REPERTORIO AMERICANO gesto.
una que es jeado de harapos, así como la vi ta era la ambición del apuesto y nia.
había anhelado, y, dió por toda sión de la destartelada habitación noble doncel. Pensaba él para sus ¿Cómo podríamos asistir con respuesta: que lo cobijaba.
adentros: qué cosa habría en sus estos trajes agujereados y manci Recabo de Vuestra Serena. Por qué te has molestado dilatados dominios que pudiera llados. adujo Abul.
Alteza tan sólo el cumplimiento tanto en socorrer tan bondadosa rehusar al estudiante si él se la No te preocupes tanto por de lo tratado; déjeme ella cuidar mente a un desdichado mendigo? pidiera valido de la gratitud que nuestra indumentaria replicó a de sus colecciones de pergaminos Tan pobre soy que ni siquiera experimentara hacia Abul. su vez Harun. En estas prendas y demás útiles del saber. Cuán puedo soñar en recompensar tu mi continuando aun su soliloquio ar de vestir parecemos en realidad tan feliz me sentiré yo en el tranquilo sericordioso gumentaba para si cuán fácil le pobres como lo somos en verdad remanso donde se lee, piensa y Al punto me di cuenta cabal sería el cumplir su parte en el tra y, en ello llevamos una señalada estudia. Reitero mi solemne com.
de que tú cras tan pobre como to que acababa de cerrar con su ventaja: llamaremos así menos la promiso de ayudarle en un todo.
yo alegó el estudiante. más nuevo aliado. Mas, al propio atención de los pudientes. Luego que todos los comensales me senti misteriosamente atraido tiempo, aguijoneaba su sentido sin articular otra sílaba, Hase tendieron sobre los divanes, se por tu rostro fino e inteligente, y humorístico al considerar la im rún se encaminó a la corte con ahora que te oigo platicar, auposibilidad en la cual se hallaría su amigo. Una vez alli. desapare te su desarrollo, Abul, que no esdió comienzo al banquete. Duranmenta en mí ese atracción, porque el mozo de aquí en adelante pa ció el falso mendigo. Tenía él que taba habituado a todas las minutengo la certeza de que tú eres ra poderle prestar a él, el podero ataviarse como lo prescribía la como yo, ciosas prescripciones del ceremoun hombre educado.
so Califa, algún servicio señala minuciosa etiqueta de su elevado nial palaciego. incurrió en ¿Quieres tú ser mi amigo el que do. para probar aún más, si rango. Abul, entre tanto fué con falta aparente contra todas las reconvengamos en ayudarnos mufuera posible, a su novel amigo, ducido a la sala del banquete y. glas de urbanidad, que molestó tuamente? Pon tu confianza en Harún agregó: se le colocó en el extremo inferior grandemente a su Señor y amimí, prosiguió Abul con ademán. Me temo que nada podré ha de la mesa entre los huéspedes hugo: el estudiante cambió de resincero y conmovido acento: yo cer por ti. Ah si! Espera: se me mildes. Esa posición era la que pente el posillo de café destinado tengo amplio conocimiento de lo ocurre una idea. Creo podría con más satisfacía a la natural momundo. porque he inel al Califa por el suyo propio. Hadestia del joven que hasta ahora rún se sintió entonces tan ofenseguir que corrieras tus ojos por vertido cuanto poseía en adqui la famosa biblioteca del poderoso desconocía la envidia y la vani dido que hubo de reprimir con rir conocimientos.
Califa Harun. A1. Rashid, que dad. Luego púsose a platicar con severidad acto tan descortés. más Si dos hombres pobres, pero guarde el muy altísimo Alab por sus vecinos de mesa, aduladores la substitución de los posillos ha de corazón intrépido y leal, se muchos años. Uno de mis primos, de profesión, políticos en procura bía sido hecha tan sigilosamente comprometen a secundarse el uno Aben Sur. uno de los ama de canongias, o mercaderes acau que tan sólo el Califa se dio cuenal otro, pueden lograr mayores nuenses dilectos de nuestro amo dalados atraídos por el esplendor ta de ello y, entonces pensó para bienes para si que si ambos fuey. yo le haré saber como te has y el boato del Califato.
sí que era más juicioso no aboran ricos.
conducido conmigo Aún más: Un heraldo anunció la inmi chornar en público a su devoto De cualquier modo que fuera, confío en que por su mediación nente llegada del Califa y, al amigo.
si he conseguido el volverte mi podré procurar que tú seas invi instante apareció él, en persona, Cabe observar aquí como las amigo, me daré por bien servido tado a cenar con el Grande y Uni rodeado del Gran Visir y otros personas que ocupan elevadísimos y estimaré haber sido ampliamente co.
dignatarios del Califato.
compensado por el servicio que te cargos en el Estado se habitúan Los ágapes del Califa son fies.
