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36 REPERTORIO AMERICANO alegría; y todos los elementos que contribuyen a originar nuestro desequilibrio, el humo indus trial, los pantanos, etc. son repulsivos y feos porque conspiran contra la integridad de nuestro cuerpo. para terminar, Si logramos comprender la raíz de la belleza que se traduce por la perfección, y la raíz de la perfección que se traduce por la armonía y la plenitud de nuestro organismo, la armonía y la plenitud de todo cuanto con él se relaciona, comprende mos también la raiz del bien y del mal, de la moral y de la inmoralidad que brotan de un manantial idéntico. Con todo lo cual, me permito agregar yo, la teoría de la belleza no puede escapar en modo alguno a un criterio dialéctico de las cosas. Por eso, yendo a la parte esencial de todo esto, no podríamos pasar ade lante sin citar una vez más a Castelnuovo. Al dividirse la sociedad en clases, la belleza adquiere también, forzosamente, un sentido de clase. Empieza a participar de los antagonis mos de la sociedad como lo moral y lo inmoral, como el bien y el mal. La clase dominante es la que impone su tipo de economía y con ella el patrón original de toda la superestructura.
En la época de la burguesía quien legisla y sanciona el código de la belleza, esté o no con forme a la naturaleza, o en general a las nece cidades biológicas del hombre, es la burguesia En la etapa del renacimiento la pintura no pinta Cristos y madonas, papas y cardenales, porque conciba la belleza a través de la reli gión, sino porque la religión domina económica y políticamente y obliga al arte a participar de su catecismo ideológico. Sin embargo, en ese tinte de gracia pagana que hay en Rafael, por ej. pareciera actuar el arte apriorísticamente en el sentido de precipitar ese anhelo humanista que caracteriza al Renacimiento, y sería allí donde está lo que pueda tener de revolucionario.
Pero, agrega el autor que vengo citando, el tipo bello o feo que engendra una u otra clase en consecuencia deviene inversamente feo bello para la clase contraria, en virtud de la función opuesta que una y otra clase desempeña en la socidad. Para el gusto burgués, un me quetrefe con bigotito y hombreras de cartón, engominado y sardanápalo, es hoy el prototipo de la belleza física masculina. Pero para el gusto proletario, ese mismo modelo resulta, afortunadamente, lo que en realidad es, una figura ridicula y estéril. Un obrero, al juzgar la estructuración conpórea de un señorito, piensa nece sariamente en lo que haría semejante esperpento somático, metido en una fábrica o en un taller. lo desprecia porque tiene conciencia de su insignificancia y de su inutilidad civil.
Así queda establecido con toda propiedad, que cada escuela artística representó en efecto, no una corriente estética, sino una corriente política y económica. de manera, que hasta que no se formule una clasificación marxista del arte, no se estará en condiciones de abrir un juicio concreto acerca de su significación y de su historia volviendo ahora a lo que sería mi manera de ver personal, creo que en nuestro ambiente anodino y retrógrado, de colonias sin vida propia, las pocas manifestaciones artísticas que haya sufren la misma crisis en que se hallan todos los valores. Así como se le llama justicia, ya no a la concepción abstracta de Kant o Hegel sino a todo un sistema de subterfugios, honra a la hipocresía, valor a la temeridad, sinceridad a una grosera rudeza y cordura al mantenimiento cuidadoso de una milenaria rutina, se le llama arte a esa mañosa habilidad que en mi concepto es lo que menos se le parece, porque más propiamente debería llamarse pseudo arte el pseudo artista es indeseable, porque como creo haberlo demostrado, con su inconsciencia contribuye a la consolidación de este pavoroso retroceso, en que sentimos por momentos que el mismo suelo que pisamos lo es de incultura y barbarie, Creyendo haber de mostrado que los recursos artísticos pueden ser usados en uno u otro sentido como un factor poderoso, podría confirmarse lo demostrado considerando el cable aquel que describía una caricatura publicada en un periódico ruso, fijando todo un momento politico al hacer el ridiculo de la llamada evacuación de voluntarios, y provocando así, con la rapidez de una centella, todo un incontenible movimiento de opinión. eso es a lo que los del otro bando le llaman despectivamente arte político. Pensarán bien lo que dicen, porque, en su último sentido. no es política toda la serie de actividades desplegadas para que la vida social y por ende la de los individuos, se desenvuelva normalmente, de acuerdo con normas civiles que garanticen esa seguridad personal necesaria a nuestra propia conservación. Hay pan en nuestra mesa, reciben los niños adecuada educación, podemos externar nuestras opiniones libremente? pues todas esas, al parecer pe queñas cosas que dignifican nuestro diario vivir, elevándolo al nivel de la cultura, han sido grandes y difíciles conquistas, precedidas por una larga serie de luchas políticas. Pero si ocurre lo contrario, si se nos oprime y persigue y hay hambre y no se hace justicia y huyen desbandados los elementos que le son indispensables a la civilización en su curso evolutivo, también eso viene a ser política, pero a poco ahondar en ella, nos hallaremos con la contextura hueca de lo que es caos, es decir, de la razón de la sin razón de que habla el Quijote, porque en las bases no hay ideologia ni dialéctica, ni sentido humano ni nada que pueda garantizar ese aspecto afirmativo dentro del cual debe desenvolverse por ley natural la vida de los pue blos. El plano privilegiado de lo ultrapolítico no existe. En un momento como el actual se cumple lo del Evangelio. El que no está con migo está contra mi.
