REPERTORIO AMERICANO 385 LXXXI IV desgracias del país, obtiene la soberania del imperio. Con frecuencia la verdad de las pa.
labras es una paradoja.
NATURALEZA DE LO ESENCIAL LXXIX OBSERVANCIA DE LOS COMPROMISOS Cuando se reconcilian los grandes enemi gos alguna cosa mala continúa. Cómo puede esto hacerse bien?
El hombre sabio no disputa, acepta su par.
te en las deudas y cumple con sus compromi.
sos, pero no se esfuerza porque los otros le paguen o le cumplan.
Los que tienen virtud (Teh) atienden a sus obligaciones; los que no tiene virtud (Teh)
insisten acerca de sus derechos, Tao no los fa.
vorece, pero ayuda ocultamente al hombre bueno.
Las palabras de lealtad con frecuencia no son agradables. Las palabras agradables con frecuencia no son leales, Los hombres buenos no disputan, los que disputan no son buenos. Los hombres con fre.
cuencia no aprenden del hombre sabio, pero el hombre sabio aprende siempre.
El hombre sabio no atesora, pero trabaja siempre para todos y cuando adquiere en exceso, dá a los otros libremente y él deja para si lo suficiente.
Tao del Cielo beneficia, nunca perjudica.
Tao dirige al hombre sabio a actuar pero no a renir.
Un abanico de alas sobre el azul marino.
Curvas de gaviotas en el viento del mar; el horizonte sostiene la inquietud de un velero y la playa recibe sordos golpes de mar Un paisaje de aguas suspenso en la mirada que ciega el sol porteño, un paisaje del trópico en que la luz aclara el misterio del mar. En los dias se va mi alma a las orillas del mar. en las noches regresa saturada en yodo y sal DESPEDIDA PARTE DEL VIGESIMO SONETO LXXX CONTENTO Es mi alma marinera sin barco que navegar, pero la bañan las olas junto a la orilla del mar.
En un país pequeño, con poca gente, pue.
de haber cientos de oficiales tiesos, pero que no ejerzan la fuerza. La gente no está alli te.
merosa de la muerte, no desea moverse a gran des distancias aunque haya barcos y carrua jes, no tendrán ocasión de usarlos. Aunque haya armada y espadas no habrá ocasión de Su velamen finge un fantasma de blanco, en la azul comba del mar.
VI hacer guerra.
La gente común está contenta, celebra sus días de fiesta. En la Primavera van en mul.
titud a poner sus tiendas de campaña. Yo estoy solo y en calma como quien ha recibido un pronóstico. Estoy como un pequeñito que aun no aprende a sonreir. Estoy abandonado, como el vagamundo sin hogar. La gente común tiene suficiente, yo estoy necesitado. Soy un hombre sencillo de corazón, soy ignorante.
La gente común es ingeniosa y vivaz. yo soy torpe y confuso. Qué vasto es el conocimiento de Tao. Estoy como el marinero que va al garete 80 bre el oceano ilimitado; sabiendo que no puede anclar sino allá lejos, al otro lado, La gente común es útil, yo soy torpe, estoy en el mundo como un contraste. Pero el premio ambicionado es el alimento celestial de nuestra madre Tao.
La gente puede torcer y anudar cuerdas pa.
ra conservar el adiestramiento, puede deleitar se con sus alimentos, ufanarse de sus vestidos, estar satisfecha de sus viviendas, regocijarse en sus costumbres.
Otros estados pueden ser vecinos inmedia tos y mutuamente cuidar sus gallinas y sus perros, la gente, llegará a vieja y morirá, pero no tendrá deseo de destruirse, ni de ir y venir.
Hay un revuelo de espumas danzando danzas de mar, en la verde superficie de la mar.
En las playas castigadas por las agujas del sol, danzan sus ritos marinos las virgenes de la mar.
Rumores submarinos de bosques sumergidos entre algas y coral, traen en sus senos las vírgenes, las virgenes de la mar.
Lujuria de carne joven en las espumas del mar, sobre los granos de arena y en las alfombras de sal.
Fustiga el sol con su látigo a las danzantes del mar, y sus cuerpos ciñen velas, velas blancas sobre el mar.
Marinas Por ARTURO ECHEVERRIA LORIA Envio del dutor. Costa Rica y junio de 1937 Yolanda Dreamuro donde se refugia junto a la hembra fácil, el marino cansado, vencido por el mar.
Es la voz del marino la que llega más lejos, porque se la lleva la inquietud de las olas.
III Oh la voz de los mares trágica y angustiada estampada en las velas y los mástiles rotos!
Viste tu desnudez con pétalos de flores recogidas en las campos.
VII la playa infinita con su danza de sales, y los faros fantasmas sobre las grises rocas!
Cubre tus senos de piedra con pétalos de rosas blancas.
Entre los nidos de espuma que deja en la playa el mar, los caracoles marinos albergan vientos salados cansados de navegar.
Las tardes marinas de cansadas gaviotas, y los aires salobres que entre las olas flotan.
Entrega tu cuerpo virgen sobre la playa cálida.
Oh la voz del marino sumergida en el agua, esa voz que se aleja entre las velas rotas.
Ama junto al mar en calma, quiere junto al mar.
En sus oídos el viento silba canciones de mar; el caracol de la playa alberga vientos marinos fatigados de golpear, entre palmeras y velas y espumas, coral y sal.
II Sacia tus sensuales ansias sobre la arena mojada.
Sobre el acantilado donde golpean oleajes abro mi pecho al mar.
Siento su furia trágica golpeando sobre el alma que quiere navegar. la embriaguez salada en playa abandonada donde se aquieta el mar. la taberna del puerto, Baña tus carnes morenas en la espuma de las aguas.
Desbordate de lujuria en la playa soleada.
Huéspedes de las aguas junto a la orilla del mar, los caracoles reciben la oleada que viene y va.
Ama junto al mar en calma, quiere junto al mar.
Los caracoles marinos son los juguetes del mar.