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REPERTORIO AMERICANO El caso de don Miguel de Unamuno y la militarada española Entrevistas y comentarios Entrevista con André Salmon De El Tiempo. Bogoti. 20 1X 36 Miguel de Unamuno Dibujo de Flouquet En Burgos, nuestro eminente colega espanol señor Pujol, ex director de Información y que, en una guerra civil que tiene ahora todas las organizaciones de la guerra, simplemente, dirige un servicio de documentación en el cuartel general del ejército rebelde, me dice. Todo el que en España piensa con juzteza y con claridad está con nosotros. Piense usted que aquí puedo evocar la adhesión total, sin reservas, de uno de los más grandes hombres de la izquierda, del maestro del libre pensamiento puro, del ilustre escritor, el profesor Miguel de Unamuno, de la Universidad de Salamanca. la verdad, la revelación del señor Pujol era importante. Miguel de Unamuno. antes simbolo de la resistencia intelectual a la dictadura del general Primo de Rivera, Miguel de Unamuno, condenado por tantos escritos ieputados subversivos: Miguel de Unamuno, que hizo célebre cierta versión dramática para los que no la habían leído.
El señor Pujol podía saborear su efecto. entonces sentí un furioso deseo de recoger una adhesión de principios de los propios labios del autor del Sentido trágico de la Vida.
Miguel de Unamuno habita en una vieja casa de carácter completamente catalán, en uno de los más viejos barrios de la ciudad. Es en una calle no más ancha que una callejuela, cerca del convento de la Madre de Dios. cuyas paredes antiguas hacen pensar en el decorado de algún drama de Calderón. Se sube una escalera de piedra. Una sola puerta. Es ahí. El viejo maestro accede a recibirnos. En España, ni siquiera los ancianos conocen el valor de la palabra hora avanzada.
Vestido de negro, acariciando con su mano fina una corta barba blanca, Miguel de Unamuno está en medio de su gabinete de trabajo viejo, muy simple, emocionante y que resume por sus libros, por sus retratos, por sus pilas de documentos, una larga vida de artista y de filósofo.
Solamente tengo una pregunta que hacer al viejo maestro. Es directa y comprenderá todas las respuestas que consienta hacerme. Puedo pedirle Sr. Profesor que me formule, en mi calidad de periodista, las razones superiores que ha tenido un jefe indiscutible de la izquierda como lo es usted, para adherirse a un movimiento que en el extranjero muchos consideran de derecha?
La respuesta de Unamuno es inmediata y fulgurante. Por qué? Porque es la lucha de la civilización contra la barbarie.
Miguel de Unamuno acaba de articular, en su casa de Salamanca, las mismas palabras, significativas, que el otro día me dijo el general Mola en Burgos.
Tomándose la frente con un gesto melancólico, el viejo maestro se explicó. Una enfermedad mental colectiva se ha abatido sobre el mundo. Qué? Oigo evocar el respeto a las ideas. Qué cosa lastimosa!
Ante todo, es necesario que las ideas existan para que uno pueda respetarlas. Un desgraciado iletrado habla con éxtasis de Rusia. Le pregunto a usted qué sabe de ella él, que no sabe casi nada de su propio país.
Las sangrientas violencias de los primeros días revolucionaron el alma y el corazón de Miguel de Unamuno y al invocarlas él, que se alaba ante todo de seguir siendo un viejo liberal. me ha de confiar. Se ha sostenido realmente que en Barcelona las iglesias quemadas carecían de valor artístico? Artísticas o no, había que respetarlas. Oiga, voy a llegar hasta el fondo de mi pensamiento. Comprenderíase que se hubiesen invadido las iglesias para robar. Pero quemarlas. Deshacerlas! El mal por el mal. La desgracia es que han envenenado el espíritu del pueblo haciendo creer que en lo sucesivo va a vivir a expensas de los otros. Es exacto, señor profesor, que usted se ha inscrito en la suscripción nacional con 000 pesetas. Es perfectamente exacto.
El testigo de tantas horas decisivas de la hictoria española contemporánea se tapa por un instante con las dos manos sus ojos cargados de ensueños y llenos de visiones, antes de continuar. Me he suscrito. para la guerra! Sin embargo, recuerdo haber visto, cuando era niño, la guerra carlista. Conocí el sitio de Bilbao y no ha sido sin tristeza que yo, viejo vasco, he pensado ver nuevamente esas cosas tan tristes.
Pero son necesarias, para salvar la civilización!
Después haberme mostrado en un estante la novela que, en 1897. escribió sobre la guerra carlista, Miguel de Unamuno volvió a este punto que lo obsesiona, a él, maestro de la juventud. Lo he dicho en París y en Londres. Sufrimos un relajamiento de la moralidad después de la guerra. Ya es tiempo de reaccionar Ahora el maestro ironiza tristemente sobre la obra de los partidos de que fué aliado y que hoy se ha resuelto a combatir. Comunismo! Esa palabra tapa todo!
Pero hay que ver las cosas tales cuales son.
Alla, es la anarquía pura y simple la que manda. Como siempre, por otra parte. Antes, en el congreso de Londres, cuando Bakunin.
el nihilista, se separó de Karl Marx, el comunista, él puso con él a la mayoría de los anarquistas españoles. Un poco antes de acon tecimientos actuales Trotsky víno a España.
Expuso las modalidades del Estado proletario. Pero sus auditores españoles les respondieron: No tenemos interés en ninguna clase de Estado.
Miguel de Unamuno se ha levantado: las palabras que va a pronunciar serán bien emo.
cionantes. Hay una palabra española que ha pasado a muchos otros idiomas: Desesperado. Ay! Es por desesperación que han quemado las iglesias! Por desesperación de no creer en nada. en voz muy baja, el autor del Sentido trágico de la Vida, murmura como a si mismo. Ante todo, es preciso vivir. Pero qué dificil es entonces vivir. haciendo una profunda pausa, termina. Hubo en Chile, antes, una revolución Gana y Voluntad (Sugiere Unamuno)
Madera de de Artiñano