REPERTORIO AMERICANO 149 Así, por tu profunda sensualidad de ruda.
por tu morosa y noble virtud de fruto en rama, José Mejia Vides te imaginó desnuda y Serafin Quiteño te amó sobre la grama.
Canción de la leche materna Para Graciela Bográn, a través de mi made. II Hoy amanece el dia más tarde. Las colinas se han empapado en llanto. Mayo es triste y sentido.
Se alza con despaciosa languidez femenina y es que el flujo del mundo le anda suelto y urgido.
Ya el alba niña llora su aljófar de sereno.
sabe la vida a soplo de amor convaleciente, y es que el ardor del sueño maternalicio y bueno se alivia con la sangre que auspicia la simiente.
Leche, celeste sangre, filtro de astral dulzura, llanto el más amoroso de la carne dolida.
imagen la más bella de la humana ternura.
Blanca, tibia, de arrullos encendida.
surges radiante del barro oscuro, y en la vendimia casta de la vida eres un licor dulce, intenso y puro.
Antes que de la entraña maternal y sencilla brotaste al mundo en vago temblor de maravilla: tácita estabas en sus ojos tiernos abiertos a la noche con estrellas: tácita en la inocencia de las manos doncellas.
alargadas y pálidas de anticipos maternos. tú también oh arcilla de alborozante gleba. muestras el aura pálida como la flor de izote.
Se te ha colmado el pecho de olor a cosa nueva y estás como esperando que te amanezca un brote. es que eres tú la tierra, tú misma, sin negarla.
más bien aprisionandola como tesoro intacto.
Por ser tan fiel podria bastar para guardarla con uno de tus senos magnificos y exactos.
Sus pechos en agraz te presentian, y eras como un lamento sin fortuna cuando su amor te hacia con juegos de muñecas bajo la luz de plata de la luna, Rio sin cauce fuiste el amanecer de sus asombros.
y ya te adivinabas en sus nubiles hombros como una cruz ennoblecida y triste.
Grito que sorprendió su adolescencia.
lagar sangriento del abismo impuro, antes que en tibio néctar de inocencia surgiste en vino de caudal oscuro.
Así te quiero, mía como el terruño ardiente que se nos da en la copa del carao florido.
Te quiero en la dulzura del sol desfalleciente y en el camino largo y en la mañana riente y hasta en el dejo amargo de lo que tú has perdido.
III Salud por tu fragante salud y por tus modos que evocan, de inocentes, la calma de los llanos.
el jugo de las uvas logradas por acodos y el agua de los ríos tomada entre las manos.
Mucho antes. en las brechas por donde amor se enredaluché, cai, la vida me ardió como un ajuate.
Más tú me diste dulce ternura de vereda y el fresco de tu inmensa maternidad de amate En ti cayó el ensueño desperezando arruyos como el florido gajo sobre el tapial bajero.
Fué tuyo en el silencio que atisban los pocuyos y tuyo en la delicia del viento madruguero.
Después joh hirviente décil en el interno fuego! caiste en mieles rubias de su intimo tesoro de sus palabras, fáciles al ruego, de sus pupilas, fáciles al lloro. ella no lo sabia.
pero desde una margen de ternura en que Amor. Vida y Muerte se unen en alba pura tú ya la consagrabas Madre mía.
Llovida como el cielo celeste de la aldea, feraz como las ubres que dan leche temprana.
me sabes al instante fugaz de cuando orea los trapos y las almas el sol de la mañana.
Tu cabellera suelta me aroma la tristeza: cubre tu amor, de frutos, la cruz de mi locura y enseña que en ſu forma no es griega la belleza sino morena, basta, despreocupada y puta.
Venus de sol, estatua modelada en la playa con el mar a la espalda, simple y decorativa.
La boca, retocada por la añoranza maya.
Las curvas, de rotunda naturaleza viva.
Por ti anticipo de lo que hoy existe su alma desfallecia como un orto abrileno. Era como las tardes de mi sueño un poco maternal y un poco triste!
En lirios de eficacia y en rondeles de niños sin nombre y sin fortuna fulgian los altares de su gracia.
En su dolor, un signo de dulce aristocracia y en su cuerpo, el balance de la cuna!
Savia que de la tierra ennegrecida subia en ritmo tardo, silencioso y sereno.
Oh tú, el sentido lácteo de la vida. Oh tú, la primavera conmovida floreciendo en las flores de sus senos!
Para ti mi canción.
para ti las palabras domésticas y puras que fluye mi sencillo corazón porque tú, llanto azul, astral dulzura, savia que santifica, lábaro de perdón, fuiste la anunciación de mi ternura y de su ángel caido noble resurrección Leche de sus entrañas doloridas, lumbre de la tiniebla, resurrecta, hoy vas en mis canciones encendidas y te expresas en ellas con palabra perfecta.
Por eso es que en mis labios job secreto divinolcabe como en un sueño todo el amor del mundo. la palabra que exalta como un vino, la alegria de paso peregrino, la fe contra los vientos fracundos, Concluye en la página 158)
Mayo resurge, pródigo, de tu candor pagano como las milpas tiernas, del surco estremecido. el viento, un viento lerdo, romántico y lejano sacude en tu alegría las frondas y los nidos.
Hoy nos iremos ebrios por los caminos, locos por la espesura próvida que se alboroza y canta.
No sientes? Todo el cielo se hiende como un coco.
La sed del sacro suelo nos grita en la garganta.
Subamos hoy. subamos, la tierra negra sube mecida en su frescura de vahos campesinos.
La vida abre las alas. El gozo hincha la nube! en cada rama brotan las yemas y los trinos.
Iremos ebrios, locos, violentos, desatados, que somos dos terrones profundos y mojados!