82 REPERTORIO AMERICANO dorra. No habla, no contando mola copa tu trales hermana de Francisca, todo se arregló, Rubén, integras, dos facultades esenciales y tuve alcoba y saloncito de recibo. No le temo a la controversia; a quien le ten de su alma: la bondad y la poesia.
La voz del gran poeta americano se go miedo es al Boyg Grande.
En efecto, yo he oído decir que era ha llenado de temblores, y en el gris El Boyg Grande es una cosa vaga, infor precisamente en aquellos estados de inconfuso del cielo asómanse algunas estre me, ubicua, inevitable e invulnerable, una masa conciente ebriedad cuando se revelaba llas curiosas.
misteriosa que se alzaba ante los pasos de Una noche, continúa el poeta, fuimos con mayor esplendor su incomparable Peer Gynt cada vez que el explorador trataba talento poético.
al Café Vachette, en donde nos espe de avanzar por una tierra nueva. En el Boyg Qué disparate! Cómo pretenden que raban varios amigos, casi todos compaGrande simboliza Ibsen la pesada resistencia ñeros de América. El champaña ya había los maravillosos versos de Prosas prode las almas perezosas al avance del espiritu. fanas y Cantos de vida y esperanza, sin hecho juegos malabares en los cerebros, No es una espada, sino una atmosfera de mo emulación posible en toda la lírica moy todos hablaban en una compleja algaes un resorte, ni nada que golpee o rabia, diciendo algo ingrato de algún derna, fueran la obra de un borracho. devuelva los golpes. Es arena, sueño, letargo, sin embargo, ya he contado en otra amigo o compañero. Era un puñado de avispas agresivas y zumbadoras, Uno Boyg Grande ha tenido su emblema en aqueindiferencia. El Boyg Grande conquista, pero ocasión, como, en medio de uno de aquellos momentos fatales, se produjo el Soneto a Fabio Fiallo, que es sin duda Santos Chocano a rodar en la tertulia. llos botones que decian en el anverso. No me alguna, una de las composiciones más y todo el avispero se lanzó sobre él, hable usted de la guerra, y en el reverso: difamarlo con saña, a calumniarlo con personales de Rubén Darío.
Hábleme usted de Belmonte. Cuéntenos, Fiallo, cuéntenos, ese epirabia y envidia. Ruben no Ramiro de Maeztu sodio que nosotros no conocemos. vuelve dice nada. pero sonríe con labios coma rogar Teresina ávidamente.
placidos. Esta sonrisa me causa asombro daño. bajo la protección de aquella No hay ambiente. Pero yo digo que ese bien: cuando aquel salto a la rue Herschel. que ya os dije tan oido No hay ambiente, es la gran excumi salida sonrisa de Rubén, se siguen en la mesa de Hamburgo fué anunciada por telésa de los perezosos y de los cobardes.
y urdiendo nuevas infamias Yo me iré siempre con aquel gran Reforma brarla en compañía de dos compatriotas fono; y esta noticia quiso Rubén celesobre aquel nombre que yo queria entranablemente, y, sin poder contenerme, dor Sol que, a espejo del Rey Sol, se diga: a Ruben en voz baja pero viEl ambiente soy yo mios a quienes él y yo teníamos en digole a Xenius brante: Esta murmuración contra Sangrandísima estima: el Dr. Lugo y tos Chocano es una especie de homenaje poeta Andrejulio Aybar. Una sola de champagne bastó! cuando más tarde emponzoñado con que éstos creen halagar llegado a los postres, y una gran dama ilegué a su casa, hallábase Rubén bajo.
vanidad, te ven sonreír; muéspreside. Se llama Juanita González de la influencia embrujadora de las chisdesagrado de tu decoro herido, Lugones. Ya sabéis: la de la famosa peantes burbujas. Reprendile por ello con o me voy. La sonrisa continuo бyyo me Epistala: la tierna severidad que su cariño me fuí. Una hora más tarde ligeros golpes Madame Lugones, ai commencé ces vers consentia, y para contentarme llamó él preocupados suenan en la puerta de mi en ecoutant la voix un carillon Anvers.
