172 REPERTORIO AMERICANO casa Arana, no cono dan la mano a cada hora, a cada minuto, a cada instante. Es la voragine que lo devora todo. El viejo Clemente Silva es un simbolo de lo que la selva puede en el hombre.
Fué en busca su único hijo, desde la lejano Pasto y no lo encontro nunca a Lucianito. De que le sirve la esperanza o ser brújula y baqueano para otros, que a su turno se pierden en la selva y son salvados por el. Sial, clavado y vendido entre las tritutantes mandibulas de la ce otra esperanza que la muerte. Coba sacia su venganza y cuando se cree feliz en compania de la mujer adorada, se se pierde. Los devoró la selva, dice locónicamente Rivera y cietra su epopeya, sin salvar al personaje central de su libro, como si él mismo se hubiera suicidado. Raro pensamientoo el suyo. No quiso salvar a a su Promoteo le do en el corazón de América, devorado por dejó clavala selva y por los buitres de la esclavitud humama. Remachado el canto fulgurante de su prosa esquiliana, entregó su lira de rápsoda autóctono a la muerte. como los personajes de su epopeya. Nuevamente como un ex voto a su númen hicieron sonar en la noche tropical. salpicada de astros. la pampa, ochocientos toros enfurecidos.
las selvas: para ellos parasita Florecen la lepra es.
y la es Gutiérrez Nájera y su.
nuevo de intenciones la capital: en vir ya asoman los destellos adelantado de la nueva América, forjador del sol que iluminando la tierra estremecida por el glorioso impulso de enorme sacudids.
consciente de esa alborada en que millones haria que de su incuria la humanidad despierte de gargantas hermanas entonen marsel esas y entone marsellesas robostas a la vida robustas a la vida. Os deseamos de todo copor sobre las derruidas bastillas de la muerte. razón que la tarea os sea fácil y que por muchos años podáis seguir por los caminos de vos, señor Ministro, os toca realizar es. América sembrando ideales de paz y de amor tas aspiraciones: esta escuela reconoce en vos humanos.
y en el espíritu de vuestra visita al heraldo He dicho.
José Eustacio Rivera. Viene de la página 168)
criticos la supera. Para mí ese libro es la e nes: cada uno de esos hechos es. de por sí.
popeya de la selva en la naturaleza y la tra un agua fuerte de este Gustavo Doré del trogedia en los hombres. Se desencadena todo pico.
el libro en un son de tempestad y de borras Alli palpita la selva y les contagia la somca. En La Vorágine todo tiene un son de bría purulencia de sus pantanos, en los que sa primitiva y de empuje bélico. La pasión sol luz sólo se filtran, La crueldad y la de los hombres, el celo de los animales, la avaricia se agigantan. Hay una oculta lucha fecundación silenciosa del mundo vegetal; entre la selva y el hombre que la derriba todo arde, todo crepita en un incendio de la destruye. El hacha resuena con intensidad brama tropical. Parece que una locura les devastadora. La siringa es sangrada en su prendiera el sol en hombres y cosas, y todo leche que es oro. Pero los hombres pierden se viera en rojo luciferino y dantesco. Arden a su vez la sangre, abonan con sus cuerlas almas en un infierno de dramaticidad di pos y con sus huesos la vida de nuevos ár.
namical muscular, como atraidas a un a un pozo boles. Se pierden en las el agua sin fin. sin fondo, hacia lo desconocido, en tiene el son épico de aventuras. la fiereza del paisortilegio de devorar.
los. La enfermedad saje que le circunda, el hombre se transforPrende costras rias en sus carnes.
ma. Se vive más allá del bien y del mal, con pundia. como las lianas en los troncos carun instinto de lucha contra todo. comidos. la insensibilidad de los enganchaEse personaje de Arturo Coba, que sale de dores que venden y esclavizan al hombre coBogotá en compañía de Alicia, en son de mo Barrera o como Arana, en la Chorrera y aventura amorosa, con inte de conoEl Encanto, para hacer millones sobre la ocer Casanare y y volverse samenta de de los indios que arden hechos antud de qué sugestiones ya no vuelven y se torchas vivas para distracción de tigres huhunden no en el Nirvana beatífico de los manos, que rien idiocamente de ese espectádiscípulos de Budha, sinó en las en las lobregueces culo: la naturaleza responde con el beri beri.
