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REPERTORIO AMERICANO 119 La inmoral paradoja Por JUAN ANTONIO CORRETJER Secretario General del Nacionalismo Puertorriqueño Envio del autor. San Juan de Puerto Rico, Cárcel de La Princesa, febrero de 1937 Mr. Summer Welles es bien conocido de de Nicaragua y Haiti y en la derogación de mis amigos los antimperialistas cubanos. Mr. la Enmienda Platt en Cuba. En el primer ca.
Welles, hombre ducho en explicaciones diplo so. Estados Unidos retira las fuerzas de in máticas, no ha podido, todavía, darles una ex fantería de marina del territorio nacional niplicación satisfactoria sobre la inexplicable si caragüense exclusivamente con fin de lle.
militud entre las granadas encontradas en la var a Sandino el generoso, a un tratado de Embajada de Estados Unidos en La Habana. paz. Desorganizado el sandinismo, el héroe y aquellas otras, crueles, utilizadas contra los de Las Segov las cae asesinado y el país ensectores antimperialistas cubanos cuando el tregado a las fuerzas vendidas al oro financruento asunto de la mediación. Todo su sa ciero debidamente respaldado por el Departaber de diplomático de carrera, y su objetiva ex mento de Estado: perdura la ocupación yanperiencia como figura principal de la media qui, esta vez realizada a través de tropas cición, ha naufragbdo, catastróficamente, so payas. Ahora mismo, la administración del bre esos insalvables escollos alumbrados por Buen Vecino, Roosevelt, requiere urgentemenel más luminoso faro de la verdad.
te que se aprovechen estas circunstancias y esEllo no empece para que Mr. Welles se onando autorización parlamentaria pasienta autorizado a hablar para el público de ra contsru el Canal de Nicaragua. De Haiti nuestra América. Ascendido en su carrera se retira la infantería de Marina, cuando el país por su feliz intervención en los asuntos in ha sido trabajado suficientemente para soporternos de Cuba, Mr. Welles se aúpa en los tar la administración secreta yanqui, apoyada estribos de la fantasía diplomática para abar por un ejército mercenario. Jolibois Fills, figucar con su palabra capciosa los anchos hori ra eminente del nacionalismo haitiano, agoniza zontes austroamericanos. Para tan importante en las mazmorras carcelarias de Port au Prince perfomance Mr. Welles se rodeó de un coro cuando las cornetas de la infanteria yanqui claestimable: la madre de Mr. Roosevelt, la se man su adiós, de eco en eco, por las lomas nora Jaime Roosevelt, Sir John Paish, el Mi inolvidables de Petionville. En Cuba se usa nistro de Relaciones Exteriores de El Brasil, un proceso frecuente en la historia penal yanseñor Macedo Seoares, los Ministros de Coqui: cuando se quiere retener a un hombre lombia, Costa Rica y Uruguay, y los miem preso, se retiene la decisión del Tribunal hasta bros de la Comisión de Fronteras de Perú y que la sentencia queda extinta: entonces la Ecuador.
absolución resulta académica, pero la demoTodas estas eminentes personalidades tu cracia se da por satisfecha. Tal ha sido el eje vieron que escuchar a Mr. Welles hablar so de la historia cubana desde la caída de Mabre los convenios hechos en la reciente Con chado. Se ha suprimido técnicamente la enferencia Interamericana de la Paz celebrada mienda de Platt, pero Estados Unidos ha reen Buenos Aires. Oyéronle declarar que los tenido sus bases navales y militares en Cuba, convenios negociados en la Conferencia Inter lesionando la soberanía y el territorio nacioamericana para el mantenimiento de la Paz efectuada en Buenos Aires, aseguran la paz en las Américas, a condición de que el espíritu de la democracia guíe a cada una de nues CANSANCIO MENTAL tras naciones. Welles reiteró que Estados nidos ha abandonado su política de intervenNEURASTENIA ción y de explotación comercial y desigual en SURMENAGE la América Latina, sustituyéndola con una política de amistad sincera y de comercio muFATIGA GENERAL tuamente beneficioso, que si el mecanismo de paz aprobado en Buenos Aires hubiera exis son las dolencias tido cuando comenzó la disputa sobre el Chaco se hubiera evitado la guerra entre Bo.
que se curan livia y Paraguay. Despacho cablegráfico de Prensa Unida en El Mundo, San Juan de rápidamente con Puerto Rico, de febrero de 1937. Cabe un breve comentario a tan festivas y optimistas declaraciones, muy a tono con la temporada carnavalesca en trance.
