REPERTORIO AMERICANO 239 Ella no compania?
o tres veces gacela adiv palabras. Otros dineros.
más.
quete.
Tablero Sirvent?
Pensaba en los civiles, todos buenos amigos la habia criticado, diciendo que se parecia a. Vamos. Qué te pasa, clavellina de may?
suyos, excepto los destinados últimamente a toda dei de su ley. Si hay hombres Quita eso de ahi. No ves que era de broma?
aquella demarcación.
que no parecen de carne y hueso, sino de pas El dinero; dame pronto.
Pero en lugar de los civiles quien se pre ta flora. De dónde diablos quieres que saque el sento ante sus ojos fué la jovencita bohemia. El tibio contacto de las piernas desnudas de dinero?
Desde una gran distancia la conoció por los la moza le atravesaba los pantalones, produ Del infierno.
colgantes andrajos, el desmadejamiento de los ciéndole escalofrios.
Y, siempre con el cuchillo, le tocó sobre el andares y el pandero semejante a una criba. Bah! Bah. Qué tantas historias. En otras corazón Iba sola por el centro de la carretera y ca se habrá visto! penso. le dirigió algún ex La luz se hizo de pronto en la mente del puminaba con aire desmayado, como sin gana. ÉI presivo requiebro.
bill: aquella buena pieza le había escuchado miró arriba y abajo; no se veía una una alma. Dón no contestaba nada, como si ni siquiera cuando contaba sus andanzas al amigo Ramis.
de habría dejado el resto de la le escuchara. Por eso estaba tan arrimada a su espalda! que Incitó dos o a la yegua con el Entonces él, ya del todo resuelto, le tomó era inútil disimular; ni disimular ni tratar de látigo y el animal corria tanto que parecia vo una mano; todavía le dejó ella hacer; pero resistirse. En el fondo de los bellisimos ojos lar. La carretera fundiase materialmente entre cuando, aflojando las riendas y echándose a de adivinaba el atracado unas posibilisus patas. En seguida estuvieron junto a la reir, intentó el abrazarla, el resplandor subito dades muy poco tranquilizadoras.
bohemia. Ella debia forzosamente haberle oido de un relámpago clavó al pubill en el asiento. Como hasta entonces, y a pesar de haber acercarse, pero seguia caminando con su paso ¿Cómo habia sucedido. De dónde habia ella andado siempre de aqui para allá, munca le haperezoso, como si tal cosa, sin siquiera dig. sacado aquello, sin que él le viera ni aun mo bia pasado nada, era el pubill hombre confiado.
narse volver la cabeza, ver el brazo? Parecía cosa de encantamiento; lleno de seguridad, y llevaba el dinero senci ¡Eh, lirio de agua. gritó el frenando con pero era cierto y bien cierto que ella tenia llamente metido en el bolsillo. Metió la mano viveza. Quieres hacerme ir a presidio? entre los dedos un cuchillo, con la hoja de en él y sacó un fajo de billetes que tiró en la Ella se detuvo a medias. Fijó en el pubill más de un palmo de longitud y con la punta falda de la bohemia. Ella, con la mano que tenia los grandes ojazos, que en la sombria claridad rozando el estómago del pubill.
libre una manita delgada y negra, semejante parecian agrandársele aún más, como los de. Dinero. Dame todo!
a la del simio que la acompañaba horas anteslos gatos, y contestó con más dejadez todavía El pubill Bigorra no podia creer a sus ojos desdobló los billetes y los conto. Eran de cien en la voz que en la actitud: ni a sus oidos, y la moza tuvo que repetir sus pesetas y habia diez. Sono stanca.
en voz baja y finamente cortante, coNo entendió él las palabras, pero si su sen mo otra arma afilada; una voz absolutamente. No tengo tido. volvió a mirar arriba y abajo.
distinta de la que él le había escuchado hasta Cuatrocento duros. Dónde está tu hermana. preguntó, ana entonces.
La rabia le ahogaba. Tiró del segundo padiendo la acción a la palabra para que ella le Trató de salir del mal paso fingiendo sereEn aquel momento hubiese querido ser entendiera mejor.
nidad.
un cartucho de dinamita para estallar y hacerla La bohemia señaló hacia tramo tana: Victor Català trizas. Con todo, le parecia más bonita que Ammalata. Traducido del catalán por nunca. Si le hubiese timado aquel dinero por ¿Y tus padres? Tus padres, digo. Donde las buenas, acaso el lo habría perdido sin pene; están?
pero lo que más le dolía era sentirse vejado Ahora el brazo moreno señaló hacia Mediodia.
en su fachenda de gallo victorioso y en sus Asintió ella con la cabeza. 1929 pretensiones de hombre listo y avisado. esto acababa de encenderlo en coraje. tú, dvas alli ahora?