allí mismo, a su mecanógrafo, y, como alcoba. Adelante! Entra Rubén. Se cruza un medallón a mi persona. principió a de brazos ante mí y me contempla en Fue ella quien insinuo. Si el poeta dictarle aquel soneto de esta manera: silencio. Al fin prorrumpe. Ah Fabio Fiallo nos recitara Plenilunio o Ave Fiallo, mi excelente Fabio, tan fuerte y Reina. Cómo negarme? Accedí. una Lo que habia en el silencio de tu vida sereno en las cosas grandes como noble tras otra, ambas poesías fueron dichas de voz, canción, llamada, trino o queja, no lo oira Desdémona dormida con mi voz insegura de recitador. Amay generoso en las cosas de aparente nimiedad! Es verdad, tú tienes razón. Por blemente fuí aplaudido. Mas, he aqui porque ya el ruiseñor no está en la reja.
qué habia yo de gozarme, en la murmu que al acompañar a Rubén hasta su casa, La esencia de la sangre de tu herida: ración que aquellos se traían sobre San me dice él, tomándome cariñosamente el misterio profundo de tu queja, tos Chocano, quien es tan grandísimo del brazo. Esta noche en ese restauy lo que puso en tu panal la abeja poeta y tan consecuente amigo mío? rante, yo he conocido al más formidable mientras parió la leona en su guarida.
Después, en un súbito arranque de indignación contra enemigo de Fabio el poeta.
sí mismo, golpease. Quién, Lugones? le pregunté sor Durmióse el poeta al terminar este duramente el pecho y prosigue: Ah, prendido. Su esposa. Tú. No, amigo cuarteto. Despertado por mí. hizose leer qué habrá en ti del mío, ni ellos niyo. El enemigo más lo escrito y cambiando repentinamente mismo Belcebú que asi te gozas a veces, formidable de Fiallo el poeta es Fiallo el vocativo, continuó así la composición: en porquerías tan contrarias a mi mente el recitador. Qué mal lo haces, mi pobre y a mi corazón. Fabio, mi amigo, mi Fabio!
Todo lo que hay en mi de complicado hermano, dime que tú me crees, que tú Tras este simpático recuerdo, cae ahora de pecador sutil o de perverso, vino de amor o extracto de pecado, me conoces, que tú sabes bien que yo ante nosotros el silencio como un brusco no soy así. quemantes lágrimas de y tupido telón. Las interesantes anéc abarcando en su afán el universo, tenidas largo rato al borde de las pes dotas han cesado, con gran pesar de mi todo eso lo he exprimido y lo he brindado tañas, corren, ahora, a perderse en el compañera que apunta su inconformidad en sacrificio, inspiración y verso. rictus amargado de la boca en sollozos. en un gracioso e impertinente mohin de Fiallo calla, y hunde la frente en las niño voluntarioso. Yo mismo me siento Fiallo, con voz rota por la emoción, manos. Un profundo silencio de medi insaciado, disconforme. Súbito, se me con el recuerdo en París, con el pensatación nos embarga. Pero, las mujeres ocurre una pregunta. Una difícil pre miento en Darío, con vibrante dolor son incorregibles la abeja ávida gunta. Cautelosamente, con grandísimo pronuncia una frase, una frase que es de la curiosidad les cosquillea el oído. temor, que no me es dado disimular la una oración de amor para el muerto; una asi Teresina se insinuó de nuevo. formulo a tientas plegaria para el idolo caído que viv Cuéntenos más, Fiallo; cuéntenos más. Por largos e insondables segundos, mi amando la vida, y es, a través de la tras breves minutos de recogimiento interlocutor queda sumido en atormen muerte, una luz de ensueño y un resel poeta prosigue, ahora sonriendo: tada meditación. Al fin prorrumpe: plandor de llama.
Esta vez, en torno a la mesa en Sí. a qué negarlo. cuando los cuen El lucero de la tarde como una láque nos sentamos Rubén y yo, no hay tos y comentarios sobre tales excesos grima rota parpadeaba enigmático en el bullicio, ni frases picantes, ni murmu han sido el regocijado festin de muchos confín lejano, y la vela blanca de una raciones. No estamos tampoco en el Café de sus amigos de ayer, de todos sus nave allá en el horizonte daba una imVachette y sí en el comedor del hotel envidiosos de hoy. Mas, aún en medio presión de despedida de loca ansiedad, Lutecia, todo elegancia y aristocracia. de aquellos excesos, siempre conservo de cruzar imposibles lejanías.
Los manteles son de damasco. Los cristales del más fino baccarat, Se ha comiGastón Lis do bien. Se ha bebido mejor. Hemos Santo Domingo de Guzmán.
miserable carne mia!
cuando de