo señaladas, no significan ninguna conquista apreciable para las asociaciones de mujeres que se devanan los sesos ideando reivindicaciones. Es un error creer, AHORRAR es condición sine qua non de una vida disciplinada DISCIPLINA es la más firme base del buen éxito LA SECCION DE AHORROS DEL Banco Anglo Costarricense (el más antiguo del país)
está a la orden para que Ud.
realice ese sano propósito: AHORRAR Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica