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100 REPERTORIO AMERICANO Karl von Ossietsky y el Premio Nobel de Paz Por CARMEN LYRA Colaboración. Costa Rica y febrero de 1937 Karl von Ossietsky von El cable nos dió la noticia de que el 30 del pasado enero, el Gobierno fascista de Ale.
mania se había pronunciado contra el Premio Nobel: había prohibido la aceptación de éste dentro de sus dominios y al mismo tiempo había creado un nuevo premio de es.
tructura puramente nazi, un Premio de Arte y Ciencia con 100 mil marcos para cada uno de los que se hubiesen distinguido en los campos artísticos o científicos. Lo que no se especificaba, pero que se sobrentiende, era que sólo merecerían el premio, alemanes par tidarios de Hitler.
Con tal gesto, el Gobierno nazi ha enseñado el resquemor producido por la elección que hiciera el Comité de Oslo del pacifista alemán Karl von Ossietsky para agraciarlo con el Premio Nobel de la Paz de 1935. Von Ossiez.
ky había purgado durante años en un campo de concentración su plecado. de anhelar la paz mundial. De allí había salido tuberculoso para un hospital de Berlín.
Los diplomáticos nazis en Noruega ante se.
mejante decisión corrieron y cacarearon como gallinas más o menos finas cuando algo extra no entra en el el corral: miembros del Comité que otorga el Premio Nobel renunciaron su cargo y los dirigentes del fascismo alemán tu vieron un ataque de rabia. El gobierno de Hitler se consideró ofendido: indirectamente el Comité daba la razón a Karl Ossietzky por sus actividades en favor de la paz, lo cual había valido ser internado en el campo de concentración de Sonnenburgo, en donde se le ultrajó y vejó en diferentes formas. El Premio Nobel de la Paz se se concedía a un alemán enemigo del régimen imperante en Alemania en momentos en que Hitler estaba empeñado en la guerra contra el pueblo español, en que soldados y ametralladoras nazis ayudaban a devastar un país: tal hecho no podía ser por alto por el fuehrer cuyos gestos y determinación han mantenido temblando de angustia a todas las madres de Europa. Hitler cree que con eso ha dado un cachetazo, como decimos por acá, al Comité de Noruega los corresponsales extranjeros fueron al hospital de Berlín en busca del agraciado con Premio Nobel de la Paz de 1935, encon traron a un hombre abatido por la tisis y por régimen militar fascista, que les contestaba con monosílabos. En torno suyo deben haber rondado los esbirros pardos que miraban a von Ossietsky más como un culpable que cotriunfador. No había recibido un premio, cabalmente por un hecho al que los amos de la Alemania actual miran como un gran Cosa mala es querer la paz en tiempo de guerra y en país en donde se aplaude aquella frase de la doctrina fascista de Mussolini. Sólo la guerra es capaz de elevar hasta la más alta tensión la energia humana y de foner sello de la nobleza sobre los pueblos que salen a su su encuentro ¿Y que tiempos son éstos en los que después de veinte siglos de cristianismo los hombres que quieren hacer realidad el mandamiento de la Ley de Dios no mataras son perseguidos y van a la cárcel. Qué tiempos son éstos en los que el país de los grandes sabios, de los grandes filósofos, de los grandes músicos, se doblega la voluntad de un hombre bueno a fuerza de guardián de prisión, mientras se le tiene reducido a una dieta de papas en mal estado entre las cuales suelen encontrarse ratones muertos que se cocinaron en la misma agua que aquéllas?
Después de la Guerra Europea que atrojó un saldo de un millón de muertos y de veinte millones de soldados heridos, era prohibido hablar de la paz, y hombres como Remarque perdieron la nacionalidad alemana por haber escrito un libro en que las glorias de la gue rra eran expuestas a la luz meridiana con toda su cochina desnudez en la que no aparecia por ninguna parte el sello de nobleza que dijera Mussolini y hombres como von Ossietzky iban a parar a un campo de concen.
tración por denunciar los preparativos que se hacían para la gran guerra siguiente.
