DemocracyFascism

EDITOR: GARCIA MONGE CORREOS: LETRA REPERTORIO AMERICANO EXTERIOR EL SEMESTRE: 00 EL ANO: 00 o. am.
En Costa Rica uscrición Mensual: 2. 00 SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA El suelo es la única propiedad plena del hombre y tesoro común que todos igualo, por lo que para lo dicha de la persona y la calma público, no se ha de ceder, ni fior a otro, ni hipotecar jamás. Jose Marli.
Giro bancario sobre Nueva York Hispanoamérica y Estados Unidos ante el Tratado Nipo Alemán Italiano Envio del autor. Paris, noviembre, 1937 Su revisión se impone por parte de todos aquellos gobiernos partidos y sectores de opinión continental antiimperialistas, cuya táctica tiene. por fuerza, que verse removida por la brutal presencia del peligro ya aludido y cuyo celo democrático supone una sensibili dad vigilante y extraordinariamente elástica para percibir las más sutiles variaciones de los resortes que intervienen en la organización de En reiteradas ocasiones y en forma cada vez más categorica, el Gobierno de los Estados Unidos ha expresado su entera solidaridad, moral y doctrinal, con todos los gobiernos que, de una u otra manera, militan actualmente, en el plano internacional, en defensa de la democracia. La Casa Blanca no hace, en la OCHrrencia, sino traducir el unánime sentimiento que, en este sentido, anima a la totalidad del pueblo norteamericano, sentimiento que, de modo particular. se ha cristalizado, en la forma elocuente que todos conocemos con ocasión de la agresión de que es víctima Españo por parte del fascismo europeo.
Esta actitud de Washington, cuyo valor, en el cálculo de perspectivas internacionales para los meses que vienen, será de primera importancia, tendrá, en otro orden y por circunstancias específicamente continentales, que provocar en la América Española. la inmediata revisión de uno de los más graves problemas interamericanos de los últimos tiempos: el problema del imperialismo.
Los pueblos hispanoamericanos no ignoran que los actos recientes del fascismo, tendenTes a destruir las ideas de libertad, de paz y de progreso en la sociedad contemporánea han tenido, por rebote, la virtud de despertar en todos los países un poderoso senti niento de afirmación democrática y de polarizar las fuerzas al servicio de la libertad, en un gran frente internacional contra toda tentativa orientada a erigir a la barbarie en regimen político en el mundo. Los pueblos hispanoamericanos se dan cuenta que un fenómeno nuevo en la historia de las relaciones entre los Estados libres, surge, de esta manera, en los actuales momentos: la internacionalización de la causa democrática. y que este fenómeno arranca de necesidades tanto más perentorias de autodefensa, cuanto que la ofensiva desencadenada por las fuerzas regresivas de la historia, ofrece los caracteres de un complot premeditado, organizado y envolvente, contra la existencia misma de los pue. blos considerados como naciones. Porque no se trata ya de una simple agresión a una determinada indeologia política. a un tipo de sociedad, a una forma de Estado, sino de ataques a fondo contra el cuerpo el espíritu mismo de los pueblos, contra sus bases históricas, sus maneras de pensar y de vivir, en fin, contra sus instintos vitales más profundos y sagrados. Se pretende, en una palabra, colonizar alma y bienes a los países objeto de esta flamante forma de conquista. Esto es lo que ha ocurrido con Abisinia y lo que se pretende hacer con España y con China En vista de esta situación y puestos ante esta tela de fondo de la reacción, es fácil comprender que, a los ojos de Hispanoamérica.
como a los de los demás países para los que el ideal democrático es la razón central de existencia, todos los otros problemas que hasta ahora ocupaban plano preferente en su proceso evolutivo, pasen a segundo término, suinergidos por el solo y universal problema del momento, cual es el de librar el mundo entero de la barbarie. En la América Hispana figuca, entre estos problemas supeditados por el peligro a que aludimos, el del imperialismo norteamericano.
