60 REPERTORIO AMERICANO Margarita Ogilvy y en que ha Sentado en mi escritorio de Lon.
sabrimiento. Mi voz cuando estoy dres, recibí un telegrama en que en compañía es tan baja, que mi se me anunciaba que mi madre es.
primera observación tomada taba gravemente enferma. Tomé mi POR SU HIJO apenas como una indicación de que sombrero y sali a escape para la JAMES BARRIE voy a hablar (semejante en esto estación. Esto se repitió más de Trad. de Ernesto Montenegro al escape de la cuerda poco anuna vez. Estoy seguro que una tes de que el reloj de la hora. veintena de veces se me llamo de CAPÍTULO VIII Habria que revelar el hecho de mi pueblo de Escocia con la misque tengo otra voz, y que hay una Un pánico en la casa ma premura, y desde la entrada a puerta en cuya umbral siempre dela pequeña estación ya iba yo sacara se iluminaba de asombro y tos mi madre era tan reticente co jaba mi reserva. Ah. aquella cando la cabeza por la ventana del contento.
mo yo, aunque sus maneras eran habitación, e tendríamos que airear coche de ferrocarril a sorprender Yo había visto sirvientes desde tan amables como las mías son as sus secretos? Eran éstos tan aleen la mirada de un semblante fa mis primeros años. El hidalgo del peras, y mi hermana era la más gres cuando mi madre estaba en miliar la respuesta a la interroga pueblo tenia uno, el Banco otro. reservada entre todos nosotros buena salud, que nada de extración que se leía en la mia. Estos Una de las cosas para que servia Podriais ver tal vez un rayo de luz ño tenia que nos pusiéramos buataques venían con tanta regulari era para caer sobre los malvados a través de mis junturas, pero mi lliciosos. Una y otra vez Dios nos dad como el comienzo de cada in muchachos que jugaban conmigo y hermana poscia dobles batientes la había devuelto de las puertas vierno, pero eran menos regulares sacarlos afuera en vilo. El banque Ahora bien, parece ser una ley de la muerte; nuestra acción de en desaparecer. En el curso de to ro no me parecía realmente una de la naturaleza que una que otra gracias era por glorioso presendos ellos, noche y dia, veo a mi gran persona, pero su sirvienta, vez hemos de mostrarnos tales cote, y en nuestro corazón hermana ir y venir incansable, taa vaya que sí. Sus botas crujian mo realmente somos, y como el nuestras plegarias reconocíamos solícita a pesar de la pérdida de a cada paso que daban de la en escocés debe hacerlo en el hogar, ta, no importa lo que nos reserva sus fuerzas, que mi cabeza se in trada al fondo de la iglesia; se comprimiendo el dia en una hora que nuestra felicidad era comple.
clina en homenaje a ella. La ca decía que tenia diariamente carne de intimidad, lo que resulta es Ta el porvenir.
tástrofe se acercaba. El médico en sus comidas. En vez de reunir que alli es superlativamente fran No habíamos esperado hasta el nos aconsejó llamar una enferme se con su galan junto al pilón, co, deja desbordarse los senti fin para reconocer su valor mi ra, pero mi madre se asusto al se lo llevaba al campo, de donde mientos tanto tiempo comprimidos, madre solía decir: Uno no sabe mero nombre de ésta. Una extra él volvia con rosas silvestres en la y de consiguiente, la familia es lo poco menester en ña en la habitación de mi madre solapa (que trataba de ocultar con cocesa tiene probablemente un me este mundo hasta después de ha uno que esté acostumbrado a la mano) y mostrando en su cara jor conocimiento de sus miembros ber experimentado su pérdida.
