98 REPERTORIO AMERICANO grupo quilo que linaje de en y a mis pies. vano las troversia que se suscitó acerca del modo y literarias, las aptitudes por las que círculo brillante, el núcleo de un mundo de llevar la guerra, y que culminó en la conquistó el primer peldaño de la esca alegre y luminoso sobre toda ponderacaída del primer Gobierno de coalición lera, no fueron abandonadas por él cuan ción, muestra de la más amplia y al al fin del año 1916, creí entonces, y do dejaron de serle útiles. Creo que le mismo tiempo más sencilla hospitalidad sigo creyendo ahora, que la razón, en agradaban todas estas cosas, así como de la Inglaterra moderna. Al lado de mucha parte, estaba del lado de lord las grandes controversias constitucionaOxford.
su esposa, anfitrión incomparable, con la les y políticas, precisamente porque no estaban muy med y generosidad por norma, y Pocos hombres han podido efectuar con el barro de revoloteando en torno suyo el en su vida tan enérgica labor. Pero tralas cuestiones familiar más regocijado y bullicioso que bajó con gran economía de esfuerzo. que Los que han conocido a lord Oxford puede imaginarse, lord Oxford se deleies como un primer ministro tiene que personalmente no pueden pensar en él taba en aparecer el más apacible y tranlaborar si ha de sobrevivir. Se entendía sino recordándole en la atmósfera y en en medio de tanta luz y alegria, con lo impreso y con lo manuscrito con el ambiente, único en su género, formado descansando y gozando en aquel mar de la rapidez de un estudiante; pero nunca por su esposa amante familia. El cons razón y sinrazón, de discreción y trase sometió a la moderna calamidad de tituía el corazón, el centro, robusto y vesura, formando un cuadro interesante la taquigrafía, ni a la verbosidad ésta potente, alrededor del cual giraba aquel de raros y bellísimos contrastes.
engendra. Lord Oxford perteneció a ese Keines grandes hombres, que desaparezca nunca, capaces de tomar la pluma y consignar cuanto es necesario Vosotros, que vais por el camino.
breves notas escritas de su puño y letra. El defecto de lord Oxford respecto a Para Rep. Am.
su trabajo consistió, quizá, en su manifies Estoy sentada al borde de un sen. Vosotros, los que vais caminando ta inclinación a distraer su atención sobre dero inmenso, infinito. Un sendero an con la falda cargada de lirios y azutal trabajo cuando dejaba de ocuparse de cho luminoso, pero en el rincón mío cenas.
éste, a no tenerlo presente, en su mente no brilla el sol ni se abren las flores. Vosotros, los que marchais lentamente y en su lengua, en cuanto terminaba la con el blanco cabello ornado de rosas pa ¿Qué llevas en tu falda, hermosa tarea oficial del día. Ciertamente, esto joven que corriendo pasas por mi lado?
lidas y camelias sin perfume. Miradme. fué algunas veces origen de vigor, de Llevo rosas frescas como el surtiDeteneos un instante ante mi puerta fuerzas en reserva; pero, en otras oca dor de la fuente y blancas como mi mirad. Mirad cómo se secan las hojas en siones, causa de debilidad. Además, su inocencia.
mis ramas amarillas y sin fuerza. Mirad, carácter reservado, que hacia difícil in. Feliz, feliz de ti que conoces el perno tengo tiempo de barrer las hojas caidas, sinuarse con él mar en que ya una nueva alfombra teje el viento asuntos delicados fume y la frescura de tus rosas!
condición que, en parte, es necesaria En mi jardin no se abren los pimpoa todo prominente hombre de Estado llos de las flores. En mi jardin se Mirad, estas manos mías pálidas y para mantener a raya al impertinente, secan las hojas de las plantas.
frias no ccrtaron una flor ini una! y él utilizaba hasta en grado En las he excesivo. era motivo de aislamiento, regado con las lágri vosotros lleváis tantas, tantas, que no mas de mis ojos y en vano las he benos detenéis a recoger las que van cayendo pedía tener conocimiento pleno de lo pues, cortándole comunicaciones, le impor el camino.