Industria y cultura Colombia, por las naturales condiciones de su suelo, por su posición geográfica, por la habilidad media de sus hijos, está llamada a ser, más o menos tarde, un centro de producción industrial, sin dejar por eso de ser un pueblo ganadero y agrícola. Los Estados Unidos saxoamericanos, la Argentina, Dinamarca, y a última hora el Brasil buscaron y buscan por me.
dio del gran desarrollo industrial el incremento de su riqueza sin abandonar sus posibilidades en el campo de la agricultura. Ni la Argentina, ni Dinamarca, ni el Brasil, tienen para el desarrollo industrial mejores elementos que Colombia. Solamente nos aventajan en el hecho de poseer mercados en su territorio o fuera de sus limites para los productos de sus industrias, pero ese mercado nosotros podriamos aumentarlo considerablemente en el interior por medio de la educación y con el mismo desarrollo de la industria, sin olvidar que nuestro indice de crecimiento en materia de población no sobrepasado en el mundo por ninguna nación civilizada. Por último es notorio que la etapa de la evolución industrial corresponde en la historia del afligido y aflictivo género humano a un adelanto cultural sobre las épocas de la mera actividad agricola y del nomadismo pastoril. Compárese la civilización saxoamericana de 1850 a 1860 con el desarrollo espiritual de ese país entre 1917 y 1937. Palabras de Sonin Cano, en El Tiempo de Bogola. Dicbre. 17 de 1937. su política. Sobre qué nuevas bases habri que reabrir los debates referentes al problema antiimperialista en la América Española? Punto es éste que requiere, desde luego, serenas reflexiones y un experimentado examen del momento político por el que atraviesa el mundo y, de modo más inmediato. Hispanoamérica, en relación con la posición adoptada por el Gobierno de Washington frente a los actos y amenazas del fascismo.
Por el momento y cualquiera que fuese el criterio de esa nueva política, resultante de ese examen, un clima general puede, desde ahora, desprenderse de un simple golpe de vista de la situación, y este clima es la necesidad que hay de subordinar, en todo momento, el argumento económico de la cuestión, a la voluntad de oponer, cuanto antes y a cual quier precio, una barrera común en el continente a la acción fascista. El tiempo en particular, es aquí factor importantísimo. Hay que ganar tiempo. El propio Presidente Roosevelt ba afirmado que el único procedimiento de evitar a América la guerra que preparan las dictaduras fascistas. es salir, desde ahoal encuentro de las guerras ya existentes en otros continentes. En este sentido, se bace urgente deducir de la nueva política americanista a que nos referimos, una táctica de acción inmediata de todos los pueblos de América en defensa particularmente de la República Española, por ser ésta el objeto principal de la agresión fascista y por la circunstancia que, de ser ella vencida. el camino de la hegemonia del fascio en el mundo ganaria un gran terreno La acción americana en defensa de la democracia, se encuentra por lo demás, muy avanzada. El primer paso lo dieron las inasas republicanas de las tres Américas, movilizando y alineando, desde el primer instante y por espontáneo impulso, todas las capas de opinión continental, al lado de la causa del pueblo español. El segundo paso lo ha dado luego el Presidente Roosevelt, proclamando, resueltamente y sin equivocos, primero la Conferencia Panamericana de Buenos Aires, y posteriormente en los diversos discursos que han causado sensación en el mundo y no poco pánico en Italia y Alemania, su anhelo de ver a América entera estrechamente unida para oponerse a la nefasta política de agresión y de conquista que amenaza actualmente a la democracia y la civilización. En fin, un tercer paso y, esta vez, en terreno oficial, lo hemos visto hace poco, realizado en las decisiones simultáneamente tomadas por la Secretaria de Estado de Washington y por diversos Gobiernos hispanoamericanos, negándose a reconocer la beligerancia a los rebeldes españoles. No hablemos del gobierno y pueblo de México, cuyo rol en el curso de todos estos conflictos ha sido un altísimo ejemplo de valor democrático para todas las otras naciones, los dirigentes políticos hispanomericanos sinceramente amantes de la libertad y honrados observadores de la verdadera situación dei mundo, les toca ahora dar forma más viva, más potente y militante a esta política.
CESAR VALLEJO Un padrole Madera de Emilia Prieto IMPRENTA BORRASE HNOS