Violence

114 REPERTORIO AMERICANO que es más epidérmico que el del hombre edu.
cado ante su propio destino: y, en último término, por creer, cosa en extremo cierta, que los seres ineducados, primitivos, son generalmente más puros que los hombres educados, refinados. De ahí que los personajes de Neill como los de John Dos Passos hablen en slang (lenguaje popular. resultando sus diálogos de una gran fuerza vital. Anotemos al margen que Neill al igual que Lenormand ha sabido aprovechar ventajosa e inteligentemente para sus obras el Psicoanálisis del vienés Freud, que tantas batientes de luz ha abierto en el conocimiento de los problemas del alma humana. E: comienzo de la brillante carrera literaria de Neill tiene lugar en un ambiente inhóspito para empeños tan nobles como eran los de higienizar la escena teatral.
Cuando Neill hace sus primeras armas en el teatro norteamericano, se acababa die iniciar en los Estados Unidos un fuerte mo vimiento de novación para ugular la co mercialización del mismo. Todavía en esta época ejercía su mandarinato odioso el bo ssism (dictadura de los directores y empresa rios) que tenían sumido el teatro yanqui, como en la vieja Europa, en una terrible deca dencia. Sin posibilidades de transformación ni de superación. El teatro en esta época no te nía nada de literatura, según certeramente ha apuntado Baeza. Era simplemente espectácu lo. Ambiente de la plaza de toros sin el contenido de exaltación emocional del redondel taurino. Para salvar al teatro de esta atmósfe ra decadente que amenazaba gravemente su existencia, se emprende con enérgica decisión el movimiento renovacionista en en el Teatro Municipal de Provincetown, Massachussetts, por puñado de jóvenes aficionados, en donde Neill, incorporado al grupo de estos entu.
siastas amateurs, estrena sus primeras obras dramáticas. puede decirse, sin caer en hiperbole.
que este movimiento juvenil, secundado por algunas Universidades, salva al teatro norteamericano la poderosa influencia de Neill al teatro universal, de la crisis por que atravesaba. Para demostrar la pujanza de este movimiento renovacionista baste decir que de él han surgido, además de Neill, Mackaye, Sturges. Rice, Barry y dets, que han colocado al teatro norteameri cano, con excepción del de la Alemania prenazi y el de Rusia, a la vanguardia del teatro universal de hoy.
Las obras de Neill que han obtenido el Premio Pulitzer, instituído por el gran perio dista norteamericano Joseph Pulitzer, por su orden de aparición son: Beyond the Ho.
rizon; Anna Christie; Desire under the Elms y Strange Interlude. Todas estas obras, salvo Anna Christie, están orientadas enteramente bajo el signo de la pasión psicológica.
Sólo hablaremos de manera sucinta por ser las que mayores simpatías despiertan en nosotros. de The Emperor Jones y Strange Interlude. La falta de espacio nos impide ana lizar de manera más detallada no sólo estas dos obras, sino también otras no traducidas aún al The Emperor Jones representa la tragedia del hombre primitivo que sucumbe implacablemente al peso de su subconsciente ati vico. Brutus Jones, negro fornido reintegrado voluntariamente a la selva para vivir de la explotación de los nativos incautos, no puede sobrevivir después de la abdicación al trono fantástico que él mismo se había erigido. cuando harto ya de riquezas y poderio de cide reincorporarse a la civilización de los hombres blancos para gozar del producto de las gabelas exhaustivas, cae fulminado por el rayo demoledor de sus instintos selváticos, atávicos, de hombre primitivo. La obra es un dinamismo vivo y sorprendente. Desde la primera escena en que se inicia la buida del Emperador a través de la selva, el dra.
matismo de la acción aumenta sin cesar hasta el final en que Brutus Jones muere víctima irremediable del fatalismo las poderosas fuer.
zas ancestrales. Todas las escenas, desde la primera hasta la octava, muestran de modo cre ciente el miedo y el terror (emociones pri.
mitivas) que se van apoderando y dominando a Jones hasta el fin de la obra en que sub consciente acaba por asestarle la puñalada de la muerte liberadora. Como se ve, esta obra es pesimista y fatalista. Características domi.
nantes en Neill.
Su valor principal radica en la aumentada intensidad de la acción y el profundo sentido psicológico de la misma.
Aparte de los recursos escénicos de que hace gala el autor, y en donde el factor auditivo juega un rol de capital importancia por la continua persecución del tam tam enervante.
