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REPERTORIO AMERICANO 365 la lección. Las balas salían de los puestos avanzados defendidos por el ejército popular.
Iban ellos por el mismo camino recorrido por los traidores y esas balas hicieron blanco. Como que son balas hechas en España para acabar con los fascismos. Es un símbolo la muerte de ese grupo de periodistas que desconfiaron de la palabra de los voceros del pueblo español.
que dijo al mundo que había reconquistado a Teruel. Veámoslo como un símbolo. De símbolos está llena esta lucha grande del pueblo español. Pronto habrá aseado su suelo y los fascismos italiano y alemán habrán recibido castigo mortal. Sigamos con nuestros corazones pegados al latida del pueblo español. Si ahora, le damos calor, el calor que su lucha necesita, también nos da grandeza. Es honor estar cerca de ese pueblo visionario.
El pueblo español.
En la Metropoli la marea social empieza a subir. El exceso relativo de la producción no es posible suprimirlo. El ejército de desocupados sigue siendo considerable.
a pesar de la reciente animación económica. Si estallara una guerra mundial la amenaza de aquella marea también puede exigir un ejército en la retaguardia. Ante esa situación la consigna de las clases dirigentes británicas es firme y clara. Puede sintetizarse en estos términos no tocar, no mover. Ella se cumple celosamente por los ciudadanos que gobiernan a Inglaterra. No en vano son aquellas clases, las más cautas y realistas de las fuerzas conservadoras del mundo. Si algo han de realizar, ello debe hacerse sobre seguro, y con la máxima independencia de las otras clases y de los otros pueblos. Por eso. lo primero que resuelven es armarse: armarse poderosamente: tan poderosamente que el mundo se asombre y que. los que sostuvieron ayer que la guerra es la higiene de la humanidad, afirmen hoy que la felicidad de los pueblos depende de la paz. la otra resolución consiste en no contraer compromisos colectivos.
La acción deberá dirigirse contra quien sea útil y cuando corresponda: con todas las precauciones de una contienda que puede ser Entre tanto conviene postergar la lucha, y más en esta etapa en que diversos indices británicos de la producción empiezan a rebasar los niveles de 1929, el úl timo año de prosperidad. Mientras ese proceso continúe, es aventurado trocar el presente seguro por el porvenir incierto.
decisiva.
tos de vida institucional, inaugurar el nuevo tipo de gobierno fascista al amparo de acuerdos parecidos a los celebrados entre el General Franco y los regímenes alemán e italiano. La conducta de un grupo de militares resueltos, la actitud de diversos gobernantes estaduales, apoyados por un fuerte movimiento popular, paralizaron, por ahora, la consumación del plan gubernista. Pero el peligro no está descartado. La amenaza puede todavía cumplirse. Si se lleva a cabo, el Brasil se convertirá en la base de la expansión nazifascista en América Latina. Desde allí podrán promoverse las causas de convulsiones internas que den lugar al establecimiento de dictaduras de la misma indole. El Uruguay queda entre los más expuestos. Como durante la dominación portuguesa y la época de la política agresiva del Imperio, nuestra soberanía se verá nuevamente supeditada a las clases que dominen en el Brasil.
Sea cual fuere el grado de practicabilidad de esa amenaza, es indiscutible que la victoria rebelde pondría, a las autocracias europeas, en condiciones de extender, en forma imprevisible, sus planes de penetración y de dominio. Esa contingencia empieza a ser comprendida en Latinoamérica, por sectores de opinión cada vez más numerosos. No tardará en llegar el instante en que la prevención, respecto de aquella contingencia, se generalice: y se afirme, por tanto, la capacidad combativa de las fuerzas populares. Puede pro ducirse el hecho de que la consigna de defender la causa de la democracia española se identifique totalmente con la de pugnar por la defensa de nuestra propia democracia.
La perspectiva de la guerra mundial. Puede, la intromisión en España. provocar la guerra mundial?
En realidad, se acierta cuando se afirma que la nueva guerra mundial ha empezado.
Una conflagración de esas proporciones no tiene otro fin que volver a distribuir las riquezas del mundo de acuerdo con el desarrollo de las fuerzas productivas de cada una de las grandes potencias industriales. Ese nuevo reparto se inicia en mérito a la ofensiva revisionista de Japón, Italia y Alemania. El primero lleva la ofensiva en Extremo Oriente: la segunda, en el norte de Africa: la tercera, conjuntamente con Italia, en la Peninsula Hispana Lo que puede ocurrir de un momento a otro es que dicha ofensiva suscite la reacción de las Naciones industriales que no quieren perder el sitio conquistado bajo el sol.
