Communards

42 REPERTORIO AMERICANO lo que defiende. De her косе La posada y el camino de nosotros demasiado bruscamente, dejándonos, Enrique de Mesa no puede ser un flechero en deros antepasados líricos, a sus maestros en con el dolor, la atomía de la sorpresa. Los que cuya saeta, clavada en el blanco, tiemblan aún la satira. Su temperamento combativo tiene ayer mismo estábamos junto a él, sin pensar en vistosas plumas; es un terrible hondero que afinidad con el que armaba las agudas rimas más porvenir que en el inmediato, que ya para jamás falla el tiro. Pero Enrique de Mesa, en de entonces, el no ha de cumplirse, tenemos que reflexionar el fondo, es un paladin enamorado de una so Cuando se reúnan en tomo los estudios de Serenamente, razonarnos para llegar a su conberana señora, la perfección, y en su demanda Mesa sobre el teatro contemporáneo español vencimiento corre los campos batiéndose con endriagos y se verá al critico duro en el comentario Asi es, no hay duda. Ya no está a nuestro gigantones.
pon anh anhelo de perfección. Se verá de una lado, compartiendo nuestras preocupaciones, Su cultura clásica es verdadera y profunda vez lo que ataca y lo nuestros anhelos entregado como ayer a la De nuestro teatro no se limita a conocer las fiende manifestación de la personalidad, el tarea diaria, obras más divulgadas, o unas pocas halladas arte de aria, en que ponía el todo su señorio, la composición, la y la fuerza toda su severa preparación, toda su invencible al azar. Sabe de Lope y de Tirso, de Alarcón de la forma. Cuando no las encuentra no se franqueza. todo su inquebrantable amor de la y de Vélez de Guevara, tanto como pueda conforma con sustitutivos. Si se equivoca. se equiverdad y de la justicia saber el que más sepa. Cervantes le asiste voca de buena fe. Su intención es siempre alta.
Una larga amistad, anudada desde los pri con una sentencia, con un epiteto, con una Pero ya el luchador reposa; ya el poeta va meros pasos por la la senda elegida, inalterable comparación, en cuanto le invoca. Ha estudiado a descansar bajo la tierra parda; ya el amigo al correr de los años, me ha mantenido al los poetas del tiempo de los Trastamaras, y no dejará en nuestra mano la presión de su lado de Enrique de Mesa en todo tiempo: le en ellos se puede ver, además de sus verda mano Teal he visto en el trabajo y en ocio, en el en el sufrimiento; he conocido sus anhelos y Enrique Diez Canedo sus desilusiones; sé que jamás le animó un sentimiento bajo; y todo esto lo hallo nuevamente en sus versos, al buscar en las páginas de estos libros que se llaman Cancionero castellano. El silencio de la Cartuja, la posada De Lx Vos Madrid y el camino una prolongación de su compania, un refugio contra el dolor. Dicen dos versos ¡Qué bello título! Parece un verso suelto. Mas este poets no atiende unicamente a lo suyos: Posada y camino evocan naturaleza y litera externo, a la fisonomia de las personas, al Un din asi para mi muerte el cielo azul, caliente el sol tura, realidad y fantasia, Castilla y Don Qui paisaje de los campos, sino que ahonda, bucea, jote.
busca el alma de la región: Los versos me llevan otra vez a la idea de Asi es La Posada y el camino, como con ¿Dónde la Castilla de los Comuneros?
que quise huir.
acierto titula su libro de versos el poeta de ¿Cuando el clara día, fuerte y español?
En más de una ocasión he tenido que escri El Cancionero castellano y de El silencio de Hoy Castilla duerme. Mas sus terrazcueros bir acerca de la poesia de Enrique de Mesa. la Cartuja.
con el alma libre surgiran al sol.
Repasando algo de lo que dije, veo que nada He leido con arrobo los versos del castellaAl contrario de Costa, quien, aunque luego tendria que modificar ahora en mi apreciación. no de de la capa parda, y quiero charlar un poco rectificó, aconsejaba dar doble vuelta con la He visto siempre en él al clásico de hoy, esto con mis lectores de este librito de Enrique de llave del sepulcro al del Cid, Enrique de Mesa es, al poeta en quien el idioma tiene la virtud Mesa.
lo llama, anhela resucitarlo y confia en que el naciente que se observa en los clásicos, y no Nada de critica. Aqui está Diez Canedo, espiritu del Campeador despierte a su dormila afectada compostura del que los imita. He que además de critico es poeta, y sabe hacer da Castilla visto en él al poeta español que, por encima la y la esperamos con anticipado regodeo los Claro es que Mesa se atiene más a la leyenda de las cualidades que debe a su tiempo, osten que admiramos a los dos Enriques.