El Califa presentaba una impo de tal modo a ser agasajadas con he prestado tas inolvidables. Acaso tú puedas nente figura cuajada de pedre tan exagerado miramiento, que Si el mancebo que colocaba el entonces arrodillarte ante nuestro rias de incalculable valor: perlas, todo quebranto a aquellas reglas saber y la bondad por encima de Soberano y rogarle te conceda un diamantes, esmeraldas y rubíes cu las irrita y las desconcierta. Ello todos los interesese del mundo, empleo en su biblioteca.
brían literalmente el busto del desera lo que ocurría en esos mohubiere sabido que en ese preciso Riose de buen grado Abul de cendiente del profeta y, fulgia de mentos al Califa.
instante conversaba cor el incom tan alocada y peregrina ocurrensu rostro franco la serenidad de No pudo este último olvidar lo parable Harun Al Rashid, cia. Aprovechó entonces Harún una estatua de mármol. Acompabrillante nombradía se extendía para despedirse de su amigo.
só con su mirada la amplísima que había acaecido la noche anterior y, al día siguiente se encahasta la mismísima corte de Carlo Durante las horas que siguie sala y, al enfrentarse con Abu. se minó a la biblioteca del palacio.
Magno, el Emperador de los Fran ron, Harún continuo deambulan dirigió al gran Visir como enfa Allí experimento el pesar de encos, no hubiese podido pronun do por los bazares de la opulen dado y dijole: ciar palabras más a propósito pa ta Bagdad. Eran éstos últimos. Quién es ese atrevido mozo contrar a su protegido en el acto de examinar a un can que acabara conquistar para el todo el ca sitios encantados donde la imagi ton mal ataviado y de demacrada ba de existir.
riño y el aprecio de aquel pode nación más encendida podía hatez?
llar cuanto le apeteciera: desde la El visir no encontraba palabras. Cómo te atreves a traer a este recinto sagrado un animal imEl Califa, como todo hombre goma perfumada y espolvoreada oportunas, con qué responder a su puro? interpuso el Califa, ciede elevado entendimiento, aspira con finísimo azúcar de Candia augusto amo, porque a decir verba por sobre todas las cosas, a sa hasta el chal tejido con lana de dad. Abul le era completamente go de ira. Y, asimismo debo pre¿por qué trocaste los berse querido por sí mismo y no por motivos interesados.
de mucho bullicio y algarabia, arrestar al supuesto intruso cuanposillos de café anoche?
Hondamente conmovido, abra pues todo mercader pregonaba a do el Califa soltó un sonorísima Yo estoy cumpliendo en un las zó al sabio garzón condiciones del pacle contestó: gritos su mercancía. Algunas ho carcajada. Colocada ras más tarde, cuando ya decliese sujeto a mi to replicó Abul sin inmutarse Amigo mío. Quieres cerrar conmigo el siguiente pacto? Yo naba suavemente la luz solar. re derecha, que yo ya arreglaré cuen Yo te estoy ayudando de la misma procuraré cuanto esté a mi alcance gresó Harun a casa de Abul ytas con él. Abul sentía el suelo suerte que tú me ayudaste. Yo no por socorrerte en tus necesidades penetró en ella presuroso y ale crujir bajo sus plantas, pero Ha bebi tu café: sólo fingi el hacery tú harás otro tanto por mí.
gre el ánimo.
rún no le dio tiempo a que des lo. Este can lo ha bebido y obsérvale con tus propios ojos. Lo que anhelo en este ins. Oh tarde dichosa y bien falleciera su ánimo por más tiemEnvenenado! gritó el Catante es algo así como querer to venida. exclamó con júbilo. La po: adelantándose le saludo con lifa. Sabes tú quien fué el que car la luna con la palma de la paciencia tiene su encanto, sobre marcado afecto y dijole: mano adujo Abul Tú no todo cuando es generoso el hom. Ya estarás enterado ahora de puso ese tosigo en el café?
De las indagaciones que en se puedes satisfacer mi aspiración bre que la practica, como dijera a quién salvaste la vida? Supongo pues yo querría ser nombrado bi Scherazada. Ha sucedido algo ines. que cambiarás de opinión respec guida se hicieron, fué averiguado bliotecario de alguna institución perado. Al referirle yo a mi pri to a ocupar tan sólo un modesto que el culpable había sido el huésdonde pudiera retirarme a estudiar mo tu conducta y cuán parco te cargo en mi biblioteca cuando ped sentado a la izquierda del ana lo largo del resto de mis días y, mostraste en pedir una recompen puedes optar por cualquier dig fitrión.
Se trataba de un emir que havivir asimismo en la compañia sa adecuada a tu acción miseri nidad dentro de los ámbitos de de hombres estudiosos.
bía sido otrora derrotado por las cordiosa, marchó enseguida a conmi dominio.
El Califa, a pesar de su serie társelo a nuestro Príncipe ProtecAbul, el cual por encima de huestes del Califa y. su viaje a la corte había tenido como pretexto dad y de la elevación de su alma, tor y, él, asombrado, ha pedido todo apreciaba el estudio sonno pudo reprimir una sonrisa ca que se te conduzca a palacio pa riose y ni siquiera imaginó el so el conseguir un tratado favorable a sus pretensiones, pero en realisi irónica al constatar cuán modes ra que cenes en su regia compa licitar otro cargo que el que ya cuya roso príncipe todo con