366 REPERTORIO AMERICANO Constancio Vigil, faro espiritual de América Por LUIS VILLARONGA Envio del autor. Son Juan de Puerto Rico. 1937 Constancio Vigil Estamos ante el libro de Constancio Vi.
gil. El Erial. Vigil cree que todos al nacer tenemos delante un erial. Un erial que a nosotros nos corresponde sembrar. este libro es la sembradura de Vigil en el erial de su vida. Hermosa sembradura la del gran escritor Ha hecho Vigil de su erial del erial de su vida una corona. Corona inmarcesible porque está toda hecha de flores espirituales.
No he encontrado jamás a mi paso por ia vida un libro del cual pueda decirse mejor que de éste de Vigil que es bueno como un pedazo de pan. Blanco como el pan: puro como el pan: sano, sabroso y oloroso como el pan. En este libro la bondad se corporiza y se ve blanca y pura y suave.
Vigil es un sabio. Pero no un sabio por la crudición sino por la intuición que de la vida ancha y profunda tienen algunos seres privilegiados. En este respecto parece un hombre de la Antigüedad.
Vigil es una combinación magnífica y radiante del sabio, del artista y del apóstol. La verdad. la belleza y el bien constituyen en su espíritu una síntesis suprema. Tiene Vigil un modo de decir que acusa una sensibilidad en carne viva. Sus conceptos parecen a veces entrañas sangrantes. es que Vigil es un tipo de hombre sumamente evolucionado. Vigil, es una esencia, un puro espíritu. causa de eso toda ciencia conceptista, libresca. sociologia, pedagogia, psicologia, moral. derecho se resuelven en Vigil en una melodia espiritual, en una música de ángeles.
en un ramo de azucenas. En él toda actual controversia aparece superada. Vigil marca un estadio social y espiritual al cual sólo una docena de hombres ha llegado en todo el planeta. Pero eso disminuye la eficacia vigiliana. No importa que haya tan pocos Vigiles en el mundo. Ellos están ahí para decirnos hasta donde podemos llegar. Son arquetipos.
Ellos sostienen nuestra esperanza y nuestra fe en un mundo mejor que algún día será realidad Vigil constituye un tipo nuevo de hombre de escritor. De los dos modos es original. De los dos modos es inédito. Vigil es único. No es esto decir que sea el más grande de los escritores del mundo: que no es juicioso hablar en términos tan absolutos. Es decir que su modalidad espiritual y su modo de expresión son de él solamente. Tiene un estilo propio como tiene una bondad propia. Muchos hombres buenos ha habido antes que Vigil en el mundo. Pero a la bondad genérica de todos él le imprime su sello peculiarísimo. El sello de su personalidad. De su personalidad hecha de lo más excelente del alma antigua y de lo más exquisito del alma moderna: fortaleza, estoicismo. bíblica dulzura, comprensión, idealidad, apasionado amor por la justicia. Vigil es para los hombres que sufren y casi todos sufrencomo una voz queda y armoniosa que arrulla el alma conturbada. Unos hombres quieren ser mandíbulas apretadas y puños cerrados y agresivos: otros quieren ser sensuales gozadores de la vida: aquellos quieren ser triunfadores sonrientes que ventean éxito en las esquinas. Vigil sólo quiere ser una cosa: la voz apaciguadora de la ansiedad: el hilito de agua que calme la sed del caminante y todos somos caminantes.
Hay libros que uno está dias y dias leyendolos porque cada página es de tal intensidad de vida y de emoción que uno no sabe como volverla. Contempla uno cada página absorto.
como se contempla el cielo u otra vasta perspectiva donde los ojos y el espíritu pueden expandirse y tejer la tela de los ensueños inmortales de belleza y amor. El Erial es uno de esos libros.
Mientras más se lee esta obra más se advierte su profundidad. Es un corazón caliente y palpitante. En este libro están los milenarios anhelos de amor, de caridad y de redención. aquí están también la milenaria estulticia crueldad de los hombres.
En Vigil hay una palabra del Antiguo Testamento, la palabra máxima del Antiguo Testamento. Es ésta: iniquidad. Es la palabra acusadora de Isaías, de Jeremias, de quicl.
