376 REPERTORIO AMERICANO El recital de Luis Ibarra Canción Cuna a nuestros Luis IBARRA políticos, que un auxilio ALLEGRO MODERATO. Piano 100 9, P. mf creegu onto que GN 子多 Luis Felipe Ibarra es un hombre de múltiples facetas: Poeta que rimara un día en versos maravillosos por su sentimiento, por su técnica y por la demostración que nos hizo en ellos de su conocimiento de la obra de Dario, a quien cantara en esos versos armoniosos donde las palabras toman las ondulaciones de un rio torrentoso; Filósofo en esas horas en que la amargura nos hace buscar en el recuento de lo lo que fué un un sedante al momento que martiriza; Patriota que clamara un día contra los atropellos hechos toe wermanos en en la tierra lejana; Luchador a toda prueba; Hermano de todos los nicaragüenses, sin distinción de colores que siempre encontramos en él un material y dos brazos cordiales; una especie de padre en el ostracismo. Eso es este señor Luis Felipe Ibarra, y como si todas esas cosas fueran pocas, nos ha resultado un músico que ignorando los secretos de la técnica, traduce en aires musicales ese sentimiento que aletea en el espíritu, ese fuego interior que crepita en lo hondo de la entraña Esta noche daré mi recital en el Colegio de Señoritas. Así me dijo, y fui. Bien sabia lo que oiria. Tenia la plena convicción que muchas ideas que informes vivían en mi espíritu, esa noche se harían carne de realidad; y así fue.
Cuando está disfano mi espiritu, prosas que definen bien o versos sentidos dejan en mi un vacío. Leo entre líneas aquel sentimiento se escapó al poeta y que, seguro estoy, cuando leyo, tradujo ese pensamiento indómito en una ráfaga de desilusión en las pupilas y en una caricia nerviosa en la melena. Yo lei quién no ha leído en estas tierras liricas y es. los Nocturnos de Silva. Sentia en esas horas, en el silencio de mi pieza de estudiante, la gestación de una idea informe y buscaba el darla a luz en palabras y no en ese sentimiento que me hormigueaba en el sér; todo imposible! Hay sentimientos que sólo en música pueden expresarse. Por eso fui al recital.
que en él se ejecutaria el Nocturno, el alma del Nocturno, que sintiera un dia Luis Felipe Ibarra al jugar con las teclas de su piano Yo haré una crónica metódica. Para mi las cosas se cuentan no en el orden cronológico, sino en el de su importancia. Cuando en mi soledad hago el recuento de mis horas idas, se me aparecen los recuerdos según su intensidad. Hoy que los enfilo aparecen asi: El Nocturno! Ese Nocturno cuyas notas dan una impresión de soledad, de misterio, de atracción de abismo. Se dijera una flauta que sonara en una selva sagrada de encinas donde un druida instruyera a los jóvenes en los misterios de las teogonias. Una orquesta de finutas, digamos mejor, resonando en una selva de cristal. Es una resonancia sonora que viniera desde el teclado hasta el alma de los oyentes, agitando todos los recuerdos, todas las leyendas de aquel bardo que pasara por la vida musicalizando su dolor y haciéndolo de todos. Cómo he visto en esas horas, recitando mentalmente el Nocturno de Silva, la figura del poeta suicida recorriendo la senda solitaria. Cómo he aspirado el perfume de la noche toda llena de susurros y de músicas y lágrimas! La música va revoloteando sobre el eco de los versos. Hay un momento, que yo llamo 7 ON Sabia Apresurando un poco o Y子仁 य supremo, en que se siente por obra de la mú haga juegos de cristaleria con las palabras y sica una angustia indefinible, el corazón late relampagueos de metáforas, sino por un mago agitado, las manos tiemblan, los ojos se nu del teclado que, sintiendo en su alma fuego blan, es que se escucha todo el dolor de esas sagrado de la inspiración que hace a los dos almas; es que entonces se siente el frío hombres dioses, ejecutara en música sublime de la muerte que cantara el poeta, al darse, las impresiones que deja en el espíritu esa en esa conjunción milagrosa, las manos el música que llora, suspira y ruge, como deben Poeta y el Músico. Esa composición musical rugir, suspirar y llorar los caballos del carro de de Ibarra, revela en él no sólo sus dotes de Neptuno, al golpear con sus cascos de herramúsico, sino también, su gran comprensión duras de plata las rocas mudas de la playa.
del dolor del Poeta.
Creo que la mejor cronica del recital de Canción de Cuna es algo muy delicado. Su Ibarra, seria, no la de un señor cronista que motivo, uno de los más puros de la vida. Ima