24 REPERTORIO AMERICANO Don Marcelino y don Francisco Por GREGORIO MARAÑON De La Nación. Buenos Aires, 21 de Octubre de 1934 hacia el porvenir.
lectura nado entra de puntillas, para letra menuda de ciaba so a la del y no Un amigo mio me ha hecho el regalo de concierto, sino la cara o cruz. La dictadura una carta que don Marcelino Menéndez y fue el triunfo de la España mirando a la Pelayo envió, hace ahora 36 años, a su pagrandeza del pasado. Ahora, la República dre, ilustre escritor también de los que han perdurado y se han ennoblecido aún por representa el desquite de la España orientada la acción corrosiva del tiempo. La de esta carta me ha producido una profunda los dos hombres representativos de la impresión: mucho más honda que la que un lucha son éstos y no los caudillos aparato documento de tan insigne firma había de sos. No en vano el nombre de Marcelino causar en un español curioso y en un aficio.
ha salido en los años pasados del panteón selos papeles viejos. Esta emoción era reno de los hombres ilustres en la ciencia, donde el de otra categoría: era una emoción histórica, el que entra, entra de clave de muchas cosas que han ocurri.
servir enseña a todo un movimiento político do después y que florecen en el momento acHace pocas semanas, un grupo de españoles tual: encrucijada de pasión fecunda de nuestra de buena voluntad ha publicado un libro España. En la misiva, don Marcelino habla antológico del Maestro, que es como un creen do de la España tradicional. no de unas elecciones a senador a las que presentaba él su candidatura: enfrente luchaba vano, tampoco, la parte más eficaz de la Esun profesor de la Institución Libre de Ense.
paña que hoy triunfa está formada por las ñanza. con este motivo hace unos juicios Menéndez y Pelayo falanges de los que aprendieron a vivir y acerbos del jefe del movimiento institucioniscrear a la sombra de Francisco. En el libro que Maradiaga publicó sobre Espata: movimiento intelectual, que entonces co.
na, pocos menzaba a ser también social: de Francismeses antes de sobrevenir la Re co: Francisco Giner de los Ríos.
do: otra, la que quisera alzar velas nuevas so pública, libro que en todo el mundo sono a bre los restos de la arboladura y dirigir el na.
Conozco bien la profecia y la profecía se cumplió desrade Mar.
vio, enjovencido, hacia el porvenir. Menén caba agudamente el papel primordial de la celino. La letra tiene también sus modas; y dez y Pelayo era la tradición, hecha dignidad Institución en la era nueva que se anunésta, española de fin de siglo, se parece a la y eficacia, y no sólo herrumbre: Giner de los en suma, tienen en cierto modo de Pereda y a la de mi padre, amigos fraternales; y a la de otros contemporáneos, inclukios, la esperanza hecha método y energía razón los de la acera de enfrente cuando di y no sólo quimera.
cen que la República ha sido el triunfo de del gran amigo de los tres, desde la Refundida en los moldes viejos o modela la Institución cera de enfrente: Galdós. Conozco también da en formas originales, los dos querían lo mis.
la pasión con que el insigne crítico santan¿El triunfo de una secta. El triunfo de mo: una España nueva y grande. Pero, en derino defendió, en privado y en público, una filosofía, del terrible krausismo como la vida, lo que une o desune no son los prosu posición histórica en la cultura de Espa.
decía Menéndez y Pelayo? No. El triunfo pósitos, sino los métodos: las formas na. Pero nunca tuve, basta hoy, la idea pre.
de muchas cosas necesarias, que Francisco la substancia. bajo las pugnas espectacu.
cisa de lo esa posición significaba y lares de los partidos políticos, bajo sus bataGiner representó, pero que apetecían también lo que querían decir las posiciones opuestas llas y sus convenios de paz, se establece, soral margen suyo, muchos españoles que no conocieron ni de vista al apóstol: el aire nuedo está unido, en la vida de los pueblos, por do, duro, perpetuo, sin desmayos, el gran an vo; la modernidad: la crítica personal de tolazos secretos y llenos de sentido: y que, atagonismo entre las huestes que representaba do, sin vetos ajenos: la amplitud generosa Marcelino y las caso, lo que tiene conexión más en el criterio pedagógico; y, a la vez, una intima y y las que Francisco condu.
