94 REPERTORIO AMERICANO ble será la labor trascendentalisi los más eficaces medios para ha debe transformarse. que, como (2) Este pensamiento puede ser ideoloma que le toca hacer al pensamien cerlo posible: la organización en facna propia, dentro del intento gicamente muy humilde. pero es que to humano en la lucha por el me. unidad de las disgregadas fuerzas general de esa transformación in.
al hablar en estas lineas de dejoramiento social. tiene que ser, intelectuales de la nación. Desgra dudable, tienen los artistas e intemocracia, lo hago con un criterio por lo tanto, muy escasa de realidad y no de idealidad. No la in ciadamente el Ateneo tuvo corta lectuales costarricenses que inteesfoy exponiendo avanzadas teorías fluencia que el arte viene a ejervida, si lo traigo aquí a cuen grarse en una robusta asociación, sociales, más o menos ulópicas e cer en el movimiento social de la tas tas es únicamen como antece como único medio para lograr inirrealizables. Estoy afirmando, al República: otra cosa sería, sin em dente que demuestra que ya ba ha fluir efectivamente sobre la vida contrario, la posibilidad práctica de llegar a superar la forma democradel arte fica actual la costarricense. por asociaen nuestro país. la vida política y social del país.
una actividad y un movimientos sociación, etc. esto no es otra co.
Para terminar, y en resumen, les del todo realizables. Lo expuesto sa que el reconocimiento expreso que Costa Rica es sólo una demo. 1) eso cuando no viene la otra fra afrás compensa, pues, la humildad ise la actualisima de que es mejor de la función social de la cultu cracia política o formal, no dinádeológica que pueda tener con su encomendárselo todo o un hombre alto grado de realizabilidad.
ra y la determinación de uno de mica o de acción social. Pero que providencial y con camisa de color.
bargo, si César Arroyo sa reverberante la ojiva el silencio el reposo elegía.
y la música del epiteto.
cuando en el vaivén de la nostalgia supiraba por su paisaje lejano, ya dejado, aun a Envio del autor, Quito, Ecuador, julio de 1937 trueque de que, volviendo a su erranza ultramarina, le asaltase, con los enternecimientos Como el orador Mejía, lejos de la patria ta las crónicas de su Retablo, buriladas ya con de la primicia, el deseo de volver a las calles, y cerca de la ola gaditana, ha muerto César la seguridad del prosista, la trayectoria de que se recuestan y ascienden, de San FrancisE. Arroyo. Para un recordatorio élego que Arroyo es igual en su puro amor por la be co de Quito.
fuera digno de él, haría falta su misma pro lleza y así no le tienta el tema que no se a Con el estuvimos muchas veces frente a las colorida, su frase de anhelo firme, con huella encariñada, en la sensibili columnas de la prensa diaria y animamos, en y de sugestiones, esa voluntad elástica de su dad que aprisiona y en la imaginación que su compañía, la revista o el artículo, obserperíodo que parecía sostenerse en trémolos ani busca, para revelar los fantasmas del arte, vándole en en su amorosa, en su contraída pamicos o la graciosa arquitectura de su cróni para darlos salida, el nombre de la sustancia. sión por la pulida forma del estilo. Lo vica, decorada de motivos barrocos, afilada o la encarnación del verbo y los colores anima mos, sincero a toda prueba, sin atraverse a tras veces en la mística intención de la dos del objetivo. Lejanas por eso de sus sus li destruir su marcha idealista, celoso por mano rota en la certeza de la columna trunca a bros la contradicción o la angustia, ellos se tener las rituales esperanzas de la vida, genela cual se abraza la hiedra que es el alimentan de un optimismo revoloteante y coso para estimular y ayudar, venciendo a la que asc asciende en el que se conforfiguran y labran sólo las imágenes o las reamadurez biológica con los ademanes ligeros ma, al fin, la inquietud. Porque Arroyo tuvo, lidades que le fueron gratas y cuando se ade la juventud, evocando y presintiendo. Al como pocos, el sentido hondo de la y cercan al dolor, no ahondan en en el análisis de guna vez su lápiz, circulando sobre la cuarde seguirle en su amor por los necrologios, su destructora presencia y se se complacen, más tilla en ilusorio cariño para trazar una cróni.
