Violence

REPERTORIO AMERICANO SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXXIV San José, Costa Rica 1937 Sábado 24 de Julio Num. Año XIX No. 811 SUMARIO Azorin José Pijoan Rosa Elvira Alvarez El heroismo español Los libros de la semana La diáspora española Dos poemas breves El bombardeo de Almeria Voces de España. Dónde estará la juventud Yo también uno mi voz El puente de los esclavos Juan Ramón Jiménez en Puerto Rico Cervantes se pinta a si mismo Emma Perez Lord Byron mira al mundo Debilidad de la violencia Portales frente a sí mismo Actualidad de Cervantes Méjico.
Zulueta en el Municipal La norma de Disraeli La España miliciana ha de vencer Julieta Carrera Emmanuel Thompson Luis de Zulueta Magdalena Petit Max Aub Lillo Catalán André Maurois Juan del Camino Julieta Carrera Dora Gotay Pedro Juan Labarthe José Gabriel El heroísmo español OXY vida.
Por AZORIN De La Prensa. Buenos Aires, 11 de agosto de 1935 Al cabo de muchos años he vuelto a leer la La guerra con los Estados Unidos fue un de Numancia de Cervantes. He leído una obra sastre; pero fue también una demostración nueva He leído una obra maravillosa.
magnífica del espíritu heroico de España. NinNo volvia de mi asombro. No me exguna página más bella que el heroísmo de los plicaba como una obra de tal naturaleza no marinos españoles en Cavite. en Santiago de es conocida, comprendida, admirada por las Cuba. El combate de Cavite fue entre una gentes. La Numancia nos ofrece una mezcla escuadra poderosísima, escuadra de acero, y primorosa. exquisita, de lo real y lo alegó.
una escuadra debilísima, escuadra de maderico. En el primer acto, al final, aparece ra. Se ensañaron cruelísimamente los norteala figura de España. también el Due.
mer canos. Lo demostró así el examen mé ro. Nos sentimos conmovidos. España habla.
dico de los cadáveres españoles. Mostraron entre otras cosas, de los traidores que, nacilos españoles, mandados por Patricio Mondos en su suelo, existen en ella. Nos sumimos tojo, una serenidad, un estoicismo, una en una meditación profunda. España habla perseverancia, una intrepidez extraordinarios.
de la desunión de sus hijos. Volvemos a me.
Sabían que iban a ser destruídos, aniquiladitar. En esta tragedia revela un conocidos, y serenamente se presentaron en línea miento profundo del corazón humano. Hay de batalla y abrieron el fuego. Sabían que en estas escenas tragedia de un pueblo y traiban a jugar con ellos, como una fiera juega gedia individual. Se llega en la primera a lo con un cordero, y se dispusieron sin vacilamás sublime a que el genio humano ha lieciones, resueltamente, al combate. Bien pue.
gado. se llega en la segunda a situaciones de citarse al Almirante Montojo entre los de tal hondura, de tal delicadeza, que el lector héroes más simpáticos que España ha tenise estremece do. No se puede ahondar más Miguel de Ceruantes Saauedra.
do. allí mismo, en la isla de Luzón, ni en el arte, ni en la ΕΙ punto más do.
ciento ochenta kilómetros de Manila, se es.
loroso de toda la obra, a nuestro entender, es taba escribiendo la página más brillante que aquel en que, reinando el hambre en la ciu.
desde Numancia, sí, desde Numancia, ha esdad, un hambre espantosa, esa necesidad or57 crito el heroísmo español. Cosas muy ad.
gánica, imperativa, llega a sobreponerse al a(Según Juan de Jáurigui, mirables se han visto en la gran guerra euromor, es decir, a lo más etéreo, sutil e inmor.
pea; no se ha visto ninguna superior a la de tal. No podemos leer sin emoción profunda efensa de Baler. Enrique de las Morenas, sa escena en que una amada, subyugada por ma. Se estrellaron contra sus murallas los Juan Alonso y Saturnino Martín Cerezo, jeel amor, un amor purísimo, casto, se ve for más famosos capitanes. No nos explicamos fes del destacamento sitiado, son nombres que, zada confesar al amado que ella, la cuitada, hoy ni la obsesión de Roma, ni la obstinación con los de los muchachos acaudillados por la pobre, la mísera, tiene hambre. Si, sient: de Numancia. Necesitaba Roma el venci ellos, pueden citarse junto a los más preclauna terrible hambre. La necesidad física tiene miento de Numancia? Tan lejos como estatal fuerza que sojuzga el sentimiento puro. ba. qué le importaba la indomitez de este Baler es un pueblecito situado cabe al mar.
La materia vence al espíritu. lo vence en pueblecito perdido en la altiplanicie de Es. Se halla de cara al Pacífico. Contaba con un la persona de esta niña inmaculada, castísima. paña? a Numancia que le importaba el grupo escaso de casas dispersas y una igleEn este minuto, llorosa, acongojada, bajan llegar a una composición con Roma. sin sia. En esa iglesia se refugió el destacamento do los ojos, mostrando en la palidez de su ca embargo, el heroísmo es el heroísmo! No se mandado, primero, por Las Morenas; lueel último resto de carmín, hace su confe. rindió Numancia. No quiso entregarse viva. go, muerto éste, por Alonso: después, fallesión. Instinto arte del berado en el autor, sus escombros, sus cenizas, sus rui cdo Alonso, por Saturnino Martín Cerezo.
esta escena es maravillosa. Nos indigna y nos nas, sus cadáveres. Por encima de todo flota Cerezo fue el que rigió los destinos de la admira. Nos irrita y nos sojuzga. Nos in inmortal, sublime, gracias al genio de Cervan corta tropa más número de días. Casi dignamos y lloramos. Sentimos furor con tes, la figura de esta niña maravillosa, delica toda la defensa de Baler fue dirigida por tra la materia dominadora brutal del espi. dísima, que en un momento de confidencias Cerezo. La iglesia era reducida y de muros ritu y tendemos nuestros brazos para estre. al amado confiesa que tiene hambre.
débiles. Se encerró en ella una cincuentena char entre ellos a la mísera enamorada No se rindió Numancia y no se rindió Ba. de hombres. Se taparon las ventanas. En tor.
Numancia era un pueblecito de ocho mil ler. No se acaba en España la santidad. No no de la iglesia, muy próximo a sus paredes, habitantes. Se hallaba a siete leguas de Soria, se acaba el heroísmo. Una santa admirable, el enemigo formó una recia trinchera. Co.
en el monte Garray. Al pie de ese altozano María Echeandía, ha sabido en España en menzó la defensa. Iban pasando los días, las se levanta hoy el pueblo del mismo nombre. estos últimos años. Baler nos atestigua que el semanas, los meses. Los víveres se acababan.
Durante veinte años resistió Numancia a Ro espíritu de Numancia no se ha extinguido. Desde el primer día Carecieron de sal; las vi.
UPANG ros Entregó sus