168 REPERTORIO AMERICANO Cartas de Paul Gauguin cuadros a Precio en or COS glorificada por que GauPor FRANCISCO AMIGHETTI Envio del autor. Costa Rica y setiembre de 1937 Para mi amigo el escoltos Max Jimenez Las cartas de Paul Gauguin a su nión sobre pintura acertada y conciamigo Daniel de Monfreid editadas sa: él mismo se lamenta en una de por la libreria Plon, vienen a com sus cartas de no poder hablar en espletar las biografías antes hechas.
tas solamente de arte, como era su deseo distancia y desesperada, es al mismo Nada es más dramático quc tiempo una autobiografia de la úlesa intima lucha, posible sólo cuantima parte de su vida. sin duda la do existe una gran pasión. Hay más interesante como drama y comomentos en que reniega de la pinmo pintura. Qué artista sincero no tura está obligado a vender sus ha visto obligado a aceptar esta a vil y desea en misma lucha combatiendo a la ciertos momentos estar lejos de las muerte para prolongar la agonía discusiones a que se halla sometido dentro de la cual se vive se pin Yo deseo únicamente el silenta, a pesar de la indiferencia y la cio en otra parte. En todo sordidez del prójimo? Seneca dicaso, la sociedad no podrá repro jo: El hérocuando cae sigue comdharme de haber sacado mucho batiendo au sea de rodillasdinero de su bolsa, por medio de y esta es la actitud de Gauguin.
mentiras. Si yo hiciera el cálculo solo, viejo. inmovilizado por su de las telas colocadas, el número enfermedad, pero rebelde hasta el de telas regaladas es mucho más último instante.
grande que el de las vendidas. No La vocación es una tragedia es que lo lamente, al contrario, si sobre todo cuando esta vocación es yo tuviera solamente 3000 franel arte, y más, cuando esta forma Gauguin de renta en Tahiti yo las da de expresión no es la admitida y Retrato del afor ría todas.
por la época. Cuando se nace demasiado temprano o de lento y solemne y que viven con solo su amigo Daniel de Monfreid dice: no sueña sino en la gloria.
En otra carta también amarga masiado tarde como el pobre Gas mayor reverencia ante la natura le escribe, lo ayuda, le exige, en sus No hay más gloria que aquella de pard de los versos de Verlaine. El leza.
momentos de debilidad seguir lula que uno tiene conciencia: qué caso de Gauguin es el de un hom Gauguin es ya un hombre ma chando. En una carta importa los otros la conceden y bre que ha sido un empleado mo duro cuando abandona su pais, en guin habla de las ridículas pater la proclaman. No hay verdadera delo, que tiene esposa e hijos que tregándose con decisión a un ar nidades que le atribuyen a sus osatisfacción sino en sí mismo. Paha ganado suficiente dinero para te que le compensa con alegrias bras para considerarlo siempre co recida idea de la gloria expresó en darse, entre sus satisfacciones. la espirituales muy altas a cambio de mo a un discipulo e imitador aun en su Discurso del Método, otro de poseer una colección de cuadros las humillaciones que le prodigo sus obras de madurez, Gauguin le francés, Descartes. aunque no de Manet. Reinoir, Cezanne, Pisa la pobreza. Sale de Francia en dice a su amigo Daniel, el único pa despreciase cínicamente la gloria rro, Sisley, etc. 1891 que a los treinpara irse a Tabití. Cuenta dre que yo tengo es Ud. hacia de ella, sin embargo, tan poEl clima, el el aire de las co mérito que no pensaba adquicomo Corregio, que no era pintor mé. Rodin, Degas, etc. Cuenta islas. lo primitivo, las flores exó tirla sólo teniendo Falsos títulos.
y se decide a serlo. como no le con la crítica de Huysman y Mir ticas. los torsos desnudos de las Gauguin fué también un esculbastaba para esto el ocio de los do beau y cuenta sobre todo con el mujeres y la poesia salvaje mez tor, tenia el sentido del bloque mingos, su pasión por la pintura poder de su verdad, la cual seduc clándose a la dulzura de los sue aunque su en este sense fué haciendo una obsesión peli toramente en la belleza o áspera y nos no basta, se necesita dinero, tido no le permitió conseguir un grosa y egoista la cual sacrificó rudimentaria en su sencillez se im y por eso sus cartas están llenas fruto tan maduro como el que al a todo lo que tenía, dinero, fami pondría a sus contemporáneos y de juramentos, de recomendaciones canzó con su pintura. Empezó con lia, colección de cuadros. reputaa las generaciones venideras. prosaicas, de cálculos, de reclamos los impresionistas. disidentes en ción, etc. Decia que la miseria no su llegada a Tahiti, ya habla de llamadas desesperadas y sólo inaquel momento, pero su sincerisignificaba casi nada mientras se de dinero en su primera carta, y termitentemente una que otra opidad tenía que empujarlo al dibujo pudiera pintar todos los días: la y éste a su vez a la escultura: incipintura era para al como el sol, el tación de la madera, búsqueda de agua o el pan, alimento cotidiano.
un enemigo tenaz pero al fin nonecesidad más que placer. Asi se ble, al que se puede someter.
le ve partir buscándose a sí misque una vez vencido ofrenda tomo en el paisaje que elige, va a da su fuerza domenada. Es Lord Bretaña y asimila el ambiente misChesterfield quién le decia a su bitico que esta tierra posee con sus jo. también en este género intipiedras y gente. El Cristo amarimo y personal de la literatura ello tenia que nacer en aquel lugar pistolar: No hay como una sintesis representativa ducir por la moda en el arte. y rede lo que su sensibilidad podia cordar el proverbio italiano que descubrir con su contacto ellos aplican a las piedras precio Este hombre en realidad no cesas y puede también aplicarse al arsa de ser un místico, si entendete y la literatura: Quanto piú somos por esto, el renunciamiento a dezza tanto pui lo que constituia parte importante to más dureza, más esplendor. de su vida. lo es también en su La confirmación de modo huida que su asco por la civilizaviril de entender la escultura, la ción le produjo en encontramos en una de sus cartas buscando un refugio más puro ena su amigo Daniel de Montreid, tre gentes primitivas de otras laticuando al comunicarle éste que esrudes, que tienen un ritmo más Tres tahitianos De Gauguin (Para a la página 174. poca obra en que dejarse se anto púi splendore (Cuan su evasion