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356 REPERTORIO AMERICANO éste quitado la cabeza mientras estaba caído en el suelo, vino a ser un puntapié al Romancero y a Fuente Ovejuna de Lope de Vega. Rompió el zapato del guardia civil la vitrina de la biblioteca del periódico, quedan do la espuela incrustada en la obra inmortal de Lope, en tanto que el filo de la media sucla hizo pedazos los mejores romances de la más alta joya de la literatura popular de España Filosofia, de Griego y de Metafisica en la Uni.
versidad de La Habana. La Habana de la Colonia, porque el. liberal de pura cepa comunista dijéranle hoy aquellos que le temena lo rojo no podia sentirse satisfecho en un pais dominado por la incapacidad y la incul tura de las tres castas cerriles que han sido dueñas de España: nobleza o bajeza militarismo y clero. Si en esta hora trágica de su pueblo viviese don Valeriano, aqui estaría con nosotros rindiendo homenaje a Federico García Lorca, co mo está el maestro Povedano, como estaría Pérez Martín: protestando por el asesinato de colegas y de discípulos suyos en la cátedra española: alzando su voz, noble y generosa siempre, contra los que han convertido en pavezas los mejores libros de la literatura universal: condenando el bombardeo que acro planos extranjeros han hecho de hospitales, de guarderías infantiles, de bibliotecas, del Museo del Prado, del Palacio de Liria, del Monumento a los Héroes de la Independencia de la pila bautismal de Cervantes: demostrando, en fin, que ellos representan la civilización ocdental de España: la nuestra, la de quienes nos honramos en haber sido sus alumnos El puntapie del capitán Doval y Bravo a Fuente Ovejuna al Romancero, ya ditje antes que pareciera ser simbólico. Pudo dársele también a Yerma, Mariana Pineda, Bodas de Sangre. Libro de Poemas, Canciones, Poema del Cante Jondo, o al Romancero Gitano.
Es decir, a la obra teatral y poética de Garcia Lorca auténtico. la popular.
De la otra civilización occidental también se tiene buena prueba en Costa Rica. Creo que fué en 1923. Uno de estos presidentes de re pública centroamericana, muy a nuestro modo de ser, muy sistema feudal y muy mal informado, quiso establecer en el país la organización de la Guardia Civil. llegó a la comoda placidez de nuestro medio el famoso capitán Doval y Bravo. Tricornio, uniforme de gala, botas de charol, constelación de medallas que había ganado por derramar sangre de moros en el Africa! Le acompañaba, además de todo eso, el cabo Fernández, hombre de feroz mi tada y de largos bigotes de punta vuelta, hirsutos y engomados.
Al Presidente no le aprobó el Congreso su estrafalario plan de Guardia Civil en Costa Rica. Diputados y periódicos se refirieron a la crueldad de las parejas, a quienes les habria negado su absolución el propio San Fernando, organizador de cuadrilleros y fundador de la Orden de la Santa Hermandad. El capitán Do.
val y Bravo, que después se ha distinguido por su sanguinaria ferocidad durante la re presión de Asturias y por los fusilamientos en masa que ha dirigido durante la actual contienda española. bufaba aqui de indignación al leer y escuchar tan merecidos ataques a la benemérita No hallaban él ni el cabo Fernández contra quién descargar su reprimido coraje. Hasta que encontraron victima en la persona de un escritor guatemalteco, quien por esos días llegó a San José con la intención de dar algunas conferencias. Como venía de España, alguien creyó oportuno preguntarle su opinión acerca de la Guardia Civil. El escritor. hermano de Gómez Carrillo, estuvo de acuerdo con el criterio de diputados y de periodistas.
Sobre el conferencista cayó entonces el puño macizo de Doval y Bravo, dejándolo con la cara ensangrentada y con dos costillas rotas en la oficina del diario que a la sazón yo dirigia.
Frecuentemente he recordado las palabras del agredido, mientras los que allí estábamos hacíamos esfuerzos sobrehumanos por quitar le de encima al enfurecido capitán. Siempre la bota ilitar la cabeza telectual! nunca podré olvidar algo que considero simbólico y que vale la pena traer a colación en este homenaje a García Lorca.
Un puntapie del capitán al escritor, por haber Como pudo habersele propinado a un tomo cualquiera de autos sacramentales, a la producción de Berceo o del Arcipreste de Hita, a las Coplas de Jorge Manrique, a la Celestina, La Vida es Sueño o al más famoso cuadro de Velázquez, de Zurbarán o de Goya. Es el pun tapié que los militares y las castas aristocráticas de España no en el sentido de clases mejores han tratado siempre de dar al pueblo español cultura española.
en términos precisos, que ha nacido de la propia entraña Pueblo español eran los juglares o troveros.
