REPERTORIO AMERICANO SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXXIII San José, Costa Rica 1937 Sábado 13 de Febrero Num. Año XVIII No. 790 El padre Esquiu Examen de cargos Reseña de Historia Literaria de Costa Rica (1)
Antonio Oliver Belmás Guerra Trigueros SUMARIO Leopoldo Lugones Fragmento alusivo Mario Sancho Olivares de la guerra Napoleon Quesada Fragmento del Popol Buj Rogelio Sotela En el aniversario de un muchacho Unamuno y los generales Armando Solano Discurso inaugural Manuel Seoane Saludo del Sr. Joseph Freed Ignazio Silone El canto del exilio Corre la sangre Fernando Luján Los destinos paralelos Juan del Camino Tetuan de las Victorias Cartas alusivas La neutralidad de los intelectuales Patriotas vende patrias Carta a Moscú Comentario alusivo Poesias Oigamos las advertencias de Waldo Frank Juan Marinello José Castro Miguel Angel Gómez César Falcón El e (Mamerto, obispo de Córdoba, murió el 10 de enero de 1833)
Por LEOPOLDO LUGONES De La Nación. Buenos Aires, 10 de enero de 1937 He conocido varios casos de verdadera viraun más grande que él mismo rebuía, sin tud, pues para honor de la humanidad existen comprender como podían equivocarse asi con más de los que se cree, si bien al tener aquélla su insignificancia de pobre fraile y sobre topor esencial condición la humildad, suele a.
do con su bajeza de pecador: pues cuanto más fanarse en pasar inadvertida: pero creo hase aclara el alma en su propio examen que es ber visto uno de santidad, vale decir de virherida porque ahonda desgarrando, le pasa lo tud heroica, en la vida del padre Esquiú, aun que el agua con la transparencia sobre el lodo cuando esta referencia personal no subordine del plan donde no queda impureza sin verse: mi apreciación a lo que sólo es un recuerdo que sed de perfección y lágrimas de su pena, de la infancia. Impresión tan viva, empero.
son agua al fin, apetecida o llorada. Profundi.
que aún hallándose mezclada, como debe es.
ce el hombre en sí mismo, y con barro tiene tarlo, a las muchas que después oi expresar que dar porque de barro está formado. Esto con particular veneración y simpatía, ya se explica la humildad en los más perfectos y el verá por qué, perpetúa el encanto de la mira sentido fraternal de la caridad.
da en aquellos ojos de placidez y amparo, el De tal suerte, el obispo Esquiú, que nunca eco de la palabra que doctrinaba con sencilla y ante todo dejó de ser el padre Esquiú, hasta hermosura, la esbeltez de la alta figura pálida imponerse con este título a la historia, redujo en la aspereza del sayal franciscano, y hasta su habitación en el palacio a la austeridad de la fragancia, sí, a fe mia, el aroma que a ninuna celda monástica: hizo vender la vajilla de gún otro se asemejaba en su leve emanación, plata para auxiliar a los menesterosos, y estaquizá únicamente perceptible a la inocencia.
bleció las audiencias que daba por la noche.
Sucedió que cuando una de sus misiones eterminando con ellas su jornada pastoral, de piscopales, como llegase fray Mamerto a mi Fray Mamerto Esquiú modo que la gente pobre llegase primero a él.
pueblo natal, hospedóse en nuestra casa se como su mayor necesidad lo requería.
lariega: y no habiendo entonces más chico Vese, pues, que las antedichas denominaen la familia, y siendo muy afectuoso él con cansancio, aunque comiese y durmiese tan ciones de la residencia episcopal correspondían las criaturas, solía tenerme en sus rodillas du poco, y esto último en el suelo, según lo ha al morador y a sus costumbres con modestia rante el siempre breve solaz de la conversa bían advertido no obstante el disimulo con armoniosa. Más no hacía él todo aquello por ción, pues tanto lo absorbían las tareas sacra que para ello dejaba el lecho en la oscuridad; indole franciscana solamente, o sea en mera mentales, que aun al regreso de los oficios aparte la mortificación del cilicio que cuan continuación de van heroida obra de arte nocturnos, interrumpía muchas veces su cola do murió le hallaron embebido en las carnes. como fué la exaltación de la pobreza a rirción, harto atrasada ya, para seguir confesan Parecia venir desde una remota serenidad, tud, florida de gracia e iluminada de alegría.
do en el patio hasta cerca de medianoche, distante y próximo a la vez como la luna de sino porque era asimismo buen republicano, Porque donde el morase no había puerta la tarde. Lo cual no quitaba una llaneza cor a fuer de buen argentino, y lo tenía probado cerrada ni hora impropia para los necesitados dialísima, de pronunciado sabor criollo, que con su famoso sermón de la jura constitucio de auxilio temporal o espiritual, y era asi le atraía el paisana je huraño y po: lo mismo nal, que yo no admiro, pero que tanta faque acudían. habiendo corrido entre ellos la predilecto de su afección. este impulso, no ma le dió entre los estadistas de su tiempo: voz, unos, que llegados de lejos a lomo de daba descanso, ni había intemperie que lo aunque si comprendo que se lo inspirase el yegua flaca o de pollino, cuando no a pie, acobardase, basta caer en plena misión por patriótico regocijo de la concordia lograda, debían dormir al raso, carecidos de albergue: una de las más desoladas comarcas de su dió. según creían, por la adopción de la Carta Funotros, apremiados por volver a sus labores cesis. rendido en plena edad viril a la exte damental para decirlo con la cívica prosopo.
campesinas: mujeres con niños enfermos, ruación del verano inclemente, la condolen peya: instrumento del orden indispensable copara que so pretexto de confirmación los to cia de tanta necesidad, la contaminación, ta! mo la misma vida, porque es la expresión cara, atribuyéndole un poder milagroso que vez, del agua insalubre.
de la divina voluntad en el concierto de la é! rechazaba con severa aflicción.
Tamaña responsabilidad y consiguiente mé. creación así manifiesta.
Ocurria lo mismo en su palacio episcopal rito atribuía, pues, al episcopado, que cre Pues procede aquí recordar que fue docto de Córdoba que siempre llamó por modestia yéndose incapaz e indigno de la ofrecida pre en letras sagradas y profanas, inclusive las casa. residencia o habitación. como latura, llegó a desterrarse para evitarla, aislán jurídicas, mas que, también por humildad, luego detallaré, pues antes quiero recordar, dose lejos del país en apartado convento, te acatase extirpando las galas retóricas: con todavía, que con tan rudo trajin material y meroso hasta la congoja cuando hubo de aca que otra vez, entre tantas, armonizaron en pesadumbre de ajenas miserias, nunca mostró tar por obediencia el pedido del Papa, honor laudable felicidad la sencillez de la virtud y