cia. Lo demás, es mentira. Castelar, repu.
más fecunda para el futuro no es lo similar cosa formal pero de enorme trascendencia: el blicano, adapta su vida a la Monarquía. Sa culto de los buenos modos, de la pulcritud, y parejo, sino lo contrapuesto y divergente. gasta y Cánovas representan una ficción de La España de hoy, como todas las etapas de lo que no es tertulia chabacana, ni casa antagonismo político. Don Jaime de Bor.
vitales de un pueblo, no es hija de una tenliosa de huéspedes, ni café empapado de ocio bón, jefe del carlismo, presume de liberal.
dencia liberal o antiliberal, sino de la maloliente: el amor al campo, a la madruna entrañable de dos movimientos opuestos, pug Todo esto es vana apariencia de la realidad gada casta, a la limpieza del cuerpo y a la nacional. Pero bajo la superficie serenada co noble energía física.
pero en hondo, enlazados las mismas raíces: por las mismas preocupaciones esenciarren las dos España verdaderas, encrespadas, Mas todo esto, que hoy es ya un volumen en dirección opuesta, respetando sus cauces les del pasado y del porvenir de la raza.
denso y firme en la vida española. es inpero esperando el esos dos movimientos no tuvieron sus repre.
momento de chocar.
compatible con la otra tendencia, la que relos sentantes genuinos en La Monarquía pudo ser la clave del conhombres políticos, presentó Don Marcelino, con su severidad que hablaban cada dia.
cierto de las dos energías antagónicas: de he tradicional y un tanto sensualista, de buen o perdían y concitaban sobre sus idas y venidas la atencho lo fue bajo Don Alfonso XII y bajo la fraile español? No sólo no lo es, sino que ción superficial de los cronistas: sino en en dos serlo cuando, al dar el poder no al dejárselo reina Cristina, reyes constitucionales. Dejó de del remolino actual, engendrado en el choque de las dos corrientes adversas, ha de surobscuros, pero si a que quitar a Primo de Rivera, la Constitución partados del del bullir oficial. Dos españoles cu.
gir el cauce grande en que las dos están funyos retratos no se publicaban a diario en los murió como ficción útil y se evaporó des didas. Por qué no? Sólo se necesita un popués en la dictadura. Quedaban al desnudo periódicos, y cuyos nombres sólo de tiempo en las dos energias auténticas. Ya no cabía el co o un mucho de comprensión de toletiempo aparecían, en la crónica de las acade.
rancia en cada bando. Esto sólo: que se mias o en las reseñas de los libros, escondidos pongan de acuerdo en una cosa esencial: en al final de una columna de las planas muertas el reconocimiento de los valores morales: lo del diario. Estos hombres eran Francisco Había en Tebas un cuadro que reque el mundo actual, para desdicha suya ba y Marcelino.
olvidado Al hundirse el imperio español y renapresentaba a los jueces sin manos y a su presidente con los ojos cerrados: era Es decir, que Don Marcelino, si resucitase.
cer el alma hispánica es decir en los años no pudiera volver a escribir esta frase terrien que la carta fue escrita. SC dibupara indicar que la Justicia no debe able y representativa de mi carta: Giner sejaban claramente las dos corrientes direc ceptar regalos ni dejarse seducir. rá todo lo bueno que se quiera, pero.
trices de la nueva hispanidad. Una, la que Porque cuando un hombre es bueno, no trata de anclar los restos de la nave des(De Plutarco, en Isis y Osiris. Madrid hay pero que valga.
mantelada en el puerto glorioso del pasa1910. Biarritz, Setiembre de 1934.
que es mandaban hombres, no no diremos