Pueblo español, inspirados en sus creencias y literatura castellana. Pueblo español, sin excluir a Murillo con sus virgenes. los más celebrados pintores, y los comediógrafos, y los novelistas, y los arquitectos, y los músicos, que han descubierto y reflejado a España en la zarzuela. Pueblo español, fin, saineteros y vihuelistas que antes y después del siglo XVI se encontraban a sí mismos recorriendo hasta los más humildes poblados de la península, como García Lorca lo vino a hacer con La Barraca en pleno siglo XX.
Caminando hacia atrás, que en arte es lo mismo que caminar hacia adelante, siguió García Lorca la ruta de Juan del Encina y de Lope de Rueda, cuyo Paso de las Aceitunas se pone todavía en escena. Volvió a la leyenda al metro del romance, dando así aliento de novedad a sus creaciones literarias, que arrancan del mester de juglaria y de las hazañas del Cid narradas por Per Abat. Cultivo, no obstante el arraigo andaluz de sus estrofas precisamente por ello la poética popular española, de modo que al leerlo surge como una evocación de la vieja España. la España medioeval de los cantares de gesta, la España de Cervantes, de Góngora, de Garcilaso de los más altos y aun de los ingenios mediocres del habla de Castilla. Pero que si gue siendo por sus ansias de libertad, de democracia y de justicia: por ser venero de cultura y de heroísmo, la España magnífica de hoy.
Esa España es la España que no aman ni comprenden los de la otra civilización occidental. Ni la de ayer ni la contemporánea de García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, León Felipe. Rafael Alberti, Manuel Altolaguirre, Juan José Domenchina. Emilio Prados. José Moreno Villa, Antonio Aparicio, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre.
Angel Lázaro, Miguel Hernández, Lorenzo Varela, Arturo Serrano Plaja. Miguel Prieto y la brillante pléyade de poetas que en plena juventud y en plena guerra sienten y cantan a su pueblo en armas contra la barbarie.
Esa España, la España de los que iluminan con sus versos a toda una raza, pues que en América se reflejan sus destellos en Pablo Neruda, Nicolás Guillén, Córdoba Iturburu. Juan Marinello. Claudia Lars. González Tuñón.
Rogelio Sinan y tantos otros cantores vanguardistas como hay en nuestras veinte repúblicas: esa España no es, no puede ser la España los que quieren acabar con ella.
Ni es tampoco la España de los más ilustres forjadores de ideas o de sentimientos, que con su prosa, sus pinceles o sus herramientas para tallar el mármol o la piedra, ofrecen al mundo su labor de pensadores o de artistas, palpitante de indignación y de amargura, porque piensan con Rabindranath Tagore que el grito de los corazones y de los cuerpos aplastados es tan doloroso, tan horriblemente trágico, que el arte más puro se estremece y la novela y la filosofia se vuelven carne.
He aquí algunos entre todos ellos: Jacinto Benavente, Victorio Macho. Fernando de los Ríos, Antonio Zozaya, José Ortega y Gasset.
Ramón Menéndez Pidal. Pio del Rio Hortega. Angel Ossorio Gallardo, Luis Araquistáin, Alvaro de Albornoz, Enrique Diez Canedo, Gustavo Pittaluga, Marcelino Domingo.
Pablo Picasso, Eduardo Zamacois. Luis Jiménez de Asúa. Corpus Barga. Maria Teresa León. Juan de la Encina. Leonardo Martin Echevarria, Pompeu Fabra. Teófilo Hernando, José Maria Ots, Emilio Nadal, Juan Renau. Ramón Gaya, Serra Hunter, Pla y Beltrán, Antonio Marichalar, Julio Alvarez del Vayo, Carlos Esplá. José Bergamín, Margarita Nelken. Jacinto Grau, Ramón Sender, Gonzalo Lafora, Ramón Gómez de la Serna, Ricardo Baeza, Roberto Castrovido, Fabián Vidal. Antonio Medinaveitia, Pedro Carrasco.
Navarro Tomás, Arturo Mori, Antonio de la Villa, Gabriel Garcia Maroto. Alfonso Rodriguez Aldave, José Fernández Montesinos, Antonio Sánchez Barbudo, Juan Gil Albert. Ma In Angello Cum Libello. Kempis En un rinconcito, con un librito, un buen cigarro y una copa de ANIS IMPERIAL SUAVE DELICIOSO SIN IGUAL in FABRICA NACIONAL DE LICORES San José, Costa Rica