340 REPERTORIO AMERICANO padre el amante las tena de al Peor es todavía cuando me preguntan si Brahama fué Bien habréis oído mentar, siguió el consolador, la herproducido por Visnú o si ambos son eternos. Dios pongo mosa Juana de Nápoles, que fué presa y ahorcada. Una idea por testigo de que no lo sé, y bien, se echa de ver en mis confusa tengo de eso, dijo la afligida.
respuestas. Reverendo Padre, me dicen, explicadme como el mal inunda la tierra entera. Tan adelantado estoy yo cómo Os contaré, añadió el otro, la aventura sucedida en mi los tiempo de una soberana destronada después de cenar, y que me hacen esta pregunta. Una veces les digo que toque ha muerto en una isla desierta. Toda esa historia la sé, resperfectísimo, pero los que han perdido sus caudales pondió la dama.
y sus miembros en la guerra no lo quieren creer ni yo tampoco, y me vuelvo a mi casa abrumado de mi curiosidad y Pues os diré lo sucedido a otra gran princesa, mi dismi ignorancia. Leo nuestros libros antiguos y me ofuscan cipula de filosofía. Tenía su amante, como lo tiene toda hermás las tinieblas. Hablo con mis compañeros: unos me aconmosa y gran princesa: entró un día su padre en su aposento y cogió al amante con el rostro encendido y los ojos que creen que saben algo y se descarrian en sus desatinos, y to como dos carbunclos resplandecían, y la princesa también con do aumenta la angustia que padezco. Muchas veces estoy a la cara muy encarnada. Disgustó tanto al el rostro del pique de desesperarme. contemplando que al cabo de mis inmancebo, que le le sacudió la más enorme bofetada que hasta vestigaciones, no sé ni de dónde vengo, ni qué soy, ni a el día se ha su provincia. Cogió el dónde iré, ni qué he de hacer.
tenazas y rompió la la cabeza al padre de la dama, que esCausóme lástima de veras el estado de este buen hom herida; la princesa desatentada se tiró por la ventana y se tuvo mucho tiempo a la muerte, y aún tiene la señal de la bre, que no había otro de más razón ni más ingenuo, y me convencí de que era más desdichado el que más entendimiento tenía y era más sensible.
conoce que cojea, aunque tiene hermoso cuerpo. Su amante fue condenado a muerte por haber roto la cabeza a tan alto Aquel mismo día visité a la vieja vecina suya y le pre principe. Ya podéis pensar en qué estado estaría la princesa gunté si se había apesadumbrado alguna vez por no saber cuando sacaban a ahorcar a su amante: yo la iba a ver con qué era su alma, y ni siquiera entendió mi pregunta. Ni un frecuencia cuando estaba ella en la cárcel, y siempre me hainstante en toda su vida había reflexionado en uno de los blaba de sus desdichas.
puntos que tanto atormentaban al brahama; creía con toda su alma en las transformeciones de Visnú y se tenía por la ¿Pues por qué no queréis que me duela yo de las mias?
más dichosa mujer, con tal que de cuando en cuando tuviese le dijo la dama. Porque no es acertado dolerse de sus desgracias, y porque habiendo habido tantas principales señoras agua del Ganges para bañarse.
tan desventuradas, no parece bien que os desesperéis. ConAtónito de la felicidad de esta pobre mujer, me volví templad a Hécuba, contemplad a Niobe. Ah! dijo la señora, a ver con mi filósofo y le dije. No tenéis vergüenza de si hubiera vivido yo en aquel tiempo o en el de tantas hervuestra desdicha, cuando a la puerta de vuestra casa hay mosas princesas, y para su consuelo le hubierais contado mis una vieja autómata que en nada piensa y vive contentisima? desdichas. os habrían acaso escuchado?
Razón tenéis, me respondió, y cien veces he dicho para mí que sería muy feliz si fuera tan tonto como mi vecina. mas Al día siguiente perdió el filósofo a su hijo único, y no quiero gozar semejante felicidad.
faltó poco para que muriese de sentimiento. Mando la señora hacer una lista de todos los monarcas que habían perdido a Más golpe me dió esta respuesta del brahama que todo cuanto primero me había dicho: y examinándome a mí prosus hijos y se la llevó al filósofo, el cual la leyó, la encontró muy puntual y siguió llorando. Al cabo de tres meses se pio, vi que efectivamente no quisiera yo ser feliz a trueque volvieron a ver, y se pasmaron de hallarse muy contentos.
de ser un majadero. Propúsose el caso a varios filósofos, y Levantaron entonces una hermosa estatua al Tiempo con todos fueron de mi parecer. No obstante, decía yo entre mi, este rótulo: porta es ser feliz, y nada monta a tener entendimiento o ser Al consolador necio. Más digo: los que viven satisfechos con su suerte, bien ciertos están de que viven satisfechos; y los lo están de que discurren bien. Luego cosa es clara, añadía yo, que debiera uno escoger no tener migaja de si en algo contribuye la razón a nuestra felicidad. Todo el JOHN KEITH Co. Inc.
mundo fué de mi mismo dictamen; mas ninguno hubo que quisiese entrar en el ajuste de volverse tonto por vivir conSAN JOSÉ, COSTA RICA tento. De aqui saco que si hacemos mucho aprecio de la feAgentes y Representantes de Casas de primer orden licidad, más aprecio hacemos todavía de la razón. Mas reflexionándolo bien, parece que preferir la razón a la felicidad es garrafal desatino. Pues ¿cómo hemos de explicar esta conCajas Registradoras National tradicción? Lo mismo que todas las demás, y sería el cuento The National Cash Register Co.
de nunca acabar.
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Los dos consolados Máquinas de Escribir Royal Decía un día el gran filósofo Citofilo a una dama desRoyal Typewriter Co. Inc.
consolada, y que tenía sobrado motivo para estarlo: Señora, Muebles de Acero y Equipo para Oficinas la reina de Inglaterra, hija del gran Enrique IV, no fué menos desgraciada que vos, la echaron de su reino, se vió a Globe Wernicke Co.
pique de perecer en el Océano en un naufragio, y y presenció la muerte del rey su esposo en un patibulo. Mucho lo siento, Implementos de Goma dijo la dama, y volvió a llorar sus desventuras propias.
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Acordaos, dijo Citofilo, de Maria Estuardo, que estaba honradamente prendada de un guapo músico que tenía exceMaquinaria en General lente voz de sochantre. Su marido mató al músico, y luego James Motley, New York su buena amiga y parienta, la reina Isabel, que se decía doncella, la mando cortar la cabeza en un cadalso colgado de JOHN KEITH RAMÓN RAMÍREZ luto, después de haberla tenido diez y ocho años presa. Cruel suceso! respondió la señora, y se entregó de nuevo a su aflicción.
no razón Socio Gerente Socio Gerente