habría que recorrer varias de las páginas de bien, en lo que aquel vale para estilizar y perca futurista para el año dos mil, supuso, consu obra de hombre sensitivo y de cuidado es feccionar. Así, bañados de aura simpática, mántico, que para entonces se había celebrael tardío afán de que ahora se reviste lo rotilista que persiguió, como cautivo de la emo desfilan ante nosotros los hombres de sus lición, el tono, el matiz bros: el pueblo ecuatoriano en su romancero, do nuestro centenarlo. así, en otros días Ayer no más, doliéndose de los malogrados. Galdós, Manuel Ugarte, Montalvo, Vascon acariciados por la claridad envolvente del enbordó en la crónica temblorosa el elogio de celos. así también se iluminan los paisa.
sueño, su palabra, buscadora del periodo del nuestros poetas muertos en la juventud, cuan jes admirados por quien se pretendía de canto en prosa, supo abrir la sorpresa imagido en la cantera de sus descubrimientos, vuelta de todos los caminos o cobran realinativa o detenerse en el estudio que afirmará guardaba el bloque mejor para contornearse dad, en el pictoricismo de la descripción, las su nombre de literato.
y pulirse, y no son de tiempo lejano su clogía de Acuña o el dolor de los treinta y tres años, naves y los retablos de las Catedrales de FranEl mismo, cuando en la tarde de su entucia o frente a la tarde de prueba, enciéndese siasmo estaba en vena mayor de confidencia, figurado en la plasticidad inánime del Cristo se planteaba el juiclo personal, desenfad justiciero ese puñado de páginas aún no rede Velásquez, así como su evocación de Becde su valía literaria. así lo han reconocido veladas, El Libro de la tierra.
quer o el retrato en el que, con filiales empetodos cuantos consideraron a César Arroños, quisiera reflejar el rostro de la madre Fraternal, entrañable es para nosotros el yo como a uno de los mejores escritores de la siempre presente.
recuerdo de Arroyo, a quien acompañamos y patria.
De un breviario antológico de las páginas comprendimos en los altos de sus retornos AUGUSTO ARIAS de Arroyo, alzaríase siempre la figura de la musa emocionada, asi cuando quisiésemos trasél las mejores notas de las visiones de sus viajes, como cuando inten tásemos seleccionar los recuerdos de sus lectuPor JOSE LION DEPETRE ras, sus apuntes críticos encendidos en cor De la novela Yo leproso. México. 1937 dial admiración o aquellos siluetas femeni Dijo el Cristo, según sigue contándome en público nas en las cuales se afanaba tanto su pluma Mateo. Mateo. cap. 60. vers. 2, y pictórica, basta conseguir darlas, sobre el pla No juzguéis, para que no seáis juzga Al leer estos versículos, severos, no puede no de la memoria, la vitalido que atrae y dos.
uno menos de pensar en las brillantes fiestas el ademán que seduce. Porque con el juicio con que juzgkis, de caridad, en las subscripciones benéficas de El entusiasmo se opuso, en la obra de este seréis juzgados, y con la medida con que sociedad de la buena prensa. en las fundilecto estilista, a la fuerza mordente del de medís, os volverán a medir.
daciones ostentosas de asilos y hospitales, por sencanto o la labor profundizadora que nos (Mateo, cap. 7o. vers. y 7) los mismos que provocaron las enfermedahará contemplar, como bajo la luz del rayo Seguramente, Jesús dedicó estas adverten des y aceleraron las muertes: en las misérrimas del laboratorio, la figura descarnada del escias a las beatas de su tiempo.
limosnas dadas en la calle por manos cubierpectro. Porque Arroyo, aún para su canto Estas son palabras del Galileo, transcride la tristeza, logró revestir a su espírina de tas por Mateo. Qué pensaria de los capitalistas de hoy una levedad alacre y creyó que de todas las Cuando haces limosna, no hagas tocar el que dijo: virtudes la mejor es la de la bondad, aun trompeta delante de ti, como hacen los hi No os hagáis tesoros en la tierra, donde cuando ella mutile el tacto del dominic. Su pócritas en los templos y en las plazas, para la polilla y el orín corrompen, y donde los latemperamento encendido de fervorosidades ser estimados de los hombres: de cierto os drones minan y hurtan: fue su estilo. Desde las madrugadoras Flores digo, que ya tienen su recompensa.
sino antes. allegar para vosotros tesoros en de Trapo, los versos de su juventud revelados Mas cuando tú haces limosna, no sepa el cielo, donde ni polilla ni orín consumen, por Isaac Barrera en la serie de artículos Tu izquierda lo que hace tu derecha. donde ladrones no minan, ni hurtan: que bajo el título de Modernismo escri. Para que sea tu limosna en secreto, y tu porque donde estuviere vuestro tesoro, ahi bió para las columnas de El Comercio, has Padre que ve en secreto, él te recompensará estará vuestro corazón. ladar a Rebeldias tas de joyas.