TrotskyGuatemalaEduardo Aguirre Velázquez

182 REPERTORIO AMERICANO el pintor estimar, cuando le haga con tirle que suis razones pueden hacer valer Carta abierta al señor don Eduardo Aguirre Velázquez, Ministro Muy señor mío: Nada de Relaciones de la República de Guatemala a individuos que volunme llamaria a dirigirme tariamente los aceptan, México, 20 de Agosto de 1929 a Ud. públicamente en este caso: la destitución aun cuando a sus expensas el Estado los haya del pintor Carlos Mérida del puesto que desinstruido para desempeñarlos. Si así es, espero empeñaba en la Embajada de Guatemala en que Ud. estime la libertad económica que este México, si no hiciera Ud. depender de razohecho recomienda. Ya lo adverti que no me nes que no se limitan dentro de un privado habría atrevido a dirigirme a Ud.
a Ud. públicamente, terreno oficial, sino que, con el fin politico de si la destitución del apoyar su personal actitud, pretenden, más pintor mencionado se de biera a una razón privada cualquiera; a que generalmente, asumir la representación del Es Ud. hubiera juzgado, por ejemplo, que no obtado para reclamar a un artista los deberes que tiene para con él. hay mucha jurisprutenia por el dinero que actualmente pagaba, la clase de servicio oficial que esperaba dencia sobre el punto. Ud. juzgará que mi recibir a cambio de él. Pero Ud. lo que reintromisión es menos arbitraria de lo que mi clama es el el usufructo de amistad intor aludido puede hacerle de una pensión que el a Ud. el honor de Estado otorgó. me parece inoportuno insistir dentro de la economia politica, donde no puede Ud. justificar su su actitud de acreedor. Ud. debe su afinidad con ciertas palabras de Platón, y, en la actualidad, más aproximadamente, con apoyarse en razones morales; y estoy dispuesto las ideas de varios escritores economistas entre a creer que en razones estéticas también.
Lo que Ud. reclama es su usufructo, y no los que Trotzky ocupa un lugar prominente con razones económicas. Por un lado sospecha Aquí mismo, en México, estas ideas constituyen Ud. el valor de la personalidad del artista con niucha confusión, una doctrina corriente, e guatemalteco, por otro lado lamenta Ud. que indudablemente que con ella Ud. encontrará no puede utilizarla en el sentido en que a Ud.
una considerable aprobación. Hay una tradición le parece más útil. Lo que Ud. discute es la politica, principalmente dentro de la iglesia, utilidad de su obra y eso es lo que Ud. preque está dispuesta fortalecer su actitud, totende juzgar. No se sentiria Ud. satisfecho si davia con más razones y con más pasión que alguien, el gobierno de México, por ejemplo, las que muestra; pero está Ud. obligado, por le reintegrara a Ud, en dinero lo que su país eso mismo, a sorprenderse menos de la opogastó en la pensión; no se sentiria Ud. pagado, sición que origine. Esta es su intención, en estoy seguro, y probablemente se sentiría Ud.
nombre del Estado: someter al Cal individuo. La ofendido, permitame suponerlo. Ud. reclama la lucha ha sido larga, y ha sido tan larga que utilidad, el usufructo. no le satisface a Ud.
debia Ud. de mostrar menos indignación al tampoco que el artista de nombre a Guatemala encontrar que el individuo se resista; se ha con su obra, en el exterior; no es esa la utiresistido siempre y ha encontrado más gloria lidad que a Ud. le basta. Ni le satisface el mientras se ha resistido mejor.
placer personal que puede encontrar en la En el nombre de Dios se le ha perseguido.
contemplación de sus cuadros; sospecho que Ud. lo persigue en nombre del Estado, acuno encuentra Ud. ninguno; o que, si lo encuensándolo de no cumplir con las obligaciones que eximio pintor guatemalteco tra, le parece tan singular y su singularidad Ud. le señala, y que Ud. se tan ilegitima, o le parecen en lo general tan se cree con la sufiPor Covarrubias ciente autoridad para interpretar que son las clandestinos sus placeres personales, que no entro del Estado contrae naturalmente.