decido con las sonrisas de mis labios. En ¿Veis. Mis ojos no saben cómo son que se estaba fraguando en el horno vano, sí, porque los pimpollos de mis se secan sin abrirse. yo no las alas de una mariposa. y vosotros vais político. Al mismo tiempo esta disposi sabré nunca de qué color eran las flopor el Sendero infinito en una nube de ción mental facilitaba, en caso necesario, res mías. oro que brilla al sol! Porque yo sé que las una salida, ida, una evasión, especialmente Las hojas de mis plantas se van mariposas llevan oro sobre sus alas, en cuestiones personales. La disciplina cando hora por hora. yo no tengo más lo sé porque un niño me lo ha dicho al y la rígida severidad, tanto con los lágrimas para regarlas!
pasar por mi lado.
amigos leales como con los rivales poco ¡Ah! El sol se ha olvidado de mi. y es fieles, cosas que la dirección de un mi ¿Qué llevas, dime, que llevas en tus el sol el que las trae con sus rayitos nisterio hace necesarias, le eran extramanos, hermoso niño que pasas sin mi de fuego ¿verdad?
ordinariamente desagradables. arme?
Vosotros lo sabéis, vosotros los que Llevo, mira, una mariposa blanca vais por el camino ancho, claro y briLord Oxford, por consiguiente, se con alas de oro.
sentía en la plenitud de sus facultades llante. Pero yo, yo, que estoy sentada. Feliz, feliz de til al borde de aquel camino porque no y en el goce de su labor cuando se En mi jardin no vuelan las maripo tengo flores con qué adornarme el caventilaban grandes cuestiones completa sas. Porque mi jardin es frío, es oscuro, bello y el mente políticas y sin carácter alguno pecho. Yo, que riego mis y es el sol el que las trae ¿verdad. el sol plantas con llanto para que no se sequen personal: cuando tenía tras de si una cohorte de partidarios de con sus rayitos de fuego. el sol no las veo secarse lo mismo. Yo, que lugartenieny tes, muchos por el afecto y los propóen sabe en cuál rincón del Sendero infinito voy recogiendo hojas amarillas en lugar está mi jardín!
de pétalos perfumados. Yo no sé nada.
sitos, aunque variasen en el grado de inada. Viejecita blanca que pasas y me su acometividad o de ardimiento. En Yo no sé el encanto de caminar por tales ocasiones era capaz de utilizar y miras con bondad. qué llevas en tu.
un sendero blanco y suave que no lasde encaminar blanco delantal?
nar por las vías de la tima los pies.
ria y la prudencia todo elemento de Llevo, hija mía, los pétalos, ya seYo no sé la alegria de correr con el valor en su gran partido político. La cos, de mis jazmines. Todavía tienen vestido lleno de rosas y el corazón lleno lucha por el librecambio, la lucha mi.
perfume por para.
de luz.
la ley Parlamentaria, el año primero de ¡Feliz, feliz de ti que viste flore No sé y no sabré nunca cómo se la guerra, ofrecieron oportunidades de cer tus jazmines! puedes ahora tejer duerme sobre la alfombra de madreselvas esta clase, en las que Mr. Asquith pudo alfombras con sus pétalos amarillentos.
que la vida extiende al final de nuestro actuar como verdadero jefe, con el pleno Yo tenía un jazmín. sabes. un jazcamino.
vigor de la inteligencia y toda la com mín pequeño y blanco como una gotita Nada, nada sé.
de leche. Pero cuando quise cortarlo se espíritu.
me deshojó entre las manos. y el viento Porque en mi jardín, situado en Debe hacerse constar, respecto a lord rincon perdido de un camino ancho.
se llevó sus cinco pétalos por el Sendero Oxford, que amaba cuanto a la Univerclaro, luminoso, no brilla el sol, ni se infinito. nunca más los ví.
sidad se refiere, sus procedimientos, sus abren las flores.
problemas, sus aspiraciones. Hubiera ma Oh vosotros, los que pasáis corriendo Ni vuelan las mriposas de oro.
nejado los libros de una biblioteca con con claveles y nardos en los cabellos y Herminia Toscana verdadero amor. Las cuestiones clásicas entre las manos.
sey eleha sabidu postura de su un Firenze. Febrero, 1920.