Bourgeoisie

REPERTORIO AMERICANO 13 De Acordes en sí mismo 92 Por CARLOS LUIS SAENZ Colaboración San José de Costa Rica, 1938 Rosa Elvira Alvarez (Via Repertorio Americano. IN MEMORIAM Maruja Castro Luján Ahora vengo de cintas y ríos y hojas tiernas: quédate allá en lo mismo, ciego, con tu flor seca. También en mi oscura casa tu niño de hielo, y flores sin tierra, todas de aire y débiles colores. ¡Más y más aire de mar y arco iris de monte a monte. Por donde yo no trajine no hallarán paso los hombres!
Cielo morado a la tierra: disco de sombra y to menta.
Tus claveles pequeñitos se ahogaban en sangre nueva; una luz de agua nocturna te aprisionaba las pierr. as y en los frios espejos duros fracasaban tus ternezas.
Al otro lado es el cielo luminoso de lo eterno.
Enredaderas de oro con pájaros mañaneros; tus pies libres en la danza de la vida de tus sueños; tus claveles pequeñitos amamantando luceros, 7y aquella luz que buscabas con tus ojos tan abiertos! AMISTAD Desnudo Por Ruth Bernhoor Maro, seguridad.
Palabra, alianza noble. sólo los cobardes se alejan de los hombres. 13 Aquellas noches del huerto qué lejanías de estrellas.
iban y venían los peces entre tules y camelias.
Con una frente de fuego encendía el agua serena y eran rosas pasiorarias las mis manos nazar enas.
15 Frescura de musgos después de tormenta; el ojo sabe exactamente dónde clavar la saeta.
No corras puliendo brisas de la montaña, mi cierva.
19 Tres poemas de CLAUDIO BARRERA Envio de Oscar Flores. Tegucigalpa, Honduras, de octubre de 1938 LA DOBLE CANCION PASIONARIA Con el pensamiento puesto en nuestros hombres de las trincheras: Adelante!
Yo, sembrador de ideas.
Tú, sembrador de trigo.
Tendamos nuestras manos al pobre que es amigo.
Busquemos el abrigo de todas nuestras penas en un inmenso abrazo.
Juntemos los arados que van de brazo en brazo con nuestra gran idea, que va de mente en mente. asi seremos fuertes llainándonos amigos.
Tú, sembrador de trigo.
Yo, sembrador de ideas.
Como semilla nueva sobre tierra quemada.
Como palabra al viento retenida en la queja.
La que nadie ha llamado porque está en el espíritu de la raza que vuelve y el dolor que se aleja.
ECO DEL POEMA La que se hace de brisa en jarrones de tierra.
La que canta y se calla con voz nocturna y honda.
La que le habla a tu sangre sin que tú le contestes y la que me habla al alma para que le responda.
Juntemos nuest, as penas para aterrar verdugos.
Tú que amasas la carne de todos mis mendrugos, on pago quiero darte la lumbre en tu camino: Los dos somos muy fuertes.
pero somos cobardes con un mismo destino.
Como la sola blar. ca sombra de los crepúsculos. veces nazarena sombra de los caminos.
Donde hayan alegrías estará satisfecha y triste en los silencios de sucios peregrinos.
García Lorca Luna, aire, verdor y sangre.
Aire: ríos de soledades.
Verdor: sueñan los árboles, los tréboles se entreabren. Un doncel de graradas caído entre espadañas!
22 Era una larga avenida morada: a un extremo, la luna ya en cinta subiendo por la montaña.
Al otro, la mar oscura, abuela de viejas barcas. un ángel de ojos cansados con una verde rama de triste piro, al hombro, la cami. naba.
27 Todos los ojos sabios no podrán retenerla.
Algo de cada cosa se lleva el viento suyo.
Como la rosa tiene viento de primavera y un coraje de pueblo contra el burgués orgullo, De lo que ha dado al mundo poco queda en sus manos y sufre porque ignora de la palabra esquiva.
Yo quisiera ser sombra de eternas juventudes y amarrarme a su verbo para toda la vida.
Empecemos la lucha.
Yo levanto las teas.
Tú levanta los brazos. 1brazos en las masas de todos los trigales y todas las ideas.
Cambiarás tus arados por gritos de protesta y habrá fiesta en la tierra, en el mar y en el ciclo, cuando mirer que todos nos sentimos amigos; y entonces, con las manos unidas, como hermanos alzaremos las teas.
Yo con la fuerza enorme de todas mis ideas.
Tú con la verde espiga cortada de tus trigos.
Ella tiere la suave transparencia del lirio y así como la flor perfuma o envenena se ha impuesto en la gloriosa jornada del destino bajo la luz del alba rompiendo la cadena.
CARPAS ROJAS Sumid la antorcha en el agua: y ved cómo en la onda verde van resbalando sus llamas.
Voz que muy pocos labios llegaron a nombrarla.
Algo que se hace fibra de dolor y de entraña.
Que resucita y muere! Que muere y resucita, en el corazón recio de una mujer de España. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica