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REPERTORIO AMERICANO SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXXIV San José, Costa Rica 1937 Sábado de Diciembre Núm. 22 Año XIX No. 830 Cuando yo era alumno del profesor Masaryk.
La sombra de Cleonice.
Homenaje de despedida a Juan Marinello Palabras para Cuba.
Negros en Españo.
El pueblo español en armas (3)
El camino de los democracios en América Un Congreso Obrero.
El libro póstumo de Santos Chocono: Poemas del amor doliente Critica Americana SUMARIO Eduardo Benes Equidistancia.
Plutarco Apuntes de actualidad.
El último libro de Napoleon Quesado: Menudencias.
Juan Marinello Seamos coutos. No nos desorientemos Castañeda Aragon Poesias nuevas Pablo Minelli Medidos y Valores (y San Lenin Cuadrifos.
Armando Arriaza Loora San Martin Norberto Pinilla Nolicia de libros Alfonso Reyes Monico Neck Carlos Jinesla Juan del Camino Carlos Luiz Sáenz Thomas Mann Jean Richard Bloch Guiomar Alfonso Reyes Cuando yo era alumno del profesor Masaryk Por EDUARDO BENES, Presidente de la Rep. Checoslovaca De La Prensa. Bs. Aires, 10 de octubre de 1937 Eduardo Benes, nacido en Kolzeny en 1884, es la personalidad más destacada de Checoeslovaquia. Dieciocho años ocupó sin interrupción el cargo de ministro de Relaciones Exteriores, hasta que en 1935, por renuncia voluntaria de Ma saryk, fué elegido presidente de la República. Su labor en la política continental ha sido descollante, colaborando intensamente en el acercamiento de las naciones centroeuropeas.
El día en que se estudie la influencia de Masaryk sobre la joven generación que él instruyó en el tiempo en que enseñaba, y también su actividad general en la vida checa, se podrá comprobar que señaló a estos jóvenes una infinidad de problemas nuevos, que les enseñó a encarar la vida bajo aspectos siempre nuevos, y que les amplió inmensurablemente su horizonte, enseñándoles la visión de mundos hasta entonces desconocidos.
Sin embargo, no es éste el tema que yo intento tratar en este artículo. Prefiero mostrar cómo procedia Masaryk y qué impresión he conservado al recordar los tiempos en que comenzaba a seguir sus cursos y a sentir su influencia. Por otra parte, son impresiones completamente personales, pero creo que permiten caracterizar toda la obra de Masaryk en un aspecto particular, y que explican lo que puede parecer enigmático en nuestra vida pública y nacional Tomás Masaryk cias, y a pesar de estar muy sometido a su influencia personal, cada una de aquellas reforzaba mi resistencia. Es sabida la forma de expresarse de Masaryk en público y su comportamiento en las aulas. En forma fragmentaria lanzaba a su auditorio una asombrosa cantidad de problemas. menudo no les daba solución: otras veces, las sugería, pero agregando que se trataba de una opinión personal.
y que tal vez él se equivocaba, a fin de que nosotros mismos le buscáramos una conclusión.
Subrayaba sus concepciones críticas con variadas cuestiones, y por ese motivo, mi primitiva resistencia se encontró apoyada.
niones religiosas: busqué la ayuda en su contra en el socialismo ortodoxo. Su método de enseñanza, que me parecía inconcebiblemente poco dogmático, pero que se imponía esa exigencia de hacernos pensar por nosotros mismos, conservar el espíritu independiente y crítico me penetraron tanto que comencé a oponerme a todo lo que él recomendaba en sus conferencias y en sus libros.
Al fin librado de la influencia de Masaryk Cuando me resigné a seguir sus consejos y parti a continuar mis estudios en el extranjero, me pareció que me había librado com pletamente de su influencia. Día tras día, no cesaba de repetir a su auditorio que conservaran su independencia y su sentido crítico, y que no temieran ni aun el hacerle oposición.
Cuando dejé de sufrir isu ascendiente directo de la clase, tuve la impresión de que me había despojado completamente de su filosofia. Es que en mí ese espíritu crítico, ese ardor independiente del espíritu, existian, pero todavía no se había desarrollado. Yo creia que no se ría ni independiente, ni crítico, si adoptaba las ideas de Masaryk. Encontrar el punto débil o el méfodo de mi gran profesor Permanecí algún tiempo en el extranjero, sufri muchas influencias y empecé a estudiar e problema por el comienzo, ese problema que Masaryk había sido el primero en mostrarme.
Durante ese tiempo yo aplicaba el método crítico de Masaryk a todo lo que me caía en las manos. Tomaba una cuestión, un problema, un movimiento, y buscaba ante todo encontrarle el punto débil. Algunas veces iba hasta el fondo de las cosas y volvía nuevamente a alo que le había escuchado a Masaryk en mis primeros años de estudio. Comprendía mejor su carácter como también el carácter checo al encontrarme entre franceses, ingleses o alemanes, y al observarlos en la vida práctica. Empecé a comprender su punto de vista religioso, cuando mis estadas en Inglaterra y en Francia me permitieron ver numerosos aspectos de la vida religiosa que antes yo no conocía.
Instintivamente contra las ideas de Masaryk Cuando entré en la sala del curso, yo ya sabía algo de las opiniones y de las ideas de Masaryk. Era poco sentimental y tenía más inclinación hacia el nacionalismo y el materialismo: por la educación anticlerical que me había dado, me había creado un prejuicio antirreligioso: las circunstancias materiales que habían rodeado mi vida de estudiante me empujaron hacia el socialismo. Estaba, pues, lleno de disposiciones para resistir las ideas y la influencia de Masaryk, Sentia con frecuencia una instintiva mala voluntad hacia lo que él recomendaba particularmente.
Entonces fue cuando escuché sus conferenBuscando argumentos en contra de las ideas deas de Masaryk En el método de enseñanza de Masaryk, yo buscaba argumentos en su contra. Escuché al profesor Krecji oponerle ciertas razones que utilice con toda la frecuencia posible para afirmarme en la resistencia de mis ideas contra Masaryk y fortificar mi instintiva oposición.
Buscaba argumentos contra su humanidad, su comprensión de la cuestión checa, sus opi