que la Historia, comprendiendo que lo valioso ta las que brotan en el de su raza. Español Yo no soy crítico. Soy un lector que cuenta del Cid no es lo que fue en realidad, sino lo es todo en este poeta escribí no hace mucho en alta voz sus impresiones, que no puede que de el han hecho los romances, la tradi(apara que voy a buscar en este momento callar lo que le rebulle por dentro y un perio ción, el democrático anhelo de los hombres, palabras distintas. su austera aridez, su dista que se acoge al sagrado de la critica mujeres y chicos de su tierra: jugoso aroma de tierra humedecida por rega ya he dicho que no lo es lo que yo, que no soy tos de agua de nieve, su impulso vital y su Viejo Cid, incaso nunca critico, escribo para poder vivir en paz de lo anhelo de morir (ode ser cadáver español. resurgirás de la huesa.
que se escribe, aspiración humilde, que no a un empujón de tus hombros ia dura precisión de su palabra y la sonora siempre se logra, aun acogiéndose a faenas despelmazando la tierra?
fluidez de su canto.
ajenas a mi técnica y estudios, no a mis afiMira del tosco villano Los versos de Enrique de Mesa son claros ciones las cortesanas zalemas, de visión; no dan sensaciones complicadas y Los versos de la posada y el camino son al senor, sin senorio, y alcorzada in realeza.
son, en verdad, más altos que hondos. La pu clásicos por su estructura.
reza del aire serrano, que el respiro con de Romances, cuartetas. Nada de piruetas, de En Balada de sangre atiende imprecaciones leite, parece haberseles comunicado, quedán ultraismo en la métrica y en el lenguaje. Son de Costa: dose para siempre en ellos. Su poesia, fan castellanos puros de casta, y, sin embargo, no Pastor, empuña tu cayada: noble por el espíritu, es tan vivamente sensual imitaciones de lo antiguo y menos la aurora en sangre clareo.
en su forma, que da la sensación de un cuerpo anticuado. Sin que se eche a perder, Apareja, vaquero, tu honda.
gallardisimo vivificado por un alnia elegida antes Terruñero, apercibe tu hoz.
gana en sabor y en olor, el vino nuevo, Rozegante y ataviada con alta nobleza de lo embala en odres, vasijas, tinajas viejas, y La tierra, de quien la cultiva; el grano, de quien lo sembro giros y vocablos, su prosa tiene análogas lo sirve en jarras, escudillas, y copas fabricacualidades de solidez, asi aquella que le servia Las manadas y los rebaños das con barro de la tierra, sólo saben tu silbo y tu VOL.
para evocar sombras, paisajes y figuras en Es moderno, muy moderno este poeta. Si Flor pagana y Andanzas serranas, como esta toca instrumentos usados por los antiguos, y Lirismo puro y arte deshumanizado hay en en que, después del teatro, escribia sus impre otros muchos versos como estos: los tante con destreza no canta lo que ellos; siones de critico aunque a veces, cante como cantaban El campo, sediento; Si se mira con atención la critica teatral de Otra eximia calidad de este poeta es que su la nube, de pasos Enrique de Mesa se advertirá que toda elia Castilla es tal un cielo azul, desesperante y limpio, como el la ve directamente y un rojo sol en el caso está oreada por aire de cumbres. Anda dificon sus ojos; no es la Castilla mito, la CastiLlegar la noche, cilmente por atajos y vericuetos le gusta el la contrahecha por los libros.
lucirá la estrella.
camino real, la senda clara. No transige con De cuantos poetas contemporáneos la cantan el campo seco velari, solando: lo mediano; y su intransigencia, mostrada en en sus versos, Antonio Machado y Enrique de ¿Donde la nube aquella?
términos rotundos para evitar el equivoco, Mesa son mis predilectos.
Abunda la belleza en este libro como el ro.
parece más violenta por su acendrada forma Las descripciones que Castilla pinta en Ca. mero en la sierra. Madrid, patria del poeta de expresión. Si el ejercicio critica do minera y en Tarde de Castilla, por ejemplo, le toca bailar con la más fea, no porque haya fisonomía de luchador al que ha de practicarlo para con citas apoyar mi aserción, son per fealdad en los versos que a su pueblo dedica y la palabra en el es comparable a un arma, fectas.
Enrique de Mesa, sino por haber salido éste son meras