Omar Dengo

118 REPERTORIO AMERICANO Mas pagan tu desvelo la luna y el rocio. Dios sabe, amiga araña, que hallaré por el mío. Dios sabe, amiga araña, que premio me darán!
Vida garfio Amante: no me lleves, si muero, al camposanto. flor de ferra abre mi fosa, junto al riente alboroto divino de alguna pajarera o junto a la encantada charla de alguna fuente. flor de tierra, amante. Casi sobre la tierra donde el sol me caliente los huesos, y mis ojos alargados en tallos, suban a ver de nuevo la lámpara salvaje de los ocasos rojos. flor de tierra, amante. Que el tránsito asi (sea más breve. Yo presiento la lucha de mi carne por volver hacia arriba, por sentir en sus átomos la frescura del viento.
Yo sé que acaso nunca allá abajo mis manos podrán estarse quietas.
Que siempre como topos arañarán la tierra en medio de las sombras estrujadas y prietas.
Arrójame semillas. Yo quiero que se enraicen en la greda amarilla de mis huesos menguadus. Por la parda escalera de las raíces vivas yo subiré a mirarte en los lirios morados!
Te doy mi alma.
Te doy mi alma desnuda, como estatua a la cual ningún cendal escuda.
Desnuda como el puro impudor de un fruto, de una estrella o una flor; de todas esas cosas que tienen la infinita serenidad de Eva antes de ser maldita. voy por la senda voceando el encanto La cita y de dicha alterno sonrisa con llanto y bajo el milagro de mi encantamiento Me he ceñido toda con un manto negro.
se aroman de rosas las alas del viento.
Estoy toda pálida, la mirada extática. en los ojos tengo partida una estrella. murmura al verme gente que pasa. Dos triángulos rojos en mi faz hierática. No veis que está loca? Tornadla a su casa. Dice que en las manos le han nacido rosas Ya vez que no luzco siquiera una joya y las va agitando como mariposas!
ni un lazo rosado, ni un ramo de dalias. Ah, pobre la gente que nunca comprende hasta me he quitado las hebillas ricas de las correhuelas de mis dos sandalias.
un milagro de estos y que sólo entiende, que no nacen rosas más que en los rosales Mas soy esta noche, sin oros ni sedas, y que no hay más trigo que el de los trigales! esbelta y morena como un lirio vivo.
Que requiere lineas y color y forma estoy toda ungida de esencias de nardos.
y que sólo admite realidad por norma. soy toda suave bajo el manto esquivo.
Que cuando uno dice: Voy con la dulzura, en boca pálida florece ya el trémulo de inmediato buscan a la criatura.
clavel de mi beso que aguarda tu boca.
Que me digan loca, que en celda me encierren, a mis manos largas se enrosca el deseo que con siete llaves la puerta me cierren, como una invisible serpentina loca.
que junto a la puerta pongan un lebrel. Desciñeme, amante. Desciñeme, amante!
carcelero rudo, carcelero fiel.
Bajo tu mirada surgiré como una Cantaré lo mismo. Mis manos florecen, estatua vibrante sobre un plinto negro rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.
hasta el que se arrastra como un can, la luna. toda mi celda tendrá la fragancia, de un inmenso ramo de rosas de Francia!
Fusión Ofrenda Mi alma en torno a tu alma se ha hecho un Cuido mi cuerpo moreno nudo apretado y sombrio.
como a un suntuoso marfil.
Cada vuelta del lazo sobrehumano Cuido mi cuerpo moreno se hace raiz, para afianzarse hondo, para que de gracia lleno sea del pie hasta el perfil.
y es un abrazo inacabable y largo que ni la muerte romperá. No sientes Copa con vino de vida, cómo me nutro de tu misma sombra?
vaso con miel de pasión.