le basta para sentir que su patria se recomvida que les dieron, con su esclavitud al kenPero el Estado es Ud. señor Ministro; Ud. es pensa con él; o que no juzga Ud. que un grandecimiento y progreso de la familia. placer artistico pueda tener nunca tanto valor quien juzga qué es lo que al Estado le con para garantizar al Estado en lo futuro, proviene. Su procedimiento puede Ud. le satisfaria, afiliarse, supongo que el pintor pone Ud. al artista que firme un contrato, el todo, a la politica del Santo Oficio de la Infuera a impartir sus conocimientos a que no tolera Ud. que sea considerado denilo tonian hombres como Ud.
hijos de Guatemala, para luego imponer a éstos grante para él, ni que «contenga cláusulas frecuentemente de más valia, permitame Ud. contra las cuales se rebele su la misma obligación patriótica, y asi durante diguidad. lg.
la eternidad, con lo que Ud. y sus sucesores mencionarlo, pero poseidos por la misma in noro cómo sea ese contrato, pues en la prensa tención. Estima Ud. que la obra de Carlos no encuentro sino los fragmentos de su carta, asegurarian para siempre su ocupación de coMérida no es útil para el Estado actualmente; brarla y de administrarla.
de los tomo los que aqui reproduzco; pero está Ud. a un paso de juzgar que es perju sólo por el propósito que manifiesta me parece Esta es la explicación de su airada actitud: dicial. Temo que con poco que se le excite, tan denigrante para el artista a quien Ud. se que la obra de arte no le parece a Ud. una ordenaria ya que destruyeran. Pero quizá recompensa. Peor para Ud. señor Ministro, si lo ofrece, como antinatural y monstruoso para no tengo el derecho de temerlo. Ud. le dice: no encuentra en las obras de arte un placer todos los que en el arte se interesan. Es claro legitimu; pero peor para su pais si Ud. no tiene «Yo comprendo y creo que he sido de los que iene el derecho de no que Ud. tiene el la humildad de sufrir su personal impotencia, más han comprendido sus aspiraciones. Es la delicadeza del artista, la naturaleza del sobre todo en el momento en que su país tiene una lástima que agregue. pero estoy convenarte. Pero lo importante es que mientras Ud. la desgracia de que Ud. lo gobierne. Entonces cido de que, como guatemalteco, le debe Ud. haga uso del derecho de no comprenderla, a su patria el beneficio de sus conocimientos; Ud. acusará al arte de esa impotencia que solo reconozca que se prohibe con ello hacer uso pues es Ud. quien se toma la autoridad de del derecho de en Ud. reside, y le impondrá entonces al condenarla.
artista la obligación de dedicarse a un trabajo juzgar cuáles son los beneficios de estos conoguro de que no ha reflexionado bascimientos del artista. Ud. no tiene el derecho, sobre la legitimidad de la deuda útil para la única clase que nacional que Ud. es capaz de imaginar.
ni la patria tiene el derecho. Yo estaría discobra al pintor Carlos Mérida, en represenpuesto a concederselo a esta última, si no un engrandecimiento más valioso es de su pais.
tuviera la mala suerte de estar destinada a Seguramente que en las para lo que Carlos Mérida se ha resistido escuelas que sostiene su patria y donde segura noblemente a la esclavitud con que Ud al arte expresarse a través de intérpretes tan peli mente se gasta una importante suma de dinero, amenaza y no solamente el en particular. grosos como Ud.
no se obliga en la misma forma a los alumnos Es el nombre de su patria, lo enaltece y le sirve cierto que Ud. asume la autoridad del que a ella acuden. Qué se les impone por el su noble rebeldia donde quiera que vaya, tanto acreedor. Después de ocho o más años de hecho de que allí vaya un deber cuya naturaleza estar pensionado por el Estado, nada me pacomo Ud. es capaz de disminuirlo tan inoUd. tiene el derecho de determinar más tarde? Yo rece más natural que Ud. volviera a su patria centemente y con tan buena voluntad, permanunca he estado en su pais, pero supongo que neciendo en él.
a contribuir a su engrandecimiento y progreso su gobierno no impondrá trabajos forzosos sino Soy de Ud. Atto, afmo. y Con una intención semejante, ciertos padres a sus reclusos y que tendrá la costumbre de esclavizan a sus hijos, para hacerles pagar la pagar todos aquellos trabajos que encomiende Jorge Cuesta Carlos Mérida, sobre otros quisición; que lor comprender ni Estoy seguro engrandecimiento tanto Para un tación