REPERTORIO AMERICANO 181 De paseo en la Antigua salida Por DORA GOTAY Encio de la autora. Costa Rica y agosto de 1937.
Devanando quilómetros el Pakard desafia y soleado patio que a causa de lo concurrido ba veloz los profundos barrancos que bor presentaba el más animado de los aspectos.
deaban el camino Cortinas de polvo areno Abrigos y demás enseres quedaron al cuiso esfumaban el paisaje que íbamos dejando dado del hotel. para así, libres de cargas inúatras. Mixco. pueblecito indio asentado en tiles, poder recorrer mejor el largo Via Cru el pintoresco valle que lleva su nombre, po cis que seria el conocer templos. palacios, y blado en su totalidad por indios y ladinos. demás monumentos históricos.
Serpenteando recorrimos sus tortuosas y em De nuevo en camino, brincando por el irrepinadas calles buscando gular empedrado, atravesamos unas cuantas De nuevo carretera arriba, siempre subien calles hasta detenernos frente a unas descodo pudimos distinguir con toda su belleza munales ruinas de piedra carcomida por los el inmenso y bien trazado cuadrante de la siglos y agrietadas por los terremotos.
capital. Pueblos, montañas, valles y ríos pa Una puerta de regulares dimensiones. nerecían a lo lejos un magnifico decorado para gruzca y desquiciada desde la base, permite el un portal de Navidad.
libre paso a los turistas. Un patio amplio la vuelta de un bruscotecodo del desnudo de arbustos marca el cuadrante prin camino, a unos cuantos quilómetros de la cipal del edificio. Estábamos en Capuchinas.
capital y en una planicie natural alza sus to o sea un convento de ese nombre. Aproxima rrecillas de cristal un elegante chalet suizo. damente doce arcos de sólida piedra sostieSan Rafael es su nombre. Acondicionado co nen el segundo cuerpo del edificio. o sea la mo hotel, ofrece al viajero todas las como parte alta donde estaban, y se conservan en didades de los mejores de la ciudad. Bellos ruinas, las celdas de las monjas. Se sube a jardines circundan el edificio. En él se en ellas por una escalera de piedra labrada. En cuentran gigantescas hortensias que en tama la planta baja estaban comedores, salas de reno y colorido pueden rivalizar con las más cibo y algunas de las principales dependen bellas de Centro América. este pintoresco cias. Un amplio y bello jardin con árboles rincón se le conoce también con el poético corpulentos a cuyas sombras, bancas de pienombre de Hotel de la Luna de Miel, por ser dra servían a las hermanas para tomar el aire en realidad el más escogido por los recién ca y poder meditar más a gusto. Varias fuentes sados. Seguimos la marcha dejando siempre de azulejos y de piedra refrescaban el amatrás inmensos bosques de pinos de caprichobiente: ahi pasaban las monjitas la mayor sas configuraciones y coloridos diseminados parte de su tiempo, pues les estaba prohibipor montes y valles cortados a pico como si do salir a la calle.
el hacha gigantesca de un coloso los hubiera Dos conventos han sido construidos en ido cortando al descuido.
el mismo sitio: el primero lo fué allá por los Por fin después de una hora y minutos años de 1726 y el segundo, o sean las ruinas de marcha llegamos a la ciudad de la Anti del actual llamado también Las Carmelitas gua o sea la que en tiempos de los conquistaDescalzas, en el año de 1736.
dores españoles llamóse también Santiago de En la planta baja cxiste todavía un subtelos Caballeros de Guatemala, en honor del rráneo que fué según cuentan capilla donde patrón de España Santiago el Mayor, fun se exponían los cadáveres de las hermanas dada el 29 de julio de 1529. Fué desde en muertas la vispera: las novicias tenían la tonces una prospera y brillante capital, hasta misión de velarlas: solas con el cuerpo que mucho después fué relegada a departa solian pasar la noche en oración en la mento o provincia importante, trasladándose más completa oscuridad o cuando más a la a la que hoy es Guatemala luz de las velas: este era modo de probar Frenó el carro frente al moderno pórtico la vocación de las postulantes. Frio húmedo del hotel. Un grupo cosmopolita compuesto y lóbrego el subterráneo, tiene como todas en su mayor parte de saxoamericanos, entro las cosas muertas que sin embargo un algo al mismo tiempo que nosotros en el amplio las une todavia al mundo de los vivos, eso cudidas que recuerda el más allá, infundiendo en el alma un vago terror: el sentido de la muerte habla en nosotros recordándonos el sepulcro.
Es todo un contraste para el visitante el vetusto y tuinoso convento. En las fuentes donde todavía brota el agua cristalina y abundante. rostros jóvenes de los que aun no cuentan un cuarto de siglo se miran en ellos todas las mañanas al salir el sol. Por los corredores arqueados de piedra labrada, corretean llenando de ruidos las bóvedas de los claustros. los niños del guardián que en el convento viven. De la iglesia poco queda, tan poco que sólo pilares y algunas columnas dan una idea de lo que fue en aquellos tiempos capilla, centro religioso donde se reunia la congregación en las horas de recogimiento Las primeras Carmelitas Descalzas cmi graron de España de la casa madre en el año 1726. siendo entonces obispo Nicolás Gó.
mez de Parada, quien las trajo, o contribuyó a su venida. En una las salas abovedadas están instalados varios telares primitivos, en ellos trabajan indios de diferentes pueblos.
te jen mantas cuyos dibujos son originales de su fantasía. Los venden por varas a los turistas que pagan por ellos los caprichos que les piden No quedando nada más por ver, volvimos a ponernos en camino. Otra vez sufrimos saa impulsos del motor en marcha del carro que las piedras hacían corcoveat. Frente a nosotros erguía su mole de piedra otro con vento e iglesia, el de San Francisco. Entramos a una especie de celda grande de techo abovedado. parecia ser o haber sido, en la sacristía. En esa parte del convento se conservan en muy buen estado y en servicio cuatro dependencias: en ellas viven el guardián y su familia. Seguimos entrando nos internamos por el laberinto de corredores de arcos de piedra. En uno de los patios una ar tística fuente con tu tazón de azulejos, cuyos colores frescos todavia recuerdan los tiempos cuando cantaba el agua de los surtidores reflejando el azul del cielo. De la iglesia poco queda, de lo más entero la mitad de una nave, Se cuenta de ella que todas las noches se oyen batir de alas como de un pájaro muy grande.
viene acompañado de lamentos y por último se deja ver un fantasma que sólo es visible en los muros de la nave. Dicen los supersticiosos que inventaron la leyenda que no se ha podido saber de quien es ni que ha podido estar des contando. Tiene varias galerias de arcos todos trabajados en piedra muchos de ellos se en: cuentran derribados por los terremotos. En la parte exterior todavía pueden verse en buen estado varias imágenes de bastante mérito at tistico Tomamos de nuevo el carro que nos esperaba en la puerta: habia tanto que conocer que nos preguntábamos cuál sería lo próximo.
Como cerca nos quedaba la Alameda del Calvario, hacia ella nos dirigimos, pero antes nos quisimos detener en la Iglesia del Calvario, frente a una amplia plazoleta cuadrada donde la iglesia y la cruz de piedra que está en el centro se miran desde 1655. o sean 282 años de estar la una enfrente de la otra. La famosa iglesia cuyo nombre tiene origen en los Via Crucis que comienzan en la iglesia y terminan en la ermita del mismo nombre, o sea la del Calvario. Fue construida en el tiempo del piadoso hermano Pedro, hoy venerado y con siderado como santo por todo el pueblo guatemalteco. Doce pasos Santos, o sean los John Keith Co.
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