En primer lugar, dividamos las declaraciones del diplomático washingtoniano en dos partes: Welles asegura que Estados Uni dos ha abandonado su política de intervenel medicamento del ción y de explotación comercial desigual con cual dice el la América que la hi sustituído por una amistad sincera y de comercio distinguido Doctor mutuamente beneficioso.
Un tercer aparPeña Murrieta, que tado podría aún hacerse para la cuestión del Chaco. Como se trata de una mera conjetura vamos a pasar por alto lo aventurado de presta grandes servicios a ella para analizar las dos cuestiones, de palpi tante actualidad, planteadas en las dos prime tratamientos dirigidos severa ras.
Se funda, sin duda, Mr. Welles en su ay científicamente.
firmac lón de la supresión de la política de la intervención armada, en la desocupación nal cubanos, llevando a la nación a un estado de derrotismo y de malestar angustiosos.
El caso de Puerto Rico queda el tintero caprichoso de Mr. Welles. Sin embargo, es en Puerto Rico donde se desvela el nauseabundo monumento de su inmoral paradoja.
Porque el discurso de Mr. Welles es eso: una inmoral paradoja. De ellas está hecha la historia de la diplomacia de Estados Unidos.
como de buenas intenciones el suelo del inferno. Pero pocas veces Washington se ha mostrado tan abiertamente como ésta en que, todavía resonando el eco de la voz con que el Secretario de Estado Mr. Cordell Hull declaró que no presentaría ante el Congreso de Estados Unidos los acuerdos tomados en la Conferencia de Buenos Aires, añadiendo la prensa yanqui, que, de hacerlo, recibiría una sonona pitada, pone a su subalterno, el Sub secretario de Estado. Mr. Summer Welles, a hacer las descalabradas declaraciones que dan motivo a este artículo.
Para abrir las entrañas inmorales de la paradoja buenvecinista de Mr Welles, basta echar una mirada a Puerto Rico. Se impone un brevísimo análisis de la política de Estados Unidos para Puerto Rico antes y después del ascenso de Mr. Roosevelt a la dictadura norteamericana Al desembarcar las tropas de ocupación el 25 de julio de 1898 éramos una nación libre, independiente y soberana. En virtud de la carta Autonómica puesta en vigor por la Monarquia Española, gozábamos de un Estatuto internacional similar al de Austria y Hungría bajo los Hapsburgos, o al de la Comunidad de Naciones Británkas bajo la dinastía de los Windsor. Ningún tratado negociado por España nos afectaba, a menos que fuera previamente sancionado por nuestro Parlamento.
Ni la nación ni el Parlamento españoles podían legislar ya para nosotros, y las relaciones entre Puerto Rico y España se regulaban por tratados. Por un accidente bélico en el cual no éramos beligerantes pasamos a la intervención norteamericana a través de un acto diplomático, celebrado a muchas millas de distancia, y en el cual tampoco tuvimos partici.
pación alguna. El Tratado de París, es, pues, nulo, a la luz del Derecho Positivo, y nulos todos los actos del gobierno de Estados Unidos en Puerto Rico a partir de esa fecha.
Puerto Rico vive desde entonces en estado de guerra. Véase al doctor Pedro Albizu Campos. Alegato ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos en la causa del Gobierno de Estados Unidos contra Luis Velázquez, término de octubre de 1935. Para cubrir las apariencias que el mito de su democracia y sus conveniencias exigieron, el Congreso de Estados Unidos se inventó una corporación, criatura suya, a través de la cual ha gobernado a Puerto Rico. Hay un documento que sintetiza esos largos años de la intervención antes de que Mr Roosevelt surgiera, como un murciélago vestido de ángel.
de la pandórica caja de Wall Street. Dice así el homeopático documento:. la corporación llamada El Pueblo de Puerto Rico que se estableció a raíz de la invasión para demoler nuestra patria. Todo el daño que se pudo hacer por esta corporación que se llama el El Pueblo de Puerto Rico lo ha hecho el gobierno de Estados Unidos: destruyó todas las aldeas rurales, para suplantarlas por el latifundio azucarero: destruyó nuestra agricultura para imponer el monocultivo de la caña de azúcar; destruyó todas las industrias de Puerto Rico: destruyó a más de sesenta (Sigue en la página 122)
Kinocola