Strange Interlude de la que existe una versión fílmica es una obra dramática de mayor contenido revolucionario en cuanto?
la técnica. Neill llega en ella a resolver satisfactoriamente en la escena la representación del principio dual del alma humana en dos yos: el del bien y el del mal. La obra consta de nueve actos, y debido a extensión se hace necesario ofrecérsela al público en dos sesiores, dándoseles a los espectadores un intermedio para cenar al objeto de continuar más tarde con la representación interrumpida. El mérito de esta obra consiste en el análisis in cisivo, acabado, que hace Neill de la psi quis en sus recovecos y escondrijos más inti mos y más recónditos. Los personajes hablan.
como en la sangrienta farsa de la vida reai.
dos lenguajes diferentes el lenguaje hipócrita para el mundo exterior y el lenguaje sincero para el mundo interior poniendo al des nudo. descarnadamente, todo el mundillo fa laz de las miserias y bajezas que se hospedan un en el alma de los hombres. El argumento en si no resulta interesante. Pues no está a la altura del genio de Neill. Por ser este argumento conocido en casi su totalidad por el público debido a la versión cinematográfica de Strange Interlude, prescindimos de relatarlo en gracia a la brevedad de que disponemos.
Camo palabras finales acerca de esta obra bastará decir que la nota dominante y sosteni.
da está en el penetrante análisis psicológico que hace Neill, con mano segura de maes tro consumado, de los sent mientos huma nos; así como la resignación última de los distintos personajes que cargan a cuestas con el destino individual que la Vida les ha deparado a cada uno.
Antes de terminar esta crónica con un juicio crítico sumario sobre Neill nos referi.
remos también, fugazmente, a su obra más reciente: Days Without End. Esta obra, escrita en 1935, ba provocado una áspera crítica por parte de un escritor inglés que ha tachado a Neill de reaccionario y clerical, ya que ha creído ver en su personaje protagónico, Loving, la desesperada tortura moral del propio autor en el minuto violento que vive el mun do.
Aunque no conocemos esta última obra de Neill no estimamos exagerada la opinión amarga del crítico inglés, obstante la ca lida defensa que este año ha hecho León Mir.
las del insigne dramaturgo norteamericano Nuestra afirmación la apoyamos en los antecedentes que poseemos de toda la obra anterior de Neill. sobre todo en lo que pudié ramos llamar su pensamiento guía expresivo de que sólo le interesaban las posibilidades del drama como arte. dicho de otro modo: Sólo le interesaba el arte por el arte o el urte por la idea. Nosotros no podemos admitir esta fórmula académica, cuya comodidad no dis.
cutimos, porque la misma produce el desdobla mlento de la la personalidad del artista y, por tanto, resulta incapaz de resolver y asegurar la unidad espiritual que debe presidir toda su personalidad. El artista, aun haciendo filigramas con la fórmula de el arte por el arte. no puede nunca como hombre, como ser huma.
no que vive y piensa dejar de sentir sobre su destino individual las fuerzas sociales que gravitan, quiera o no, sobre el. esto se per cibe al instante en la magnífica producción de Neill en cual no se le hacen sensibles al espectador de manera clara esas fuerzas so ciales que necesariamente presionan y empu.
jan a sus personajes 1y con qué violencia! hacia la Vida o hacia la Muerte. La dramaturgia o neilliana, por el contrario, tra ta de reflejar, en su propósito cardinal, el mun.
do interior y el drama de sus personajes inde.
pendientemente de las fuerzas sociales del mun do exterior en que conviven, como si ese mundo interior, tan autóctono para Neill, no fuera al propio tiempo reflejo directo o in directo de esas mismas fuerzas sociales que actúan sobre ellos.
Este es el único reproche crítico que le ha cemos a la obra genial de Eugene Neill.
Obra de intensa dramaticidad y de una extensión y originalidad extraordinarias, aunque derrotista y convulsiva por su desolación inmen sa. Obra genial que ha merecido con toda justicia los honores del Premio Nobel de Li.
teratura de 1936. Pero. que ha olvidado que el artista es hombre antes que artista, y que entre uno de sus deberes de hoy está el de condenar, con su arte responsable, el dolor que oprime a esta humanidad contrahecha pa ra cantar mañana la alegria que también pue.
de engrandecer al hombre. angustiosa Cuento español Un caballero que yo conocí en Salamanca metiose fraile de San Francisco y como sus criados llorasen viéndolo tomar el hábito, vuelto a ellos les dijo. No lloreis por mi cuerpo de tal! Llorad sobre vosotros, bellacos, que por no sufriros me meto a fraile. Lo narra Luis de Pinedo en su Liber facetiarum et similitudum. OCTAVIO JIMENEZ ABOGADO NOTARIO Oficina: 50 varas al Oeste de la Tesoreria de la Junta de Caridad.
Teléfono 4184. Apartado 338 español Cuento español Don Diego Tello, un caballero de Sevilla, perdió la vista de un ojo refinando un poco de pólvora: y oyendo referir muchos milagros que la imagen de nuestra Señora de Consolación habia hecho aquel año, hizo la romeria, y al entrar a la capilla, se untó con el aceite de la lámpara, muy devotamente, ambos ojos, con lo cual sintió grande dolor en ellos y no veia con ninguno. Daba voces diciendo. Madre de Dios, siquiera el que traje. Lo cuenta Juan de Arguijo.