dantescas de un infierno enmarañado de sel con las tambochas que todo lo arrasan: y de ríos. Qué transformación la que con los caribes que esqueletizan en minusiente ese poeta, mil veces más heroico que tos dentro del agua al hombre herido que Byron. Para mí no hay más que Coba es cae dentro de ella. Esa es la tragedia del caupor el imperio de la naturaleza. su chero la Amazonia. Por eso cuando Coba recio temperamento de batallador le ha dotase encuentra en las barracas del Huaracú con do Casanare su divina locura de horizontes. Clemente Silva siente él. en sus Por eso eso pasa su sicologia sobre la llanura relatos, en sus carnes laceradas, en sus miem heroica, cuna de la libertad americana. como bros heridos y agangrenados la tragedia de un huracán. Es alli un llanero espiritual: los caucheros, del peón amazoniense. De simhaciendo el amor en los hatos, viendo las do de númen del castigo de esa Némesis de la mas salvajes del mulato Correa, asustando en venganza que quiere saciar en quien le rapto la noche tropical en en compañía de de Clarita la hembra y la honra, se convierte en e pa con una piel de tigre el encorralado ladin de una causa, en el reformador de un del viejo Zubieta. Cómo no ha de tener un al.
estado de cosas, el libertador vociferante ma de llanero, cuando en la oscura noche de una de las vergüenzas de América. Qué espectáculo y el placer muy ameri importa que entre el tono sofocado y sudocano de asustar ochocientos toros que al deroso de su su requisitoria y de su denuncia al sastillar las trancas, corren enfurecidos. pi mundo. Rivera no deje de ser el poeta in cando una masa sanguinolenta de los compa conmesurable que es y nos deje esa maraviñeros y haciendo resonar la pampa como con llosa levenda folkórica de la indiecita Ma una tormenta? Tan sólo por ese cuadro y piripana suerte de hada de los bosques y por la doma de los caballos salvajes, valdría de las aguas: madre creadora y sustentadora el libro. Sino contento con ello, Rivera ha de los Orinoco, del Amazonas, del Río Nece que Coba en busca de la niña Criselda y gro. Si la tragedia de la esclavitud del caude Alicia, escriba después de la metopa del chero es una úlcera cien veces peor quizás.
de la selva.
que la tragedia de nuestro indio andino, soSon en esas páginas de angustia, de dolor. lo, comparable quizás a aquellos yerbales de realidad, sangrante. cuando su pluma ba paraguayos denunciados por Rafael Barret.
talla y apostrofa. pinta y esculpe, condena y Aqui la inhóspita naturaleza del desierto antiene piedad. Se hace patética. cada escena dino, es aliada del indio para desconfianza y cada cuadro. La vida deja de chorrear y sobriedad. Esa adustez granítica del gade los puntos de su pluma. Cada persona que monal sin entrañas puede ser despedazada por tropieza es una individualidad. Cada confe un martillo bien manejado. Allá la selva se sión tiene el tono inconfundible de un se venga de explotado y explotador. El esclavo creto. Las aventuras de la Pipa entre las es allá más esclavo. Esclavo de la na tribus de indios: los relatos de Heli Meza, turaleza y de su dueño. El sortilegio sobre el enganche de los caucheros en el Ori de la selva. el rumor de los ríos, el en noco: las crueldades del coronel Funes y la canto de las florestas, la bóveda sombría de los muerte de Roberto Pulido en San Bernardo follajes interminables, todo aprisiona. todo de Atabapo. relatadas por Ramirez Esteba conduce a la muerte. Allí vida y muerte se vas y ganado y en se da el (Viens de la página 169. No morire del todo, amiga mia!
De mi ondulante espíritu disperso algo en la urna diafana de verso piadoso guardará la poesia Sin considerar que con la carencia de su poesía quedaría si no trunca, si sucia, la secuela que va del romanticismo al modernismo, Gutiérrez Nájera se tiende y cumple la transición para entregarla limpia.
En el cogollo concentra la melancolia que cubre de elegancia. No busques constancia en los amores, no pidas nada eterno a los mortales, y haz artista con todos tus dolores excelsos monumentos sepulcrales Enamorado de la vida en su desilusión Recordar Perdonar Haber amado Ser dichoso un instante, haber creido luego reclinarse fatigado en el hombro de nieve del olvido resignado a la muerte, en su ale.
gria ser como ese sol qut lento expira: algo muy luminoso que se pierde No puede por menos de clamar sus tristezas venid mis enlutadas y redimirlas: Iperdons el mal que te hayan hechol, todos están enfermos de la vida!
Perdona y justifica cuando no se experimenta épico y tan sencillo como elegante. Hay versos de oro y hay notas de plata: busco, señora, la estrofa escarlata que sea toda sangre. la estrofa oriental Al atravesar las influencias y las variedades poéticas, no pierde la mesura que como su duquesa, trasciende a Francia, sin dejar de ser mexicana Sus ojos verdes bailan el tango: nada hay más bello que el artemango provocativo de su nariz.
Es asi que la tristeza de Gutiérrez Na jera alcanza, y merece, un lugar espléndido de los primeros en la lirica no tan sólo de su patria, sino del continente.
llano, la odisea épica de