REPERTORIO AMERICANO 307 una maestro se debate en los domi. divino, no haya podido alcanzar nios de su imaginación. No es del la plenitud de la vida por mis detodo cierto esto. Tal vez ningu ficiencias físicas? El poder. la na obra tenga un pensamiento más riqueza, el don social, el amor, intensamente inspirador. Esta sinfo. me han sido negados. Por qué?
nía y la novena con coros pare. No era suficiente para obtener una cen hermanas porque por el inte victoria el hecho de ser un artis.
rior de ambas pasan los latidos ta? Su amada de un día le diria del abismo. En ambas habla el Es músico genial. Tal es la solemne pir. tu. Beethoven, vencido en la interrogación. Hay otra forma de vida, después de todo, no podía decir esto: Zlas fuerzas del espitiaspirar a otro reino que al del tu no son superiores a las fuerzas espiritu. La quinta sinfonia es el materiales? Beethoven se asombrapoema del espíritu. Es una verda. ba de que teniendo una idea cladera meditación filosófica en mú ra de su personalidad de artista, es ska. Beethoven tenía derecho tam más aun, sabiendo conscientemente bién a eso: a poseer un concep que había traido una misión a los to filosófico de la vida. No era hombres, era un vencido. El habia un músico simplemente. Era un dicho: Soy Baco, que extrae el hombre de cultura superior: era delicioso néctar para la humani.
un lector de Homero. Por qué no dad. Soy yo, quien da a los homhabría de ser un lector de Esqui. bres del divino frenesi del espiritu.
lo? Lo era: la novena sinfonia Este problema no tiene hasta a está repleta de reminiscencias de hora y no lo tendrá acaso durante la tragedia esquiliana de Prome varios solos sino una solución: teo. También la quinta sinfonia sólo libertando nuestra alma alestá llena del mismo fuego sa canzamos la felicidad grado. También leia a Shakespeare. En general, leia obras clásicas. 11. La sinfonia se compone Sentía atracción indomable bacia de cuatro movimientos. En el pri el arte de la antigüedad. Su vida mero se repite con reitera.
enormemente contradictoria, sué ción angustiosa la frase inicial, es poca grandemente fecunda en he una especie de diálogo entre el chos extraordinarios y su sentido Destino y el Artista. El llamado de la responsabilidad como artis fatal es como el estribillo del an.
ta eran elementos suficientes para gustioso poema de Edgar Poe, que él poseera, por otra parte este otro gigante dominado por un sistema de ideas o una preocu el Destino: Nunca más. Es un llapación de espiritu.
mado fatal y constante. a res.
ponde el artista con pensamientos 10. Entonces. cuál podría ser y sentim lentos muy diversos: con el vasto problema que surgió en su quejas, con inusitadas alegrias con pensamiento ante la presencia del melancólicos arrebatos ya veces Destino. Del Destino que había con gritos del alma. Se dijera que llamado a puerta como un él hace recuerdos de sus mejores os investigador? Voy a formu. dias, et sus ilusiones de sus es larlo en una expresión muy senperantas de hombre y cilla. Lo derivo de la esencia mis primeros desfallecimientos de sus ma de la vida de Beethoven: El temores a la vida y de su desespe le decía al Destino. Como es que ranza. Berlioz precisa esto exacyo viniendo dotado de un poder tamente: se refiere a un diálogo endesno varidoso de que se sepa que las tiene, y entonces las guarda unds junto a otras con naftalina, bien clasificadas y ordenadas pe.
gaditas con goma como hace el filatelista que colecciona estampi.
llas. Las mira con lentes, les sabe la cronologia y la procedencia, pero todo aquel álbum de nociones que forman su ilustración, cons.
tituye una cultura suficientemente fecunda como para encender en tusiasmos en el letrado ni destos de pronunciarse. entonces hételo aquí muy culto. lleno de prestigio, bien guarecido en un cúmulo de conocimientos que lo sitúan a esa envidiable altura en que las palomas tienen sus graciosas casitas, y en las que pasan el tiempo, eui.
dándose la albura de su inmaculado plumaje.
Allá de cuando en cuando llenan el aire con un enternecido cu.
cu cucu. algo dijo la palomita desde su rinconcillo prudencial, algo que debe ser muy importante pero que a buen seguro no resuelve nada. Un reportaje por ejemplo un articulito, algún peregrino parecer. Hay regocijo. El hombre culto lanzó un do de pecho de.
leitó a los oyentes con estudiados gorgoritos, el público anodino del ruiloso apie so seguirá creyendo que la luna es de queso y, mien.
tras tanto, a la sombra de los troncos podeidos seguirá vegetando a stes anchas el hongo venenoso.
Entonces nos parece mejor alzar ancla hacia la República de Platón, seguros de hallar alli a Sócrates con sus pies asentados en la más vida realidad diciendole a Glauco: el mayor castigo para aque.
llos que no desean gobernar es el de ser gobernados por gentes más malas o inferiores a ellos. Emilia Prieto STI de sus Palomita en palomar Colaboración, Texto y madera Conta Rica y mayo de 1937 Tal impresión nos hacen unas gentes que hay que, siendo cul tas según el decir general, teniendo cierto renombre de ilustres e informadas, se encastillan en una actitud espectativa cuando no despec tico, y no emiten nunca juicia alguno que pueda comprometerlas.
Sin qurter caer en divagaciones, nos parece ya impostergable plantearnos la cuestión esta de la cultura. Algo serio ocurre en cuanto al concepto que de ella se tiene, y que probablemente es tan contra.
rio a la realidad representada por el término, que sólo asi puede explicarse el fenómeno por el cual estamos viendo caer a los indivi.
dues ya los pueblos en los más atroces equivocas.
Concengamos por lo pronto, en que desanalfabetizar barbarie no es hacer cultura. Quizá sea más bien hacer eso que Dios no hace. acle algs a animal ponzoñoso. Porque el libro, la letra impresa o escritos son un medio técnico tan valioso para hacer cultura como para consagrar el prejuicio y la ignorancia. La cuestión no está en tonres sólo en poseer ese medio técnico sino en saber qué uso debe hacerse de il.
Por eso el erudito, que tampoco sabe qué hacer de sus conoci.
mientos, no nos parece en manera alguna el tipo de hombre culto que buscamos. Hay quien siente la necesidad de formarse ideas jus.
tas sobre las situaciones y las cosas y con ese fin investiga y estudia.
Pero hay el otro, el aprioristico, el que busca ideas por ajustarlas a las situaciones o por exhibirlas repasarlas, dándole pabulo a un