ver servidumbre no sabe lo que esa preocupación del que sabe que entre sí, y sabe menos de lo que Pocas observaciones más verdadeeso significaba para nosotros. la amistad de su dama es a con pasa fuera de la parentela, que ras que ésta, pero durante los úlHabía que tomar una sirvienta, dición de que no vuelvan a comer cualquiera otra familia en el mun timos años de su vida nosotros entonces. La transacción era ape con el cuchillo do. como conocimiento engen sentiamos ese íntimo regocijo de nas menos horrible. Mi padre se Ahora que podiamos costear sir dra simpatía, el afecto que entre tenerla presente que hoy nos brinarremangó y empuñó la discoba. vientes para nuestro uso exclusi ellos existe es casi penoso en su da su memoria. Repito, pues, que Yo eché mis papeles a un lado y vo, la idea de hacerlo me intimiintensidad; no tiene más que dar no era extraño que nos expansioquedé listo para hacer los manda daba. Ya no seria la misma casa, de lo que tienen sus vecinos, pe naramos en su cuarto, pero nos dos. El atendió a la puerta, yo tendríamos que vivir cada uno por to lo reparte entre unos cuantos mostrábamos asi sin otro testigo mantuve el fuego: él me dió una su lado, y yo me veía ya todo el en vez de darlo a muchos; se les que Dios, y sólo a El nos volviamos lección en materia de cocina, yo santo dia hablando puro inglés. considera cicateros: por lo menos en nuestra angustia durante esas le mostré cómo se hacían las ca Uno no conoce al escocés más en el círculo de la familia, ellos pa alarmas nocturnas en que andaban mas; uno u otro andaba con deallá de la corteza hasta no haber gan en oro. En esto, creo yo, se luces trémulas de una parte a otra lantal. No habia de durarnos mu le visto en familia. En su oficina, encuentra la verdadera explicación de la casa, y caras descoloridas se cho. Se me condujo a mi escritoen clubs o en reuniones sociales de por que la literatura escocesa, agrupaban junto al lecho de mi mario; el periódico fue puesto potra donde uno cree estar en amistad mucho antes de los tiempos de dre. No era para ojos extraños el vez en manos de mi padre. Pero estrecha con el resulta en reali Burns, ha estado casi siempre ins vernos cuando, en esas largas viuna sirvienta! gritamos a una, y dad como una casa con la puerta pirada en temas del hogar, y desa cilias, nos pasábamos sentados a quisimos volver a nuestros queha atrancada y los postigos cerrados.
la ceres domésticos esta casa no entra ninguna con frecuencia es contra su volunSu terquedad no es premeditada, da compenetración en que con los dientes apretados ¿Habia de dejar que una mujer nos disponíamos a recibir el gol.
sirvienta, dijo mi hermana con tad, y de mi sé decir que pro entrara en casa a descubrir que pe. el peligro pasaba, gran vehemencia, iysi vierais vocuro mantener las persianas desco al fin y al cabo no era yo el hos. era menos ardiente, su respiración sotros el alivio que esto trajo en rridas y hasta pongo el pie contra co animal que tenia fama de ser más calmada: volvia a sonreírnos.
la expresión mi madre! Esta la puerta, pero así y todo se me Vendrían a sorprenderme cuando Otra vez podía yo irme a trabaescena se repitió muchas veces, cierra de golpe. En muchos aspec. llevaba descorrido mi velo de dejar por momentos, y me alegraba diria que todo un año, antes de de ello pero. qué valia mi labor que nos diéramos por vencidos.
comparada con la alegria de oír No sabría decir cuál de noso Los hombres de mejor gusto y más elevada cultura aquella voz en la pieza vecina. tros lo sentia más. En Londres cuidan de su buena apariencia.
Ahi estaba toda la labor de que yo yo estaba acostumbrado a la serme sentía orgulloso; lo demás no vidumbre, y en momentos de irries más que fruto de esfuerzo y tación los llamaba con furiosos paciencia, hecho para darle a ella campanillazos, aun cuando de seabrigo y alimento y más blandas guro mis maneras cambiaban al almohadas. El millar de cartas verles entrar. Aún he sabido pores la llamada a vestir a toda persona distinguida; pormias que ella guardaba con tanto tarme en presencia de esos seño que los trajes que se confeccionan en este taller son cuidado, al extremo de que la úl.
res que llevan calzón corto y cagarantizados como los mejores del país.
tima se encontro sobre su colsaca de terciopelo, dándole a uno He establecido un club de trajes de insuperable calidad chón, son todos los escritos mios mi sombrero, al otro mi bastón y por acciones de 50 clu.
de que me siento orgulloso. Ni a al tercero mi sobretodo. y esto con cambio de haber escrito un libro muy poca más molestia de la que Una oportunidad para obtener el vestido mejor hecho.
inmortal querría que hubiase alli me habría tomado si hubiese pues Busque los casimires de la SASTRERIA AMERICANA; son una sola carta menos to yo mismo mis prendas en la los de más fina calidad.
Cómo se afanaba mi hermasilla. Pero estas acciones temerana sin otro objeto que el de que rias, y otras de igual indole, las ningún extraño viniera a mezclarlleve a cabo solamente con el proJ. PIEDRA Hno.
se en el manejo de la casa. pósito de poder contárselas más con qué energía mi madre protarde a mi madre, sentado a los Lado Oeste de Foto Hernández curaba volver a ser la de anpies de la cama y viendo cómo su tes. con el mismo objeto!
ano LA SASTRERIA AMERICANA