Enrique Espinoza

296 REPERTORIO AMERICANO Trayectoria de Horacio Quiroga un la impresión می که به art co la manera va obscura.
Por ENRIQUE ESPINOZA Envio del autor Santiago de Chile abril de 1917 Cuando Horacio Quiroga empezó a escriQuiroga habia preparado entre tanto bir en Montevideo, después de ensayar una revista juvenil en el Salto uruguayo de su naci Choix de su propia producción que pensaba publicar bajo el título metimeiano de 47 miento, primaba la más absoluta francofilia cuentos de todos colores: pero razones edito en las letras de América. Rubén Dario acababa riales le hicieron desistir de esta empresa y de traer a Buenos Aires desde Valparaiso su Azul ultramarino: Leopoldo Lugones descen.
entregar al año siguiente una tercera parte dia en la docta Córdoba sus victorhuguescas penas, con el nombre de Cuentos de amor, de locura y de muerte Montañas del Oro, y el profesor José Enrique Rodó helenizaba en la Atenas del Plata, ya El resto con alguno que otro relato nuevo.
nombrada, a través de la Acrópolis de Reporque a Quiroga le gustaba ofrecer siem.
pre algo inédito en sus libros, forman los nan, En esta atmósfera literaria Quiroga entre.
dos nuevos volúmenes posteriores. El Salva.
ga a la imprenta a fines del 900, de vuelta de ley y Anaconda que aparecen alternados uno un rápido viaje a Paris, es claro, su único y otro por sus deliciosos Cuentos de la selva libro de versos, Los Arrecifes de Coral, que (para los niños) y su feliz adaptación escéni aparece al año siguiente con algunas prosas ca del primero de los Cuentos de amor, de finiseculares. El título y hasta la locura y de muerte bajo el título de Las sa tipográfica del del pequeño volumen en cuerpo crificadas.
6, no ocultan, desde luego, su procedencia.
Estos tres libros inauguran una época en aunque Quiroga habia ido a París con a la literatura argentina y revelan en su con.
nimo de dedicarse al ciclismo solamente, lo junto los aspectos fundamentales del genio cierto es que muchos la habían descubierto narrativo de Quiroga. Desde su extraordinaaqui antes, sin moverse a través de las edicioria capacidad de imaginación que lo ha lle nes Lemerre.
vado al principio a reproducir, a En unas páginas de polémica sobre su com.
matemática de Poe las más profundas senañero Herrera Reissig. Quiroga mismo ba saciones de horror, hasta su originalísima Horacio Quiroga evocado vividamente aquellos tiempos en que visión del hombre y la naturaleza (que tie.
la influencia de Los Crespúsculos del Jardin ne muy poco que ver con Kipling, pese la crisis moral que le hace rever todos los todo lo que se ha dicho) en la se hacía sentir desde Buenos Aires a México.
totalidad de Por lo menos, el tono lugonessco es tan evidente valores de su juventud, sigue un periodo de sus manifestaciones, pasando por el don psien Los Arrecifes de Coral como en Los Pere.
afanosa búsqueda que concluye en un com. cológico de entender el alma femenina en pleto renacimiento de su personalidad sobre grinos de Piedra aunque ambas obras apasu despertar, eso que el mismo Turgueniev recieran en forma de libro con bastante ante la tierra virgen de Misiones, consideraba más difícil que penetrar una se. Durante varios años seguidos, en la ple.
rioridad.
nitud de su fuerza, Quiroga lucha y trabaja Justamente acompañando a Lugones duranCuentos inolvidables en cada uno de estos en el norte argentino para asegurarse el pan te su expedición en busca del Imperio Jesui.
géneros como El solitario y La gallina degocotidiano en forma digna y de acuerdo con tico. Quiroga se entusiasma con el antiguo llada; Una estación de amor y La meningi.
pueblo de Ivaromi (San Ignacio) no por su su doble capacidad de artista y artesano. Como un rabino antiguo afilada barba tis y su sombra: la deriva y El alambre de y co pasado, sino por su belleza y porvenir. si púa, leidos por millares y millares de perso razón generoso sabe alternar bien todos los expedicionarios desde el jefe su labor litera.