El arte morboso que aún le canta al dolor y que se vale de una li.
rica descriptiva de simple espectador y nos habla en tono oracular, de la franciscana pobre za y de la santa resignación, quítese su careta de ácrata, porque es fachista y combata frente a frente desde el otro bando. no nos venga a subplantar la realidad sustantiva de lo que debe ser el arte con los recursos adjetivos del automatismo, el refinamiento y la habilidad. Ya hoy, el principal ele.
mento del cuadro no es la luz de los impresio nistas, ni el rebuscado color de los académicos, ni el bloque duro y las líneas nítidas de los cubistas indiferentes, sino el hombre mismo, con todos sus dolores y sus ansias, con sus imprecaciones y los mil juramentos reivindicadores que bullen en el crisol de su vida interior. De nada sirve el equívoco de Nietszche, que al ir contra el burgués en lo que este tenía de afirmativo, se acomoda, como dice Plejanov, con el orden burgués. En las sociedades frívolas triunfan con los vistosos y fáciles recursos del neoacademismo, las medianías hábiles. Pero siguiendo los postulados de Piazzi, un gran crítico italiano: comprendemos que el artista si lo es de veras es ante todo un profundo observador. Quien se ha puesto a observar con sentido de responsabilidad social y civil, esta época de convulsivas realidades, en que nos ha tocado vivir, es un tránsfuga y un traidor, si sustituye con arreboles y matices y tonos delicados, los colores de fuego y las líneas gruesas y negras con que sobre las murallas y las pare des de las ruinas, ha de mostrarse a los hombres de una manera pedagógica los errores que los aniquilan y las verdades que los salvan.
Porque el contenido revoluciona la forma. Ni Clemente Orozco, ni Jorge Grotz, ni Bagaria podrían ironizar con gorgoritos. Necesitan me dios técnicos accesibles y la más simplificada forma de expresión. Frescos, lápiz, grabado sin nada de lo adjetivo, pero sí con cuanto sea sustantivo. Claridad pedagógica, la cual no excluye en manera alguna el valor artístico, sino que cuanto más se acerque a lo humano y a lo vivo, más probabilidades tiene de llegar a lo clásico. este respecto dice Plejanov. La tendencia de ser útil a la sociedad, condición de la virtud antigua, origina sentimientos de abnegación, y la abnegación puede convertirse con mucha facilidad, y se convierte frecuentemente, como lo demuestra la Historia del Arte, en motivo para la representación artística. Basta recordar las canciones de los pueblos primitivos para no alejarnos tanto. el Momumento a Armodio y Aristogitón en Atenas. Por eso, la situación de un artista que busque su orientación en la literatura estética ahora. prescindiendo de toda otra literatura científica, política y económica, es sencillamente lastimosa. Cualquier arte o cual quier ciencia que omita este doble principio, el principio de la sociedad y el principio de la división en clases, se aparta de la realidad social y por más experimental que sea cae en el campo de la abstracción o en el cingulo de la magia.
Sigan nuestras niñas bien pintando almohadones, nuestros parnasianos entregados al desnudo rampión que froidianamente analizado no viene a ser más que pornografia lírica.
Sigan el arte idealista sustentando su acendrado individualismo, y los místicos del refinamien to enquistados en la fórmula estéril del Arte por el Arte. Pero por mucho que se celebre y exalte ese automatismo, y por una ley obvia. la pintura se corrompe paralelamente a la CANSANCIO MENTAL NEURASTENIA SURMENAGE FATIGA GENERAL son las dolencias que se curan rápidamente con Kinocola el medicamento del cual dice el distinguido Doctor Peña Murrieta, que dez a presta grandes servicios tratamientos dirigidos severa y científicamente. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica