Imperialism

344 REPERTORIO AMERICANO Una hazaña de la administración del 2do. Roosevelt Por JUAN DEL CAMINO Colaboración. Costa Rica y junio de 1937 la prisión lismo pendencia es aterradora Por fin la política del buen vecino saca de la cárcel de La Princesa, en donde los ha mantenido por largo tiempo, a Pedro Albizu Campos, Juan Antonio Corretjer y demás compafieros, los monta en un avión de la Pan American Airways Inc. los traslada a yanqui de Atlanta. En este antro penitenciario descontará cada uno diez años, según la sentencia del jurado compuesto por el imperiayanqui con hombres recogidos de las tabernas de Puerto Rico y de las agencias bancarias de la plutocracia de Wall Street. Es un gran hecho de la farisaica invención del segundo Presidente Roosevelt.
El cable lo hemos leído indignados, con la misma indignación con que leemos las noticias diarias de la destrucción, por los fascismos internacionales del pueblo español. No ha querido el imperialismo yanqui desentonar en esta época de grandes hazañas de la conquista. Cuando el pueblo español sufre el más duro castigo impuesto por las piraterías exteriores, el Departamento de Estado yanani stado yanqui sacrifica vil.
mente al pueblo puertorriqueño. Lo sacri.
fica ordenando matanza inhumanas tar en él todo sentido de independencia. Lo aplas.
para sacrifica encarcelándole a sus sus orientadores y arrancándoselos de su suelo para llevarlos a podrirse en una inmunda prisión yanqui. Lo mismo que hacen los fascismos con el pueblo español. Coinciden el imperialismo del Departamento de Estado y la satánica crueldad de los fascismos cuando el propósito es a.
cabar con el pueblo. En España la la desrucción pero en Puerto Rico tam.
bién conquistador causa pavor en la medida que va necesitando intensificar la sumisión. En esta hora lo de España y lo de Puerto Rico están en el mismo plano del rela conciencia universal. sin embargo, la política del buen vecino es base de las relaciones entre el Departamento de Estado y los gobiernos de estos pueblos. Por buena vecindad se asesina en Puerto Rico y por buena vecindad celebran nuestros congresos y senados tratados comerciales con el imperialismo yanqui. La buena vecindad como invención del segundo Presidente Roosevelt es la cadena de es.
clavitud de un Continente. Todo hay que darlo por la buena vecindad. Sin recibir nada. El empuje avasallador. Rico se lo quitó todo el imperialismo yanqui.
Tierras, minas, agricultura, industrins. Lo virtió en colonia. También ha querido suplantarle la lengua. No está satisfecho el plan colonizador basta tanto el puertorriqueño no hable inglés. De Puerto Rico saca lo oligarquía financiera yanqui buena parte de los millones que la hacen poderosa. Puerto Rico no se ha descastado. Muchos años de de influencia imperialista perfectamente calculada para hacer de ese pue.
blo una ribu sumisa y envanecida de la anía yanqui, sólo han servido para for.
talecer su espíritu indomable. Las escuelas universidades yanquis han tenido dentro de sus aulas a millares de puertorriqueños, dándoles saber y metiéndoles el amor a la na.
ción conquistadora. Han aprendido bien los puertorriqueños y han vuelto con el mismo apego a Puerto Rico. Nada borró en sus haber sido aliados del Departamento de Estado. habrían crecido en poder, en influencias.
Serían personajes con asiento permanente en Washington Formarían parte de todos los co.
mités mo. Tendrían sitio asegurado en todas las conjuntas a que es dado el imperialisferencias ncias promovidas por el teatral imperialis.
mo. Es decir, Puerto Rico los habría perdido.
El pueblo mo sus defensor queño no los contaría coHabrían pasado a la condición de descastados.
Pero siguieron siendo puertorriqueños y vol.
vieron su tierra a trabajar por su inde.
dencia. El crimen que el Departamento de Es.
tado. regido hoy por la política de la buena vecindad, cobra en ellos es el crimen de querer independencia para su nación. Inde.
encia real y no fingida. Porque la as.
tucia del imperialismo yanqui da los pueblos atontados otra independencia y los cons.
tituye en repúblicas. Juan Antonio Corretjer bautizó ese estado político República de trapo. Puerto Rico le ofrecieron la farsa y sus orientadores la rechazaron enér.
gicamente. No quieren ayudar al Departamento de Estado a que luzca con escarnio las conquistas de pueblos. Pedro Albizu Campos por ese inmenso crimen de trabajar por todos los medios posibles para obligat Jefe del Partido Nacionalista de Puerto Rico.
imperialismo soltar la presa. el Depar.
tamento de Estado les formó juicio escandaalmas el fastuoso sistema educacional de los loso. Los acusó de conspirar contra el siste.
Estados Unidos.
ma político de los Estados Unidos. la consPedro Albizu Campos y José Antonio piración ha consistido Corretjer son de esos puertorriqueños de honor.
en que no han cejado un solo instante de exigir su independen.
Recibieron grados universitarios y aprendie cia. La ban exigido vitilmente. No han o.
el inglés como su propia lengua. Pero si cultado nada porque no son bandas de malguieron siendo puertorriqueños. ser puer. hechores en plan de asalto. Sus demandas las torriqueño es el mayor peligro para el im. han hecho a la luz del sol y el imperia.
perialismo yanqui. Porque no se envanece de lismo pudo darse cuenta de lo que puer.
la ciudadanía postiza que le han dado y a. torriqueño hacía y pedía. En las reuniones firma en todo momento su derecho públicas daban el juicio que el imperialis.
ciudadanía que le viene naturalmente, limpia, mo merecía y exponían por qué ese impe.
resplandeciente. Albizu Campos Corretjer rialismo no ha tenido jamás derecho de im.
pudieron con sus grandes ddtes personales poner el cautiverio. además han defen.
dido cuando la ocasión vino propicia, sus principios y convicciones. Las han defendi.
do de cara al yanqui de ocupación. No han rehuido la lucha en ninguna forma. Con lo cual han querido afirmar su inquebrantable anhelo de libertad.
El imperialismo toleró o miró indiferente durante muchos años la obra del puertorri queño afanado por obtener su independen.
cia. Pero un día invento, en la era ya de la política del buen vecino, un proceso con.
tra los puertorriqueños. Dió encargo a sus ejecutores de que acumularan durante un pe.
ríodo de tres años todos los sucesos acaecidos en la posesión insular. el investigador yanqui fué minucioso y pudo llenar largas pá.
ginas en las cuales registró hasta la última vuelta dada por el Aparecieron en busca de su independencia.
desde lue.
go, Juan Antonio Corretjer y Pedro Albizu Campos con el mayor número de hechos comprometedores. Eran las figuras centrales de la cruzada a favor de la independencia.
De aquí nace el proceso que culminó con la desgraciada sentencia de un jurado formado por tabernarios y empleados de las agencias Juan Antonio Corretjer (Concluye en la página 351)
ron el a una Puerto conciudadanía