El Centro de Estudiantes de Juris Como para estimular su desco de venganza, Nuevo signo afirmativo.
prudencia y Ciencias Sociales de la en aquel momento crestearon la subida de la Abrió él la portezuela de la tartana.
Universidad Central del Ecuador ha sa carretera los sombreros charolados de los civiles.
Anda, sube, simpática, que te llevaré hasta cado la Revista Juridica y de Ciencias Pero la mozuela los habia visto antes que el.
alli.
Sociales. Hemos recibido las entregas si. Tu callarás. Si dices nada, yo cantare.
No se hizo ella rogar poco ni mucho; con guientes: y del año Los canjes Tua moglie saprà tutto.
una ligereza que contrastaba con su languidez deben dirigirse al Presidente del Centro: escondió la mano armada detrás del panhabitual, de un salto estuvo arriba. con ella, Hugo Moncayo. Quito, Ecuador.
el tufillo repulsivo y el mal recuerdo de los ΕΙ pubill habia caido de lleno en la trampa.
posibles habitantes. Pero alabado sea Dios!
Era tan rebonita, que el tenerla al alcance de don Juan del Camino Cuando estuvieron cerca, uno de los civiles, la mano bien valia algún sacrificio.
12 de Octubre de 1929 reconociendo al pubill, le dijo en tono de reconvención amistosa: de pronto, recordaba el pubill dónde Su Articulo, Pensemos en Nicaragua me ha. Otra vez, Bigorra?
la había visto, maravillándose de lo hecho la impresión de un rayo de luz que Es que pensaba volver temprano, cabo, y había sido al compararla a una pintura. Eu casa penetra en la oscuridad de una inmensa y me he entretenido un poc.
de un primo suyo habia una una gran oleografia solitaria habitación. En sus palabras, hay una Pero en aquel momento repararon en la boheque representaba a Jesús curando a un niño verdadera promesa de vida.
mia, que sonreia dulcemente, haciendo resplanenfermo. Pues bien: el color y la expresión del No acostumbro lanzar alabanzas, ni para hala decer en la penumbra los dientecillos de porrostro de la mujer que sostenia al niño eran gar vanidades ajenas, ni mucho menos para re celana a los de la bohemia cibir obligadas respuestas a ellas. En el caso. Ah, tunante; vas bien acompañado! Ya se El pubill estaba contento; le enardecia inti el cumplimiento del deber me induce ve por qué vas sin faroles. Pero si te enconmamente la presencia de aquella mocita silen a dirigirme a Ud, no sólo para a Ud. no sólo para felicitarle por su tramos otra vez. ciosa y la soledad de la carretera en aquellos importante labor, sino para excitarlo a que conti Los civiles pasaron. La jovenzuela bajó en momentos, que ni hecha de encargo. Si no fuese múe por ese camino admirable que se ha tra Sirvent, por donde pasaba el tren que aquella por la la pareja de civiles, que no podia andar zado, y que confio servirá para que por él misma noche se la llevaria sabe Dios adónde.
muy lejos!
sigan otros grandes costarricenses que hoy se ΕΙ Se atrevió, sin embargo, a una pequeña prueba.
se enredo un tanto al presentar No estés tan encogida, mujer. Me oyes?
ocultan ante la vergüenza del desastre, en vez cuentas a la mujer; pero habia preludio de fiesde colaborar con los de la defensa.
ta en la casa y, al fin y al cabo, del mal el (Signo afirmativo de la moza. Extiende las Yo, que nada importante podria dar a mi menor: que si habia vuelto en blanco de la fepiernas. asi.
patria, quiero por lo menos ofrecerme como el mismo se las cogió y colocó entre las ria, se había deshecho de aquella jaca que cosimple soldado de la Legión Salvadora.
suyas. Después, como sin dar importancia al rria como el viento y que era causa de tantas Salud, caso, apretó un poco. Ella, siempre sonnoliencuestiones entre el matrimonio.
ta, miraba hacia la lejania con sus bellisimos Jorge Calzada Tres dias después, los compañeros de la moojos de gacela y no parecia darse cuenta del zuela fueron detenidos cerca de Cluelles, des Trasladamos esta carta a nuestro eximio colacontacto. Al pubill le daba vueltas la cabeza.
pués de haberlos atrapado cuando huian dejando borador Juan del Camino, personaje andariego jimpio el cajón del hostal. La enfermita de la ¡Realmente daba guzo mirar aquella manzanita cuya residencia no conocemos a punto fijo. de la gitaneria. el estúpido de Ramis que que decir de Calzada? Una de las joyas entre la cabeza vendada era la que guardaba la bolsa gente nueva de Costa Rica.
de la banda dero, Ahora, de iguales pubill