nas fuera del libro, sólo aparecen unidos en ria en Caras y Caretas con las más extrañas in hasta el último peón, se entusiasman igual.
al el estilo personalisimo del autor y la mente con el lugar, Quiroga es el único que dustrias caseras. El oficio mecánico permite relación natural entre el amor, la locura y la lleva a cabo el propósito de de instalarse alla siempre una larga meditación muerte.
en tierras fiscales algunos años más tarde Cuando al fin vencido por la muerte sábi Quiroga le complacía mucho esta vain de después de un infructuoso ensayo como plan su mujer y otras perdidas. Horacio Qui.
riedad que no dejo de imprimir a sus dos litador de algodón en el Chaco y otro no meroga regresa a Buenos Aires en 1917 para bros ya mencionados: El Salvaje y Anaconnos estéril.
como profesor de un dar educación escolar a sus criaturas trae un da, de titulo menos amplio, pero de conteLiceo de seño señoritas de la capital, donde, sin enorme caudal de experiencia en su mente nido igualmente heterogéneo. Esta compla.
embargo, encuentra entre sus discípulas a su más de cien cuentos inéditos o no recogidos ceme cencia tenia, sin duda, su origen en el atraso volumen, mejor dicho, en sus carpetas.
primera mujer con que en un medio poco propicio como En intervalo de estas dos ocupaciones cirDe entonces data mi conocimiento directo el nuestro, pudo al fin iniciar la recopilación cunstancales. Quiroga publica dos libros: El del hombre que acabo de evocar lo más fielde sus historias de diez años, y en la costumcrimen del otro, cuentos en 1904: y una no mente que me ha sido posible para el núme bre universal de poner a esta clase de reco vela: Historia de un amor turbio, en 1908.
ro del homenaje que le dedica la revista de placiones el título del primer cuento.
la Sociedad de Escritores de Chile SECH Lugones que en extensa carta lo había alentado Con todo, en El Salvaje como en AnaconEn Buenos Aires, Quiroga vuelve a la repor el camino de la prosa, a la aparición de da predomina la última manera de Quiroga Los arrecifes de Coral, ahora lo saluda desde vista de su actuación literaria para hacerse y hasta la misma imaginación sin fronteras las columnas de El Diario, aludiendo a de la primera página firmada de crítica pais. Lo ha aparece orientada en dicho sentido. El sueño fundada esperanza con estas palabras: cinematográfica que apare animo de El ma.
retrospectivo y fantástico de El Salvaje, que ce al Creia haber dado con el primer prosista principio bajo el fronto habría de cobrar resonante actualidad de entre la juventud americana, hecho por rido de Dorothy Philipps: pero el tema sirve pronto para una curiosa historia senti. con la realisima expedición de Clemente Onecierto consolador y singular. Esta novela en busca del Plesiosaurio, es un ejemmental, no exenta de intención satirica, y lue(Historia de un amor turbio) es al respecto pio definitivo; pero no el único. Ahí están.
go para renovar la misma tecnica del cuenconfirmación incontestable.
una además. Una bofetada, digna réplica de Los El autor de la guerra gaucha, vuelto ya al menú del libro anterior: esa curiosa hispasado, no dejaba de adivinar en su joven a Metido otra vez en el ambiente literario toria de abejas que se llama La reina italia porvenir. En efecto, poco le iba que. Quiroga asimismo, por aquel tiempo. Sigue en la página 302)
dando a Quiroga de sus primeros entusiasmos una efimera colección de cuentos ilustrados.
literarios por Poe y Maeterlinck. El descubri donde gracias a su solicitud. aparece junto al. Recuerdose al respecto Dive minutos con el autor miento de Tolstoi, Dostoievski, Turgueniev suyo, un relato de Ricardo Guiraldes, que era de El Salvaje por Espinoza (En esta entrega y demás grandes escritores rusos hasta Gorki, entonces poco menos que un desconocido para puede verse. Tomada de La Vida Literaria, Julio de ejerce una influencia decisiva en su espiritu. el público.
1925 su juicio en cargo do su en to migo e