REPERTORIO AMERICANO 137 que gesto, Con rilin que ¿Escribir sobre Eça de Queiroz, así Un apunte sobre de improviso, prevenido con cinco minutos de anticipación, cuando mis lecEça de Queiroz turas de sus libros datan de tantos años, y cuando voy navegando por mares tan distantes. Por qué no. Esto me devuelve la fresca emoción de mis años de periodista. Entonces saltaba yo de la cama todos los días con los músculos del alma contraidos si me permitis la expresión absurda. Había que estar con toda la conciencia alerta para cualquier asunto que el azar de los días pudiera traer a temperatura de actualidad; había tener toda la memoria movilizada, todos los recuerdos de experiencia y cultura en el primer plano del alma: había que darse todo cada día. Admirable y varonil gimnasia que hoy envidio a mis camaradas de los periódicos!
Recuerdo. del hidalgo con letras, del conquistador de Oriente, armado de pluma en vez de espada, del aventurero de la imaginación puesto que ya apenas quedaban entonces antes del aeroplano y de la exacerbación hacia el Polo aventuras con la realidad. aquel ojo altivo, guarecido por el monóculo, por donde se mira el país de la fantasia, y aquel ojo sobrio, disimulado valiente, por donde se captan las humildes cosas cotidianas.
Veo en él la trasfusión, por la vena ya a lo Wilde, en que aparece la figura de Fradique Mendes, hecha con aspeccéltica, de la sangre alacre de Francia, tos propios del autor (o con ideales proy una mezcia arrebatadora de lágrimas pios) y con aspectos prestados de su con risas que, siendo fantástica, es la camarada brasileño Eduardo Prado, me representación más fiel de este sueño. o devuelve a las malicias estéticas de los mejor, de esta borrachera natural en que, que descubrimos que no hay ciertamente, vivimos los hombres. elegancia sin crueldad, y que a veces La amenidad de La Reliquia, la psi ella es compatible con cierto bizqueo de cologia mordiente del Padre Amaro o ridículo, tenue y consentido. todo ello del Primo Basilio, el patetismo audaz acude en montón a mi memoria a la de Los Maias, me transportan a aquellos vez que un rasgo curioso que quiero tiempos en que los novelistas eran un contaros: el Pacheco de Fradique poco fiscales, un poco acusadores, y veMendes tiene un antecedente. Queiroz nían envueltos, sin saberlo, en alguna vasta campaña de reivindicaciones soAlfonso Reyes.
niales todavía algo indefinida. El ambiente de dandysmo, ya a lo Brumell, Buenos Aires, de mayo de 1929 no lo conoció en El diente roto del escritor venezolano (hoy tan callado por desgracia) Pedro Emilio Coll.
De timbre más fino que Zola, y desde luego de sustancia más literaria, mucho más pegado a la palabra; de respiración más saludable, que Flaubert, y desde luego más ágil para mover la novela, aunque no no más profundo para agitar ideas en las cartas. este humorista, que puede hombrearse con los mejores, cuando no acierta con la idea más vívida.
acierta al menos con el ritmo, con el la tinta de la idea más vivida.
y en su modo de lanzar la frase hay siempre un a fondo y una presteza de tirador de florete. Lleva, por todos los pueblos, ese resabio de catador de fronteras. ésa que llamaré melancolia consular, al modo de la que, con otro gusto.
ofrece también Stendhal: ésa nos va haciendo sentir las puerilidades de los hábitos de un pueblo contrastados con los de otro pueblo, y la vatnidad de los que crean bandos y ejércitos encontrados, sólo porque defieren como en Swift sobre la manera de romper el cascarón del huevo. Con la muerte para usar frase de Unamuno subió de los altos, y realizaciones que sólo pueden lograr con menor eshijos de ambientes más venturosos.
Ya desde la cima de su dejó caer de sus manos la. consi deró su obra maestra: La ciudad y El tema de esta novela originalísima, es lo diré en equivocoel de un Rebour al revés. Jacinto su Des Esseintes vuelve al agua clara de la naturaleza después de por toda la sinfonía de sabores artificiales que ha logrado fabricar la civilización de los capitalistas del siglo xix.
Guerra Junqueiro, al verlo nacer a las letras, lanzó sobre él un diagnóstico seguro. Este hombre. dijo ¡Cuidado con este hombre. Padece la epilepsia del Eça de Queiros Dibujo de Alvares ibérica a la pero hasta el alcanzó el nivel os más fuerzo los su arte, que consilas sierras.
días en pasar genio!
trial, en el subway.
la industria, de la disciplina habían desdeñado. Un descubrimiento humilde imaginativo, de la realidad de América.
Al mismo tiempo apareció en el escenario de los Estados Unidos otro grupo, también romántico, el los primitivos del rascacielos, que propugnaba por un «presente utilizable, es decir, que abogaba porque fuera da como naturaleza de los Estados Unidos to da la enorme fauna y flora de la época indusque los más importantes especímenes son la máquina, el rascacielos En ese grupo que Frank ha denominado primitivo emocionals, tres son las personalida des de relieve: Sherwood Anderson, Carl Sandburg y Eugene Neill. De cada uno de ellos Frank presentó una semblanza, antes de invitar a su auditorio a observar las caracte risticas del despertar de la incierta Recuperación del Ideal Americano una energia ciega e indiferenciada. Para él, los rasgos de los lideres políticos (Bryan, Roosevelt, Deb. una actitud de rebeldia contra el mundo que había creado la Era del Instinto, pueden sintetizarse en la energia. Notas liricas de una energia anhelante, pero que se escapa.
Así, el jazz es la articulación uniforme y baja de una energia muy débil para que pueda ser del todo libre y demasiado fuerte para que se someta del todo. El jazz no es sino un acento, un ritmo, una manipulación de temas. tal ocurre también con los primeros escritores de nuestra Era del del Descontento, que no tienen un programa que vaya más allá de la reconquista del valor en la vida americana. advirtió Frank luego hizo esta afirmación. Lo que se ha formado, lo que es un objetivo en la vida americana, se halla aún dentro de la jurisdicción de la economia, de la la expansión material. Los Estados Unidos no han terminado aún sus tareas infantiles: el desarrollo de sus músculos, la destreza de sus miembros, el atiborrar su estómago.
pensadores que representan la profecia, que representan la verdadera mayoria de edad de no davia. fuerza, son débiles aún para que se vuel va a la contemplación, a ese estado de espiritu que antecede al momento creador. No ha creado el hombre legendario que la juventud de los Estados Unidos acepte como un ipo ideal y como el estimulo de su madurez. La Era del Instinto cumplió su tarea; pero contra el poder que invade y penetra la tierra con la lúgubre uniformidad de los periódicos, los teléfonos, las películas y radio, parece declaró Frank haber fracasado un cuarto de siglo de rebelión espiritual.
На pasado ese cuarto de siglo desde la nueva búsqueda del Ideal Americano. Pero el fracaso no puede ser definitivo. El pueblo americano se empeña en encontrarse, emocional y espiritualmente. No es fácil tarea la de organizar ese mundo de Poder. Se necesita una que sea como la que construyó los ferrocarriles y los puentes y un método que sea tan exacto como el que ha establecido la unidad económica del pais. Es difícil la creación de un método espiritual y requiere más tiempo que la simple expresión del descontento.
La ovación que se tributo a Frank fue cálida, como en noches anteriores. Su próxima conferencia será el 30 de este mes y en ella hablará del problema de las dos Américas en su aspecto fundamental, el cultural, y explicará la parte que en esa tarea toca a los grupos más importantes de las dos Américas, que son la más joven generación intelectual. los poetas y los que asumieron una