En ese caso, la guerra mundial encubierta y por sectores, se transformará en conflagra ción generalizada y manifiesta. Ha de producirse en cualquier momento. Siempre llega la hora en que los antagonismos interimperialistas no tienen otra salida. La llama viva de la Península puede ser el motivo. En un instante dado hubo razones para suponer que los acontecimientos se precipitarían. Pero la marcha ulterior de los sucesos demuestra que (Viene de la página 303)
no estamos ante la inminencia de los hechos.
Los Estados fascistas no parecen conside rarse prontos para desencadenar la tormenta. Aún no han conquistado una base suficiente de firmes alianzas. La preparación de la flota aero química por parte del Reich no está terminada. Los observadores le atribuyen el propósito de tener en condiciones de combate a 10 mil aeroplanos: mil para el ataque: la otra mitad para la defensa. Por otra parte. su potencialidad económica no crece en proporción de los compromisos militares. Desde ahora en adelante a los Estados fascistas no les es posible competir con el plan armamentista de Gran Bretaña. La marcha hacia la autarquia no puede adelantar. En caso de bloqueo, las reservas de materias primas y de substancias alimenticias no tardarían en agotarse: la clausura de los mercados les sería funesta.
En cuanto a la situación social y politi ca. el problema no sería menos grave. La guerra puede ser la conyuntura para la Incha por la libertad. En todo caso, esos Estados tendrían que atender dos frentes: el de batalla y el de retaguardia. Todas esas circunstancias traban los propósitos de dichas potencias. Hasta este momento, la hora decisiva que esperaban no se les ha presentado.
Es muy posible que tampoco se les presente en el porvenir. Todo señala que han llegado a la parte más alta, en la parábola de su desarrollo Con respecto a las potencias destinadas a enfrentarlas, también es evidente que no están resueltas al desafío inmediato.
Lo que induce a esta idea, no es la obstinación británica en mantener el Sistema de No Ingerencia. Ya sostuvimos que este expediente es, entre otras cosas, la consecuencia, por parte de Inglaterra, de su no adhesión al régimen de seguridad común, y de su pro pósito de armarse para ser decisiva en el futuro arreglo de cuentas con los que traban su desarrollo Francia y la Unión Soviética no están resueltas a provocar la guerra mundial, por diversos motivos: la linea de su política internacional es esencialmente pacifista, su des arrollo interno requiere el mantenimiento de la paz, el Sistema de Seguridad Colectiva está debilitado por el retraimiento de Gran Bretaña, el tiempo trabaja con ellas al agudizar los conflictos internos de las naciones autocráticas Estados Unidos y el Japón no tienen ningún interés en que la lucha se generalice. Ambos actúan con la máxima libertad dentro de los meridianos que se han adjudicado: el primero en América Latina: el segundo, en el Asia La última Conferencia del Imperio demuestra que no es posible contar incondicionalmente con voluntad de los Dominios: so bre todo en caso de guerra; cada miembro se reserva el derecho de examinar la situación que se plantee. Ello es la consecuencia del creciente antagonismo entre las clases dominantes de los diversos Estados del Imperio.
Las dos grandes corrientes del mundo.
La intromisión extranjera en España da cohesión a cada uno de los dos grandes movimientos sociales en que se divide el mun do en esta hora: al que lucha por la victoria de la democracia y por la autonomia de la personalidad del hombre y al que intenta aniquilar esas conquistas de la cultura. no sólo da cohesión a aquellas corrientes.
También las polariza y contrapone.
La agresión contra España actúa como una especie de fermento. Cada conciencia se dirige a su reducto de clase. Cada clase se encamina a su propio campo. Cada nación se agrupa en el seno de los pueblos afines.
En el aspecto material, es un proceso de tensión que tiende a dividir a la humanidad en dos gigantescos ejércitos. cuyo choque no dejará de producirse.
Desde el punto de vista del espíritu, ese proceso convierte al mundo en un pañuelo.
EI sentido de la solidaridad de intereses se extiende por arriba de las fronteras. Las predilecciones se trasmutan en tendencias, y és.
tas, en estados definidos. Los horizontes se alumbran y el pensamiento adquiere formas concretas.
Existen sucesos que no siempre pueden doninarse: ni siquiera por quienes les provocan. Una vez en movimiento es imposible detenerlos.
La agresión extranjera contra España es un ejemplo. Hay consecuencias de esa agresión que seguirán actuando aún cuando la causa se suspenda. Entre ellas, la decisión de las grandes masas españolas de asegurar su libertad y redimir su destino: la agitación de la conciencia universal frente a la inmensa tragedia bispana.
El pueblo español en armas y su fervor heroico trazan el amino de la victoria, y puede no demorar la hora en que los causantes de la agresión despierten atónicos frente a un abismo insondable.
Montevideo, julio de 1937.