Fascism

REPERTORIO AMERICANO SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXXIII San José, Costa Rica 1937 Sábado 26 de Junio Num. 24 Año XVIII No. 807 Vida y Pasión de Jor Isaacs El nudo del haz Poesias Un pasaje memorable de Plutarco Carta alusiva Canto a España viva Tao y Wu Wei (y 5)
Marinas Pablo Zelaya, pintor hondureño SUMARIO Cornelio Hispano Ricardo Rojas Leopoldo Lugones América Latina, boicotee al fascismo Fernando Luján Guernica y el nacionalismo Vasco Juan del Camino Dos revoluciones Juan Marinello Amemos el bien y la justicia Arturo Torres Rioseco Aguda espectativa Dwigth Goddard Fragmentos de carta Arturo Echeverria Loria Contenido del tomo XXXIII Francisco Luarca (Autores y asuntos)
Arturo Mejia Nieto Arbaiza Andrés Iduarte Abreu Gómez Pérez Triana Sanin Cano Alejandro Casona Vida y Pasión de Jorge Isaacs porque la Isaacs con tilones al recoger la insulsa receta del boticario caleño. Esa majadería no debió pasar de las hojas sueltas y tertulias tabernarias de aquellos tiempos, y es nota discordante en el libro de un poeta cultísimo, de vieja cepa caucana, antiguo y encomiado Rector del ilustre Colegio de Santa Librada. Ahora, que un diario de la tierra natal de publicara, justamente el día de su centena.
de Jorge Isaacs rio de Isaacs, si es que tal carta es auténtica, de sorprender, dada la filiación política de ese diario. Y, para disculpar esa publicación no vengamos con aquello de que la pobreza honra y es bella los ojos de Dios como predican los que no la conocen, verdad es es que la pobreza cuando consiste en no tener con qué pagar el alimento diario, ni lavado de la ropa usada, es una desgracia peor que morirse, inspira compasión, no hon.
Sra a nadie, y es fea, y duele, mucho más si la sufre un hombre bueno e insigne; esa po.
breza mancha el alma. según escribió Os.
car Wilde, uno que la padeció como Isaacs después de de haber sido rio y opulento como Isaacs. Los antiguos griegos, que nos deja.
ron las normas supremas de la dignidad, la sabiduría y la belleza, les decían a sus ami.
gos: Que los dioses te guarden de que al.
guien te tenga lástima. No por caridad cris.
tiana, por decoro humano no se debió publicar esa carta, en Call, el dia del centena.
rio de Isaacs si es que tal carta es auténtica, pues el diario conservador que la publico no inspira confianza.
a un uestro He aquí, querido Mario Carvajal, las im. Juicio crítico)
presones que me pides sobre tu último libro, Vida y Pasión de Jorge Isaacs.
Por CORNELIO HISPANO Ante todo muy obligado a ti por haberme Colaboración. Bogotá, Mayo, 1937 seguido, adoptando, con ligera variante, el título dado a mi homenaje a Isaacs en el 400. aniversario de su muerte: Pasión y Muerte de Jorge Isaucs. Primera página de El Tiempo. 13 abril, 1935. y muy contento de que hubieras aprovechado mis ensa.
yos sobre el Cantor de Maria, publicados en Lecturas Dominicales, octubre 1928. y a.
gosto, 1929, y en Cromos, diciembre, 1928 (La bella realidad de la Maria, Los admira dores de Jorge Isaacs y la cultura colombia na, y La correspondencia inédita de Jorge Rivera Garrido. Cuando se trata de honrar ejemplar humano como máximo poeta, todo debe ser común entre sus admiradores. Hemos trabajado jun.
tos, con el mismo fervor por su gloria, y so me regocija y me y me enorgullece.
En todo el libro se siente el calor pasional con que escribes, llenando el principal re.
quisito para que las obras perduren. Por mi parte, tengo conciencia de haber trabajado intelectualmene, sin excepción, temas que me placer y alegría, y, si de ese Jorge Isaacs Linta largo e intenso trabajo no queda nada, será por otras razones, fáciles de adivinar. Tu li. irrevocable que ni siquiera te ha permitido.
bro forma, además, hasta el capítulo XVIII, como no le permitió a Erasmo, el exiguo un todo armónico, condición que admiraba leer a Renán, ignoras que uno de los trucs Anatole France en las obras de sus autores en el estilo de ese mago de la palabra, pro.
predilectos. El estilo, el arma peligrosa de que digiosa reencarnación del Platón de los Diá.
habló el mismo France cuando consagró logos, encomiado aún por Brune a Maurice Barrés, el estilo ignoras que uno de los secretos de y excelentísimo en La emoción del paisaje su arte era que, así como en Isaacs, que lo mejor del libro, y lo cual quien cuyo por tanto que, quizá, vale por todo el libro, ca ponía dos genitivos seguidos, con más seY como me dices en tu carta del memo.
rable mes de abril, que harás una nueva veridad no perdonaba las frases que no tuc.
dición del libro, hé aquí lo que me gustaría vieran un fondo de transparencia absoluta.
No hay obra de Ernesto Renán en que uno desapareciera de él: las no pocas frases os relea un párrafo para comprender: si se re curas, que empañan, como quien dice, la lu. lée, es para saborearlo a gusto, para recrearna del estilo. Es bello, por ejemplo, aque! se en la belleza de la idea. la párrafo que empieza: Falta saber en don imagen, en el primor del lenguaje.
de tiene la juventud su limite, cuándo y en El capítulo XI debes atenuarlo para que qué medida deja de ser joven el hombre. no desluzca la segunda edición. Allí se per.
y es bello hasta donde empieza a alambicar: ciben el tono sectario y la mueca partidaris. Las virtudes de ponderación y equili. ta, ambos antiestéticos e inelegantes. En brio. etc. etc. El lector desprevenido lee tres cambio, el doloroso episodio de la malhadada veces esas seis o siete líneas y no acaba de hacienda de Guayabonegro. lo expones comprender y, algo peor, se le agua el muy discretamente.
gusto con que venía leyendo el pasaje. Co. En lo que si no te recibo a perdón, ni te mo tu ojeriza renaniana es tan profunda e escucho, es en haberte nivelado con los Mo.
en daban como muy bien, estilista, evitaba los y nun que gracia de la Los documentos notariales sobre los anti.
guos propietarios de El Porvenir, o Casa de la Sierra, a que aludes en el Apéndice, no prue.
ban nada contra la existencia de la heroina de Isaacs, y la circunstancia de que el poeta hubiera pasado su nlñez en La Manuelite, o La Rita, y no en El Paraíso, no es argumento favorable a tu tesis. Tampoco el Dr.
Enrique Tascón, en la casi sentencia defnitiva documentada que pronunció sobre el mismo punto, logró destruir la de María, y cosa curiosa, la confirmó: Resulta, pues, dice, que en 1935 tenían Efrain 18 años y María 14. lo que está en admira.
ble acuerdo con la carta de Isaacs a Rivera Garrido que yo publiqué por primera vez.
Luciano Rivera Garrido, a quien Isaacs llama hermano en varias de sus cartas, participa a su amigo su próximo matrimonio, e Isaacs le contesta de Bogotá, el de Abril de 1870: la existencia