Pero hay en Vigil también la palabra máxima del Nuevo Testamento. Es ésta: misericordia. así como la Nueva Ley deroga la Antigua asi la compasión deroga en Vigil la palabra acusadora. La mayor parte de las páginas de El Erial están anegadas de piedad, de pena. Por eso los hombres beben el agua de esta fuente espiritual a grandes sorbos porque de nada necesitan tanto los hombres como de la piedad. Porque nada anbelan tanto las almas de los hombres como ser queridas y compadecidas. Hablamos desde un punto de vista transcendental, filosófico. En la vida cotidiana ningún hombre que lo sea de veras quiere que se le tenga pena. La desigualdad social divide a los hombres en triunfadores y derrotados. ningún hombre quiere aparecer como derrotado. Por lo menos no quiere que le tenga pena cl otro hombre a quien él considera su enemigo dentro del sistema social que consagra la explotación del hombre por el hombre. Pero esta es cuestión superficial de orgullo, de prurito personal. En lo profundo, el alma siente el hambre de piedad. De ahí que el hombre busquc ansioso esa fuente de piedad que es El Erial es un rio de compasión. Si la sustancia de ese libro se incorporase y podría incoporarse, bastaría que se quisiera al espiritu de la humanidad, la humanidad estaba salvada para la vida y para la muerte. Automáticamente desaparecerían la miseria y la mayor parte de los dolores innecesarios que hoy padecemos Saturada de celeste bondad, de bíblica dul zura, hay en Vigil filosofia que es de consumo contidiano. Filosofia necesaria para cada vez que se sale a la calle. Necesaria para cuando, dentro de un momento, nos topemos en la acera con un amigo o enemigo cuyo gesto creeremos que es de soberbia y acaso sea de depresión de desesperanza. Gesto que al ser mal interpretado por nosotros nos determina a hacer otro gesto agrio así la vida se hará más triste y más mala. Es, por ejemplo, cuando dice: Ten compasión del soberbio. Quizás lo que hincha su pecho no es soberbia.
Ten compasión de tu enemigo. Quizás lo que juzgas odio, es miedo. Ten compasión del la drón. Quizás el bien que te quita sólo lo usa en su daño. Aquel que menos compasión te inspira, piensas que tardará mucho en andar acostado y dormido por la calle?
Po: Vigil nos tornamos indulgentes y así nos tornamos aptos para la vida de los hom bres y la vida de Dios. La vida no debiera ser más que indulgencia. Indulgencia de todos para todos. Todos tenemos flaquezas, defectes y mezquindades en lo hondo del alma Escribe Vigil en aforismos y parábolas porque ese es el estilo que más conviene a las palabras definitivas, sagradas. Es un modo de decir de Escritura. de Biblia. Su palabra no es hojarasca ni flores bellas con ser tan bello lo que escribe: su palabra es raiz que se adentra en la esencia de la vida humana. Tiene a veces el sabor amargo y áspero de los libros de los Profetas: pero sabor áspero y amargo que a uno le place gustar, pues sabemos que estamos paladeando eternidad. Cuando leemos a Isaías, por ejemplo, sus imprecaciones nos parecen que serían de actualidad. Los hombres de hoy se asemejan demasiado a los de aquella época y entonces pensamos si la vida humana será siempre la misma en el decurso inacabable de los siglos. Pensamos si en la vida humana será irremediable ese sedimento profundo de dolor, de crueldad, de iniquidad.
Se nos vienen la mente las palabras de Vi.
gil. Este mundo es un barco que repite sus viajes siempre iguales: sólo los viajeros cambian. pensamos en las viejas religiones de oriente y occidente que establecieron como dogmas la existencia de una caída original, de un pecado y de una eterna expiación y nos parece (cuando así descendemos por las palabras de los sabios a la esencia de la vida que todo eso de lo cual hemos dudado es verdad y que constituye una poderosa intuición que de algún modo ha sido revelada a los hombres. veces se advierte el dramatismo del alma de Vigil que se agita ansiosa y conturbada y le pide a Dios que ayude al ideal y le hable a los hombres. entonces se nos figura Vigil como un varón de aquellos del Antiguo Testamento. Nos parece oír a través de la lejania de los siglos la voz del gran cantor David, acompañada de su arpa, clamando al Señor. Exaudi Domine vocem mean, qua clamavi ad te: miserere mei et exaudi me He aquí.
Dios mio. impreca Vigil en la Plegaria por el niño. que voy sintiendo caer todas mis hojas. Abonden más mis raices en tu misericordia. Yo sé que tú me has oído. Yo sé que tú me lo has dado: pero mis viejos ojos no lo encuentran: mi boca entorpecida no sabe repetitlo. Habla, habla Tú, Padre mio! Dilo a todos los hombres!
Dios.