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88 REPERTORIO AMERICANO cia de los hartos. Ideales y holocaustos.
los otros seNº debe sorprendernos que Me Cartas hiperbóreas echa a dormir con todos los porlla estuviese diez y ocho días dioseros y con los penados y con sin comer. Lo que sí debiera lla Melia y la huelga de alimentos. través de la paciencia los errantes. Esa que surge, chomar la atención es que el juez humana y de la historia universal. La historia y el le tre. Espartanos y cubanos. El concepto a distano los jueces que rreando agua la cabellera en la condenaron bruma de los naufragios, esa que pasaran esas tres semanas comienHace más de tres años fue escrito este artículo preside, a horcajadas, en el sueño do como siempre. Cuba ha hecho y publicado en Cuba. Hoy lo exhumo consagran del profeta el desfile de las siete con el caso de este extraño redolo a la memoria de Julio Antonio Mella, vict ma del asesino desconocido que todos conocemos.
vacas escuálidas. Hay que saber belde un gesto único. Citar al alcalde irlandés de esa angustia sorda, de esa oprey a Silvia Pansión, de ese desvario inmenso en kurst en este momento es rebajar que los objetos se desvanecen o una cuestión de orden moral a recuperan de pronto aspectos inulos límites del mero fanatismo sitados y las ilusiones del olfato politico o a la extravagancia femimienten tufillos de sopas y de nista de 1913.
carnes asadas. Ponerse a prueba Me interesan poco las ideas de de esa suerte y repito que si la Mella, su razón o su sinrazón en causa de Mella era mala o imla tentativa de suicidio más auprudente o lo que fuere, el gesto téntica que pueda darse. Más aula consagra ya con cierta aureola téntica y más viril. Pegarse un de martirio ofrecerse en holotiro, colgarse de una viga, echarse causto por una idea asi. Mella, de cabeza por un puente, son toen mi humilde concepto, es uno das formas violentas de eliminarde los últimos tipos que salvan se; formas de corta duración que el concepto de su generación. Que abrevian el sufrimiento tremendo es un muchacho fanatizado por de ese lento desprenderse de la ideas excesivamente candorosas existencia. Los heroísmos de voen su violencia transformadora?
lar con el parque del ejército o ¿Que es un peligro para la socon la bomba anarquista también son cosa brusca, de reacción inimberbe? bien! en conciencia: mediata.
entre el juez o jueces que le imLa bomba anarquista, el atrepusieron la grotesca condena y vimiento de apuñalear a Carnot el reo que conmueve de uno a o de tirotear a Mac Kinley sig.
otro extremo a la patria que le nifica asimismo una acción rápivió nacer hasta mover la mano da. Dejarse morir lenta y resueldel presidente de la República, tamente, soportando todas las entre este rapaz y incitaciones del hambre y resisres timoratos, casuistas, que se tiendo a las tentaciones físicas y han impuesto la dieta de la gemorales de la vida. Eso, amigos nerosidad y de la comprensión.
mios, son palabras mayores. Ni aquel célebre suicidio del prócer The youth ans) quién resulta más airosamenter La actitud del enérgico muespañol que al verse aherrojado chache tiene que parecer natuen un calabozo de ralmente absurda a los héroes de Patis hizo añicos el vaso y se la digestión. Si Mella hubiese dislos cachos de vidrio a la fuerza por la con nuestro pobre concepto del heroísmo frutado de colecturias o por arte de birgarganta, ni esa bárbara manera misma ya que, inspirándonos sólo en lecturas libirloque figurase en el mangono ese puede compararse a esta otra fuerza tre lejanas, confinamos lo heroico a un plano de contratas públicas o de administración menda del espíritu frente a todas las inci semiliterario, indeterminado, pintoresco. de casinos, contaría con las simpatias de taciones del cuerpo, del vil vientre todo Aquel niño espartano que se dejó de quienes le condenan. Pero es tan sólo un poderoso, de esa boca del estómago, la vorar el pecho por el lobezno que lleva chico que se deja arrastrar por una pamás elocuente de las bocas, por la cual ba oculto bajo la capa antes que delatarse, sion mala, buena, falsa. eso quien lo son muchos los discursos que se som pronun es en realidad un paradigma de sufri sabe? y al servicio de lo que el juzga ingenuamente su causa. comienza por leeis en la tierra. Hay más ventrilocuos otro mayor de acuerdo con la dura legis sacrificar su propia vida y esto, además de lo que uno imagina. De Terror cambio a Mella le estuvo mordiendo el ham disposiciones absolutas del sanchopancis de lación de su tiempo y de su su patria! En de carecer de importancia contraviene a las quepis, de chistera, de son el promedio. Sólo que el profesional bre las entrañas y hasta los labios de la mu mo nacional ¡No comer!;Valiente protesta!
que se exhibe los vodeviles y hace jer que ama suplicaronle la misericordia de Para quienes no penetran este magnique no se dejase morir. Morir de hambre. fico ejemplo tal cosa a a aparece extravagante, desde la concha del apuntador es resonar voces extravagantes en la que sería casi comica si no lindase tan de cerca pudiéramos denominar el ventrilocuo inocon los prados de la Muerte.
cente, y el otro, el de los congresos, el Instalados en una poltrona de juzgado, Pero todo hombre que tenga un ideal de las ligas patrióticas, el de las asamacodados a la mesa de una redacción o bleas libertarias, el ventrilocuo al velador de un café, o en el salón faen la vida o haya luchado por él. vencedor o vencido reconocerá, por encima En la historia solemos admirar de una miliar a la hora del té y parlar de la de circunstancias accesorias que nada en muchachada del estudiante Mella se con trañan, en el estudiante a dieta el hombre, manera clásica, afectada y ruidosa ciertas actitudes y ciertas frases, sin cibe bien. Pueden hacerse chistes con maparar mienen el hombre, la sagrada presencia de un de índole tes que cerca de nosotros, quizás a nuestro yor o menor gracia, reflexiones ideal alas agitadas sobre la patulea de lado, en ese momento de citar un varón social más o menos lógicas; hasta censuras. la común alberca y en la prueba heroica El hambre. Hay que conocer de cerca de Plutarco o un pasaje de Tácito, se de ese ideal, la afirmación de la raza de encuentra el héroe. el héroe auténtico trato frecuente, en un encierro que por la resistencia pasiva.
parece no fuera jamás a tener fin, esta que no nos llama la atención con su indumentaria moderna y con esa tendencia pálida enamorada del triste, hermana del modesta y mediocre que ha caracterizado dolor y de la anemia; esta concubina liContra ciertos males de carácter crónico los comienzos de este siglo. Debemos ser vida que desdeña triclinios de Césares y se que aquejan a las nacionalidades de centro algo escépticos con algunas tradiciones José Rafael Pocaterra y sur América deberíamos oponer el mellismo.
que se han consustanciado materialmente Nella gorra.
en o eficiente.
y Montreal. 18, Enero, 1928.