202 REPERTORIO AMERICANO Clases parásitas ricas!
Clases parásitas necias! en la cotona del indio: arañazos de miseria. en ruinas Caramba, cuánta insolencia. Autos aerodinamicos ondulan las carreteras cargados de carne inmunda: de sadismos y de histeria; de vicio y concupiscencia.
y en la carreta del indio: rechinando la miseria. Caramba, cuánta insolencia. Cristalerias valiosas.
Delicadas porcelanas.
Champaña, viandas exóticas: Oh banquetes burocráticos!
Oh festines babilónicos. en la cazuela del indio: Lengüetazos de miseria. Caramba, cuánta insolencia. Caramba, cuánta insolencia. De paseo en la Antigua Envio de la autora. Costa Rica y agosto de 1937 (y Véase la entrega parada)
en o Santia ella las principales residencias de la clase más elevada, o sea ne la nobleza. Casas donde reinaba el mayor lujo y donde no se escaseaban las comodidades. Cerca de la Universidad de San Carlos existe una casa casi en que se cree la más vieja de la ciudad. Todavia guarda vestigios de opulencia. No se sabe exactamente el año de su construcción, pero se calcula puede haber sido del año 1639 o antes de esta fecha. También bien se cree per teneció a don Luis de las Infantas y Mendoza, fiscal de las reales audiencias. Sin rumbo fijo dimos vuelta por ciudad buscando siempre novedades, cuando alguien dijo que pasáramos por lo que fué Alameda de Santa Rosa. Al lado norte de las ruinas de Capuchinas comienza la avenida, se parece mucho 1a del Calvario.
También en ella hubo lujosas y aristocráticas viviendas de ellas no quedan hoy ni vestigios: sólo las ruinas de la iglesia de Santa Rosa de Lima, rodeada un bello jardin.
árboles y plantas, fueron testigos del ir y venir de religiosos y fieles. Al lado norte de Santa Rosa esta la de Nuestra Señora de Candelaria, que perteneció a la Jurisdicción de Santo Domingo. Existió en este barrio un mercado el más surtido y curioso, vendíase el caprichosos y originales objetos indios traidos de los pueblos más distantes no faltaban tampoco verduras y flores que los indios cargaban en inmensos canastos sobre la cabeza, caminando con ellos leguas de leguas.
La calle de los Herreros es amplia: y todavia en muy buen estado, a ambos lados casas de aspecto humilde: la mayoría de ellas están en condiciones habitables. Llamábasele usi a causa de haber vivido en ella todos los que tenían ese oficio y trabajaban en él. Todas las bestias como machos de carga y briosos corceles, eran berradas en aquel barrio, entonces popular entre el gremio obrero: muy a menudo olvidábanse idibanse de sus oficios para celebrar fiestas a las que no pocas veces asistieron los jóvenes aristocratas que adrede prescindían de los prejuicios de raza para dar libre expansión a la juventud.
Nos preparatábamos a degresat, quedaba mucho por conocer, pero ni el tiempo ni la paciencia de los compañeros podía alargarse más. Aunque se sobreponía al cansancio físico el deseo de conocer, los miembros co menzaban a sentir el esfuerzo a que los habíamos sometido. Marcha atrás. volviamos el carro en busca de la salida por el laberinto de tortuosas calles. Ya casi para salir por la que nos había de llevar directamente hacia hace table, parece haber sido arreglada para alguna ceremonia, con grandes cortinajes de fino y delicado encaje puesto artísticamente sobre la piedra de la fachada.
La iglesia conserva un Cristo que se ha becho famoso por lo que de él se cuenta. Listo para zarpar de un puerto español. un buque se bacia a la vela para los paises de América.
Un desconocido le entregó al capitán una caja pidiéndole la entregara en go de los Caballeros al al prior del Convento Cuando toda la congregación estuvo reunida, se procedió a la desenvoltura del misterioso paquete. En una caja cuyo suave perfume se percibia todavía, venía un Cristo de rara e imponente belleza. Desd ba un liquido constantemente sin que nadie ni nada pudiera conte contenerlo: heridas.
contusiones o imperfecciones físicas se curaban a contacto. Esa es la historia del Cristo que hoy cuenta con infinidad de devotos. Los archivos de la iglesia guardan pergaminos que atestiguan el hecho, hermanos de la congregación cuentan el milagro, quitándole poniéndole los que de historia saben algo.
Al frente de la iglesia, en medio de una pequeña plazoleta, una fuente muestra los trabajos artísticos con que fué decorada en siglos pasados. Es considerada como la mejor que existe, a pesar del número considerable que todavía pueden verse en la ciudad y que por eso se le dijo, a la Antigua, ciudad de las un costado בחנות Había oido hablar tanto de la Universidad de San Carlos Borromeo, que propuse que el siguiente lugar por conocer fuera ése. Cien varas al este de la plaza o del Palacio de los Capitanes, se conserva desde el año de 1678.
día en que fué inaugurado el famoso centro educacional que tantos cerebros de hombres ilustres cultivó a la América Central.
Su arquitectura es del más puro estilo morisco. Un amplio patio en cuyo centro una fuente de piedra labrada cantar el agua golpeando las lozas del tazón. Las bellas columnas de los arcos trabajadas con arte soportan un techo en cuyas esquinas ángeles de estuco sostienen las cornisas con las espaldas.
mientras en las manos muestran los atributos de la sabiduría. Las salas amplias y ventilad reciben el sol por pequeñas ventanas de rejas de madera y de hierro. Hoy convertido en museo tiene para el visitante dos teresantes: el que presenta la oportunidad de conocer las cosas que dan una idea de cómo y de qué medios se valían los hombres que fueron gala de nuestros pueblos y el ver y cotodo lo relacionado con uno de los más hermosos y acabados edificios de la época.
La puerta de entrada es una de las cosas más notables. Bajo relieves forman las cornisas y marcos de la puerta todo en piedra canteada, arabescos y fantasias Caprichosamente tejen y destejen guirnaldas que parecen raros encajes desplegados sobre la piedra. La puerta es de madera trabajada también con maestría, repujada en láminas de bronce: en la cornisa superior está el escudo de Castilla. En una de las paredes de la la entrada está una leyenda en piedra, da a conocer el dia y el año en que fue fundada.
Volvió a trepidar el motor del Packard y a ponernos en camino hacia el convento de Santa Catalina: seguimos la calle que lleva su nombre y casi al final un arco en forma de puente oculto a las miradas del público su interior, atraviesa de parte a parte la calle, da a conocer el medio de que se valian las hermanas y pasar del convento al anexo del mismo. En la actualidad restaurado, sólo queda como recuerdo de lo que fue el convento de Santa Catalina. Fundado en el año de 1609, fue de los mejores y como se verá, más antiguos. Hoy sólo paredes ruinosas que van cayendo poco a poco.
Al fondo de la calle está la iglesia de La Merced: fué y aún se conserva como una de las más ornamentadas iglesias. Terminada en el año de 1760, treinta años antes del famoso terremoto de Santa Marta que dejó la ciudad en ruinas, ha podido conservarse en muy buenas condiciones. Su exterior es de lo más noaspectos in nocer to fuentes. Llamábase en aquellos tiempos la calle de la Nobleza a la primera avenida sea a la que parte de Santo Domingo y San Francisco. Le vino a causa de estar en In Angello Cum Libello. Kempis En un rinconcito, con un libreto, un buen cigarro y una copa de para atravesarla ANIS IMPERIAL SUAVE DELICIOSO SIN IGUAL FABRICA NACIONAL DE LICORES San José, Costa Rica