Mi raiz se ha trenzado a tus raíces ¡Copa con vino de vida, y cuando quieras desatar el nudo, un ascua viva encendida sentirás que te duele en carne viva en lugar del corazón!
y que en mi herida brota sangre tuya. Oh, mi amante, te lo ofrendo ¡Y con tus manos curarás la llaga como un regalo de amor!
y ceñirás más apretado el nudo. Oh, mi amante, te lo ofrendo en el engarce estupendo La inquietud fugaz de mi chal multicolor!
He mordido manzanas y he besado tus labios.
Sangre fuego, carne cera, Me he abrazado a los pinos olorosos y negros.
olor a sol y a panal.
Hundi, inquieta, mis manos en el agua que corre.
Sangre fuego, carne cera.
He huroneado en la selva milenaria de cedros ¡Te lo doy como si fuera que cruza la pradera como una sierpe grave, un raro bronce oriental!
y he corrido por todos los pedrosos caminos que ciñen como fajas la ventruda montaña.
El próximo de setiembre hará DIEZ ¡Oh amado, no te irrites por mi inquietud sin anos que se publicó la primera entrega del Repertorio Americano. tregua. Oh anado, no me riñas porque cante y me ria!
Damos el sumario de aquel numero inicial. Lunes de setiembre de 1919. Ha de llegar un dia en que he de estarme Las euménides. Leopoldo Lugones. quieta, Vida garfio (Verso) Juana de Ibarbourou jay, por siempre, por siempre!
Alegria del mal ajeno Con las manos cruzadas y apagados los ojos. Cuento, con un grabado) Magón.
con los oídos sordos y con la boca muda, y los pies andariegos en reposo perpetuo la guerra Octavio Jiménez.
sobre la tierra negra.
Evocación (Verso. José Umana Bernal. estará roto el vaso de cristal de mi risa Una nueva ruta comercial a la América Latina en la grieta obstinada de mis labios cerrados!
Con un mapa. Entonces, aunque digas. Anda. ya no andaré, Costa Rica en el exterior. aunque me digas. Canta!
volveré a Con los autores y editores. cantar.
Correspondencia. Hay una carta muy inte Me iré desmenuzando en quietud y en silencio resante de Arturo Torres. bajo la tierra negra, Notas y documentos.
mientras encima mio se oirá zumbar la vida Otro grabado: Rubén Dario en 1892.
como una abeja ebria.
Para anunciar el tomo de Rubén Dario ¡Oh, déjame que guste el dulzor del momento en Costa Rica. Ediciones SARMIENTO, fugitivo e inquieto!
Nos. 13 y 14.
De entonces a acá, sin demoras, han sa¡Oh, deja que la rosa desnuda de mi boca lido 462 entregas. Algo se ha hecho. dise te oprima a los labios!
gamos con cierta satisfaccion. es tanto Después será cenizas bajo la tierra negra.
lo que aún queda por hacer. Selección de Concluird en el próximo cuaderno. De todas esas cosas, Frutos, astros y rosas, que no sienten vergüenza del sexo sin celajes y a quienes nadie osara fabricarles ropajes. Sin velos, como el cuerpo de una diosa serena que tuviera una intensa blancura de azucena. Desnuda, y toda abierta de par en par por el ansia de amar!
Los patillos.
Reflexiones de la Omar Dengo.
Despecho ¡Ah, que estoy cansada! Me he reido tanto, tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto; tanto, que este rictus que contrae mi boca es un rastro extraño de mi risa loca.
Tanto, que esta intensa palidez que tengo (como en los retratos de viejo abolengo. es por la fatiga de la loca risa que en todos mis nervios su sopor desliza. Ah, que estoy cansada! Déjame que duerma, pues, como la angustia, la alegria enferma. Qué rara ocurrencia decir que estoy triste. Cuándo más alegre que ahora me viste. Mentira! No tengo ni dudas, ni celos, ni inquietud, ni angustia, ni penas, ni anhelos.
Si brilla en mis ojos la humedad del llanto, es por el esfuerzo de reirme tanto.
El dulce milagro ¿Qué es esto. Prodigio! Mis manos florecen.
Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.
Mi amante besóme las manos y en ellas, joh, gracia! brotaron rosas como estrellas.