Cuando en noviembre pasado el cable nos trajo la noticia de la adjudicación del Premio Nobel de la Paz a un pacifista alemán prisionero de Hitler, casi nadie conocía en Costa Rica a a Karl von Ossietsky. En Costa Rica no se da mucha importancia a los pacifistas. Como aquí hay más maestros que soldados (aunque a ambos se les mira con igual desprecio. no hay que pensar en la guerra. Quién es Karl von Ossietsky cuyo nombre ha repetido varias veces el cable en los últimos dos meses y en torno a quien ocurrió algo que sacó de quicio al dictador de Alemania?
Von Ossietsky ha sido un periodista de renombre en Europa. En 1928 todavía ocupaba de teatro, pero cuando la falsa república de Hindenburg se ahogaba entre la de bilidad y la traición, von Ossietzky pensó que deber abandonar el escenario de los teatros alumbrados con luces artificiales y salir a actuar en la realidad de los campos y de las calles, a la luz del sol o entre el frío oscuro de la noche Fué el primer periodista alemán que expuso los asesinatos de Feme perpetrados por los reaccionarios alemanes y su voz se levantó para denunciar sin vacilaciones los subterráneos de la política militar a.
lemana en la que él veía la amenaza de una nueva guerra: fungió como jefe de aquel ju rado independiente que investigó los hechos sangrientos del 19 de Mayo sangriento del año 29 y fue él quien sostuvo la lucha más decidi.
da contra los armamentos secretos de Alemanis nia.
Von Ossietsky era un republicano que creía que dentro del marco de la democracia burguesa se podían realizar sus ideales de paz.
y en sus periódicos embestia por igual la actitud dócil de las derechas y la rebelde inquietud de las izquierdas ante la fabricación de nuevos armamentos, Alimentaba la ilusión de que una república socialista puede instau.
rarse en este mundo sin ninguna violencia.
Quizá vió una realización de su ideal en la caída de la Monarquía y el advenimiento de la República en España en el año 31. Aquello de que un rey cediera el campo a la Re.
pública sin derramamiento de sangre: Permitidnos el campo. Majestad. Con mucho gusto, ciudadanos. fué algo hizo andar edificados y con sonrisa de triunfo a cuantos creen honradamente en el evolucionar franquilo de la sociedad, sin violencias y sin víctiera su pasado Como los trabajos humillarlo, a fuerza de hacerlo ejecutar como un anatema, centenares de veces los arri ba. abajo gimnásticos voceados por un Sandino Pequeño de estatura, con su cara de niño, muy seria bajo el ala de su som brero tejano, serio hasta cuando se reia jugando con mi hijo, hablándome de la Argentina, de los mensajes de la Unión Latinoamericana, de los estudiantes y de la clase trabajadora de la América del Sur. Yo iré un dia a la América del Sur. me dijo: pe ro la América del Sur ya no verá el ros.
tro de Sandino; ya todos sabemos que el indómito guerrillero antimperialista fue asesinado friamente el de un cuartel, por orden del imperialismo yanqui.
Su Estado Mayor. Lo rodeaba un grupo de jóvenes hombres que formaban el Estado Mayor de aquel General con cara de niño.
La composición racial de aquel gru.
po era interesantísima, pues cada uno era de un distinto país latinoamericano, reflejaban la ansiedad colectiva anti imperialista de la América Latina. Te.
nían las caras románticas y fuertes, esas caras que sólo he visto e hombres de esos climas, de esqueleto indio, curtidas vivivas, señaladas por las guerrillas de las montañas. Recuerdo especialmente a aquel joven capitán Paredes que no conarriba de 20 años, con el orgullo que se levantó la camisola guerrillera para mostrarme un pozo que tenía en la espalda, dos costillas de menos me di.
jo me las volaron las granadas de las salvajes infanterias yanquis. y cada uno de aquellos muchachos, camaradas del joven General, llevaba adentro o afuera la señal revolucionaria de una generación antimperialista. Blanca Luz Brum, en Blanca Luz contra corriente. Ediciones Ercilla. Santiago de Chile. 1936. el mo un pecado?