REPERTORIO AMERICANO 171 más. dijo Bernard, aquí en el colegio.
donde la agitación y la presión de la vida son tan extremas, donde la conmoción del vivir no más, llega a ser dia a día más urgente de mi mente, el tiempo, formándose, deja caer su gota. La semana pasada, mientras yo me afeitaba, la gota cayó. Yo, de pie con la navaja en mi mano, de pronto me di cuenta de la naturaleza, puramente habitual, de mi acción (esta es la formación de la gota. y felicité a mis manos, ironicamente, por ocuparse en ello. Afeiten, afeiten, afeiten.
les dije. Sigan rasurando. La gota cayó.
Es curioso como, en cada crisis, alguna frase que no concuerda con la situación.
insiste en venir a salvarnos la multa por vivir en una vieja civilización con cuadernos de notas Aquí hay un salón donde uno paga y entra, donde uno oye música entre gente sonolienta que ha venido aqui después de almuerzo, una tarde caluro sa. Hemos comido carne puding suficiente para vivir una semana sin probar alimento. Por eso, nos agrupamos como larvas en el respaldo de algo que nos lleVe.
Decorosos, de imponente apariencia, tenemos canas ondeadas bajo nuestros sombreros; zapatos finos, pequenas maletas; caras bien afeitadas: aquí y allá un bigotito militar: no se ha permitido un grano de polvo que se pose en nuestro traje. Agitando los programas abiertos, con unas pocas palabras de saludo a los amigos, nos acomodamos, como caballos de mar perdidos en las rocas, como pesados cuerpos incapaces de padear hacia el mar, esperando una ola que nos levante, pero somos muy pesados, y mucha arena seca se extiende entre nos otros y el mar. Aqui nos quedamos, atragantados de comida, inmóviles con el calor La complejidad de las cosas se acerca Manos (del fusil La mano empuñada Soy una voluntad.
Soy un programa.
Al empuñarme, todo el cuerpo se hace músculo.
La fraición y el escarnio tendrán que verse conmigo.
conmigo, domadora del martillo de la hoz y Los que trabajan los campos.
los que trabajan en fábricas, saben empuñar la mano sin que les tiemble un tendón.
Artistas hombres de ciencia, madres de familia, empleados, oficinistas, templad vuestra fuerza empuñando la mano como los obreros, campesinos y milicianos de (España Habla la señorita Abdolomira.
España: 1936 Por FRANCISCO AGUILERA Colaboración. Washington DC Febrero de 1937 La mano que bendice Todavía tengo la marca.
Antes de que echaran a volar los aeroplanos Por disciplina no pudo decirle mi amo en alto se alzaba el padrecito.
que no, no era torpeza.
sino la imposibilidad Su intercesión ante el Señor de las alturas de entenderle su español enrevesado.
garantizaba el éxito del raid.
Los rubios descreidos a cargo de los pájaros Dos manos sarmentosas (mecánicos impacientes esperaban que acabase el padrecito.
Arriba las manos. Rendirse o morir!
Lo importante es que el motor funcione: Obedecimos.
más vale un émbolo en buen estado Pero de nada sirvió.
que la rogativa de un clérigo español El moro enfurecido parecian pensar aquellos hombres desdeñosos lo acribillo a balazos. y altaneros Sin embargo.
Los hombres fabrican máquinas, máquinas que vuelan, mas no todo es émbolo y meteorologia.
Los cálculos más prudentes se vienen por los plomacia enropea Ella se sepulta bajo el suelos peso de sus egoismos y revalidades engendrasi al avión no lo acompaña el soplo del Señor de (las alturas Muchas veces le oi decir al padrecito CANSANCIO MENTAL que, gracias a la mano que bendice, el número de muertos y de heridos NEURASTENIA en la ciudad sitiada SURMENAGE superaba los cálculos más optimistas.
FATIGA GENERAL Dos manos de niña son las dolencias Nunca llegamos a dominar completamente el arte de hacer flores de papel que se curan Nuestra amita ya no nos usaba rápidamente con para mecer su muñeca de trapo.
Mamá dice que todas tenemos que hacer algo decia como para disculparse ante la muñeca abandonada. Viene de la pagina 166)
dos por su propia cultura y por su propia idiosincracia que no les permitió avizorar el porvenir renovando la vieja estructura social. La Europa se sepulta bajo el peso de sus propios errores.
Nuestro orgullo ha de ser considerarnos los depositarios de lo que tiene de esencial esa cultura y esa técnica que en estos momentos están puestas al servicio del retroceso y de la disolución. Nosotros utilizaremos esa técnica y esa cultura para labrar nuestra propia grandeza: exaltando nuestro espiritu Creador Kinocola Si no hubiera ocurrido aquella explosión.
tal vez, tal vez hubiéramos aprendido.
Así y todo, la mamá (parecía loca. echo mano de nuestras pobres flores para tejer una corona el dia que enterraron a la niña.
Los papeles cortados parecian exhalar una (fragancia.
el medicamento del cual dice el distinguido Doctor Peña Murrieta, que Vivimos el momento más interesante de la historia americana. Seamos dignos de esta hora solemne. El mundo confia en nuestras fuerzas y deposita en nuestras nacionalidades jóvenes la esperanza suprema de su salvación.
Si la América no es capaz de señalar el cauce salvador, la humanidad está en peligro de tornar a la barbarie. las nieves del egoismo que hicla el alma de los continentes envejecidos, debe oponer la América joven el fuego generoso de su fe Amplio y grandioso es el camino del fu.
turo. Entremos por el sin timideces ni cobardías. Formemos en torno de la América un circulo de corazones que no deje pasar jamás el virus de la discordia.
América protegida por sus maestros y sus niños se impondrá al mundo como ejemplo de paz y armonía sociales.
Señor Ministro: Quiero terminar mis pa labras con una estrofa de vuestro ilustre compatriota Zeledón: La mano del saludo fascista presta grandes servicios a tratamientos dirigidos severa y científicamente.
Trabajo me costo hacerlo tal y como lo exigia el oficial.
El lo atribuía a estupidez.
Un dia me dió de plano con el sable.